La depredación ambiental y la crisis alimentaria causan más pérdidas que la crisis financiera


La crisis medioambiental producida por la depredación capitalista irracional del planeta y la crisis alimentaria causada por la especulación de los bancos y empresas transnacionales con los alimentos y la energía superan en magnitud (y en costo socioeconómico) a las perdidas por la "crisis financiera" activada por los grupos concentrados de especuladores que controlan los mercados bursátiles.
Informe
IAR Noticias
En su dinámica histórica concentradora de riqueza en pocas manos (y como producto de la propiedad privada explotada sin planificación) el capitalismo ha depredado los ríos, la fauna y los bosques, produciendo las condiciones para un "Apocalipsis natural" de la mano del calentamiento global y de la extinción de los recursos naturales esenciales.
En un segundo frente, las guerras intercapitalistas por la conquista de mercados y el negocio con el armamentismo han creado las condiciones para un "Apocalipsis nuclear" de la mano de los arsenales atómicos que las potencias centrales acumulan como "efecto disuasivo" contra sus rivales, y cuya utilización efectiva nadie puede prever en el futuro.
Y hay un tercer frente  que se suma: La plaga del hambre que ya se extiende como una epidemia por las áreas empobrecidas del planeta generando las condiciones para un "Apocalipsis social".
En este escenario, y para tapar los efectos de "crisis financiera" en la sociedad y la economía real, la prensa mundial y los gobiernos imponen la "crisis bursátil" como el centro de los problemas estratégicos que azotan a la humanidad, cuando en realidad la crisis no pasa por ese sector sino por el impacto social y la agudización del hambre a escala global que van a producir la recesión y la crisis crediticia producida como emergente inmediato del colapso financiero en las economías imperialistas centrales.
De esta manera, y mientras los analistas y medios convencionales del sistema imponen el mito reduccionista, propagado por el propio sistema, que deposita todo el problema en el "mal" o "buen" funcionamiento de los bancos y el sistema financiero, continúa y se profundizan la "crisis alimentaria" y la destrucción medio ambiental producida a gran escala por las súper potencias económicas de EEUU, Europa y Asia.

La "crisis alimentaria"
Según una encuesta exclusiva comisionada por el Servicio Mundial de la BBC, que se llevó a cabo en 26 países y que entrevistó a más de 27.300 individuos, dos tercios de población (60%) está siendo afectada por el reciente aumento en los precios de los alimentos y los combustibles (que siguen incrementando pese a la baja del petróleo y las materias primas en los mercados internacionales).
Según la encuesta -en la que participaron naciones industrializadas y en vías de desarrollo- este incremento en el costo de la electricidad, los combustibles y los alimentos, ha afectado "seriamente" a la gente.
Muchas de las personas de los países en desarrollo afirmaron que han debido modificar su estilo de alimentación y que ahora comen menos. Por ejemplo, este cambio es más marcado en Panamá (71%), Egipto (67%), Kenia (64%) y las Filipinas (63%). 

La encuesta también demostró que el 70% de los participantes no está satisfecho con la forma en que los gobiernos respondieron al aumento de los alimentos. Los países donde el descontento fue mayor son Egipto (88%), las Filipinas (86%) y Líbano (85%) 

Para Doug Miller, director de GlobeScan, la empresa que realizó el sondeo, la actual crisis crediticia (emergente de la crisis financiera) opaca falsamente la gravedad de la situación creada por el incremento de los precios de los alimentos. 

"Mientras que los gobiernos alrededor del mundo se preocupan por la crisis financiera actual, es evidente que muchos ciudadanos sienten que las autoridades no están haciendo lo suficiente para aliviarlos del peso que representa el alto costo de los alimentos, que recae en aquellos que menos pueden afrontarlo".
Entre los países de América Latina que se sumaron al sondeo se encuentran Brasil, Costa Rica, México y Panamá.

Allí, los entrevistados afirmaron que el elevado costo de los alimentos tenía un gran impacto en sus vidas y que se habían visto afectados "seriamente" por este incremento. 

México fue uno de los países donde los encuestados dijeron verse más afectados por el aumento en los precios de los combustibles 881%). 

En Brasil, la mayoría (68%) afirmó que  está comiendo menos, mientras que en Panamá dijo lo mismo  un 34%. 

En la región, poco más de dos tercios de los entrevistados dijo estar descontento con los esfuerzos gubernamentales para frenar la disparada de los precios.
A su vez (y como reflejo del impacto en las econnomías centrales) la mayor parte de los países del continente europeo dijeron sufrir "considerablemente" el aumento de precios en los alimentos. Francia (53%) e Italia (50%) afirmaron que el efecto allí era mayor. 

La respuesta en Medio Oriente fue variada, siendo Egipto el país que más padeció -según los encuestados- el aumento de loss alimentos (94%) y de los combustibles (93%).

La depredación medio ambiental
De acuerdo con los resultados de una investigación que se presentó en el IV Foro Mundial de la Naturaleza clausurado la semana pasada en Barcelona, España, la economía global está perdiendo más dinero con la desaparición de los bosques y otros recursos naturales que con la crisis financiera actual. 

Los bosques brindan servicios que los seres humanos necesitan: Regulan los suministros de agua, generan fuentes de trabajo, absorben dióxido de carbono y son hogar de insectos encargados de la polinización. 

Si los bosques desaparecen, desaparecen estos servicios. Hace aproximadamente un año, la Unión Europea le comisionó a Pavan Sukhdev, economista del Deutsche Bank, evaluar el costo de esta degradación de la naturaleza. 

Su conclusión hace parecer pequeños -en comparación- los montos que se están perdiendo en la actual crisis crediticia, señala la inverstigación.

"La realidad es que en la actualidad, a este ritmo, estamos perdiendo un capital natural de un valor de al menos entre US$2 y US$5 billones al año", aseguró Sukhdev. 

El Índice del Planeta Viviente, que intenta medir la salud de la biodiversidad mundial, mostró un declive promedio de alrededor del 30% desde 1970 a 2005 en 3.309 poblaciones de 1.235 especies. 

Un índice para los trópicos muestra un promedio del 51% de declive en el mismo período en 1.333 poblaciones de 585 especies.
El informe muestra también que Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos tienen el impacto ecológico más grande por persona, mientras que Malawi y Afganistán registran el más pequeño. 

El estudio está basado en un modelo que analiza el aspecto económico del cambio climático y concluye que cuanto más tiempo pase sin que se tomen medidas para resolver el problema, más dinero costará resolverlo. 

Si un número suficiente de árboles desaparece de la cuenca del Amazonas, por ejemplo, habrá desaparecido uno de los principales reguladores del clima mundial, además de un ecosistema que proporciona sombra, agua y trabajo para miles de personas. 

En este escenario, el planeta Tierra va en camino a una "crisis crediticia" ecológica, según un reporte divulgado por grupos ambientalistas.
El documento, titulado "Reporte Planeta Viviente" fue elaborado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), de la Sociedad Zoológica de Londres y de la Red de Impacto Mundial, y alega que la Tierra puede brindar sólo un tercio de nuestras demandas de recursos naturales. 

Agrega que más de tres cuartos de la población mundial vive en países donde los niveles de consumo están superando la capacidad de renovación natural.
Así, estos países se transforman en "deudores ecológicos", es decir, que están tomando -y a menudo abusando- de los recursos agrícolas, marítimos y forestales, entre otros, para su sustento. 

El informe concluye que el consumo negligente del "capital natural" pone en peligro la prosperidad futura del planeta, con impactos económicos como los elevados costos de los alimentos, del agua y de la energía.
"Si nuestras demandas al planeta continúan aumentando a este ritmo, para mediados de 2030 necesitaremos el equivalente a dos planetas para mantener nuestro estilo de vida", dijo el director general de la WWF Internacional, James Leape.
Curiosamente (y como consecuencia de la depredación capitalista en búsqueda de la mayor rentabilidad), el sistema que niveló a la humanidad en la ideología del consumo como "pensamiento único", hoy retacea a las mayorías planetarias la materia prima del consumo: Los alimentos esenciales para la supervivencia.
La ONU, el Banco Mundial, la mayoría de los expertos y últimamente el G-8, vienen advirtiendo sobre el peligro de estallidos sociales a escala global que podrían generarse por el costo de los alimentos y la energía en los países más pobres de Asia, África y América Latina.
Esa posibilidad se potencia en alta escala con la señales de recesión económica y de achicamiento del consumo que ya se proyectan desde las economías centrales al resto del planeta globalizado por el sistema capitalista.
Las potencias centrales con EEUU a la cabeza, que "exportan" al mundo dependiente y globalizados las nociones de "respeto a los derechos"  y de "defensa del medio ambiente", son los principales violadores, juntos con sus bancos y transnacionales, del derecho a la comida para las mayorías y de la contaminación ambiental que termina con la fauna, la flora, los ríos y los principales recursos estratégicos de supervivencia.
Según el Índice del Planeta Viviente, los países que más abuso (depredación irracional)  hacen del planeta son Estados Unidos y China, que juntos ejercen un impacto del 40% sobre el medio ambiente a escala mundial, seguidos por las potencias europeas.
En suma, mientras la "crisis financiera" sigue ocupando los titulares y los comentarios de la prensa internacional, la "crisis del hambre" y la "crisis medioambiental" continúan produciendo genocidios sociales en masa y destrucción criminal del planeta durante las 24 horas.
En este escenario, los  US$ 700 millones mencionados por la ONU y el Banco Mundial como esenciales para "combatir el hambre" carece de toda lógica matemática y realista.
La suma mencionada como esencial para dar la "guerra contra el hambre" equivale a menos de 10% de la fortuna personal de Warren Buffett, el especulador más emblemático de Wall Street, y resulta menos que un mendrugo comparada con las fortuna de los diez "hombres más ricos".
Fuente: http://www.iarnoticias.com/2008/secciones/norteamerica/0356_planeta_en_exterminio_28oct08.html

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