Únete a los 'Terroristas' que salvan ballenas



Por: Paul Watson

Los balleneros japoneses son una banda de cobardes. Se golpean el pecho como valientes cuando se trata de disparar por la espalda a las indefensas ballenas. Se pavonean con sus lanzas letales y posan frente a sus grandes cañones arponeros como pavos acicalándose y fanfarroneando sobre sus aptitudes de macho. Pero cuando aparecemos nosotros para defender las ballenas, corren como escolares aterrorizadas y piden a su gobierno que les envíen hombres de verdad que los defienda de nosotros.
Durante diez días hemos estado persiguiendo a estos codiciosos asesinos a través del Océano Antártico. Como el año pasado y el anterior, corren y siguen corriendo.
Desde luego está bien porque cuando corren no cazan ballenas. Diez días sin cazar ballenas cuando el promedio de ballenas cazadas al día es de diez esto resulta hasta la fecha a cien ballenas salvadas por lo menos.
Glenn Inwood, su boquilla portavoz en Nueva Zelanda, afirma que no huyen de nosotros en absoluto. Dice que se dirigen al lado Este del Mar de Ross para llevar a cabo su 'letal investigación legal'.
Si fuera así, que hubieran empezado la caza de ballenas por el Este en primer lugar, apenas tendría sentido cazar ballenas durante una semana en el lado más occidental del Oeste de Tasmania y luego justo cuando aparece Sea Shepherd decidir ir 2000 millas al Este.
He de admitirlo, es desalentador enfrentarse a una industria que tiene todo el apoyo de una de las economías más poderosas del planeta. La presión que provocan en los países que operamos, en los países donde registramos nuestros barcos y en los países donde residimos es tremenda.
Además hemos de luchar contra sus agencias de relaciones públicas altamente remuneradas. Nos estamos oponiendo a una oposición que tiene 10.000 dólares para gastar por cada dólar que conseguimos nosotros, que tiene diez tripulantes por cada uno de nosotros y que nos supera en siete el número de barcos.
Nos enfrentamos a una oposición que usa armas de fuego y granadas de contusión y que no duda en el uso de violencia para defender sus actividades ilegales.
Y mientras que a nosotros nos guía la compasión y el deseo de salvar vidas a ellos les guía la avaricia y la crueldad de llevarse la vida.
Desde 2002 nos han llamado terroristas aunque nunca hayamos sido acusados por un crimen ni hayamos herido a nadie.
Ellos tienen todas las ventajas, todo el poder, todo el dinero y toda la influencia.
Y nosotros, bueno, nosotros sólo somos un grupo de voluntarios de todo el mundo cuyo vínculo común es nuestro amor por la naturaleza, por las ballenas y por la diversidad de la vida en el mar.
Y sin embargo hemos evitado que mueran ballenas y les hemos originado una gran pérdida de beneficios y lo que es más importante, los hemos humillado ante la mirada del mundo, exponiéndo sus ilegalidades, crueldad, arrogancia y especialmente su cobardía. Estos hombres, que matan las ballenas y los burócratas de Japón que los apoyan, son un problema para las tradiciones y los valores de la gente japonesa.
Estos sin nombre, sin rostro, que aterrorizan a las delicadas ballenas hacen creer al mundo que ellos son las víctimas y no las ballenas. Hacen creer al mundo que defender a las ballenas de su matanza despiadada es racismo simplemente porque algunos de nosotros (no todos) no son japoneses.
Tal como Joseph Goebbels observó una vez, si dices una mentira muy menudo entonces la gente empezará a creerla, de manera que nos llaman terroristas y criminales y nos acusan de embestir sus barcos y de lanzar 'ácido' en sus rostros en un intento de demonizarnos.
Después de todo no importa si en estos días estás defendiendo las ballenas, los derechos humanos o presentándote a Presidente de los Estados Unidos, la táctica sucia preferida de nuestros tiempos es simplemente llamar a tu oponente 'terrorista'.
La pregunta que algunos pueden desear preguntar en respuesta a las acusaciones japonesas sobre si somos piratas, terroristas, criminales y radicales es quienes son esas personas y porque están haciendo lo que están haciendo.
Hay 40 miembros de la tripulación en el Steve Irwin y vienen de Australia, Nueva Zelanda, los Estados Unidos, Canadá, Holanda, Gran Bretaña, Bermuda, Suiza, Alemania, Hungría y Japón. No están pagados para ir en este barco. Por el contrario, pagan por su cuenta servir en este barco y han sacrificado sus vacaciones con sus familias para venir a estas hostiles, peligrosas y remotas aguas para defender a las ballenas de las actividades ilegales de los balleneros japoneses.
(Fuente: Sea Shepherd Conservation Society)

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El buque arponero japonés obligado a ir al Norte para ser reparado

El 20 de Diciembre de 2008, el barco de Sea Shepherd, Steve Irwin, interceptó al buque arponero japonés Yushin Maru #2 en unas condiciones de niebla y hielo abundantes. El barco fue interceptado a 65 grados 38 minutos Sur y 141 grados 1 minuto Este. El Steve Irwin no lo persiguió, optando por evitar las condiciones de tormenta que amenazaban con presionar los témpanos de hielo. El Steve Irwin tardó dos días en salir de la densa niebla. El Yushin Maru #2 se había dirigido hacia las peligrosas condiciones de hielo del Norte.
"Sólo tenían dos opciones," decía el Capitán Paul Watson. "Podían haber ido hacia el Sur con hielo más ligero y con el Steve Irwin o bien podían ir hacia el Norte evitando al Steve Irwin pero con témpanos más gruesos. Escogieron la ruta más peligrosa y parece que sufrieron años dada la decisión tomada."
La tripulación del Steve Irwin no volvió a ver al Yushin Maru #2 con la flota ballenera. Ahora se informa que el barco ballenero está en el puerto de Suryabaya en el Este de Java donde llegó el 5 de Enero para ser reparado.
Sea Shepherd ha sido incapaz de confirmar si el daño ha sido causado por el hielo pero cree es la razón por la cual el barco ha regresado. Los buques balleneros japoneses tienen prohibida su entrada en puertos australianos y neozelandeses debido a sus actividades balleneras ilegales en el Océano Antártico. Esto ha obligado a los japoneses a ir más al Norte hacia Indonesia.
Se cree que el Yushin Maru #2 dejará Suryabaya el 16 de Enero, el día en que el Steve Irwin llegue a Hobart, Tasmania. Una vez repostado, el Steve Irwin será capaz de regresar a por la flota ballenera japonesa antes que llegue el Yushin Maru #2. Hobart está mucho más cerca del área ballenera de lo que lo está Suryabaya.
Esto significa que el Yushin Maru #2 se ha visto obligado a abandonar la caza de ballenas durante 40 días y esto supondrá un grave impacto en el número de ballenas que la flota ballenera podrá capturar durante la ausencia del Steve Irwin.
Los medios de comunicación desde Japón han indicado que el miembro de la tripulación japonesa desaparecido que cayó por la borda la noche del 5 de Enero se suicidó.
(Fuente: Sea Shepherd Conservation Society) 

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