La República de la Soja.



Algo grave nos debe estar pasando como sociedad, como Nación, como Estado.
Aquellos viejos inmigrantes, que fueron nuestros viejos, conformaron el granero del mundo, que ayudo a parte del mundo en aquella crisis del 29/30 del pasado siglo. También durante las malditas dos grandes guerras.
Ahora nos quieren hacer creer que con la república de la soja, lo volveremos a ser.
¿Error, mentira? Vamos a ver.
¿Porque el silencio de las grandes trasnacionales? Porque están celebrando lo que esta sucediendo en el debate político del país.
Son las grandes beneficiarias siempre, en las buenas y en las malas, allí están, son el centro del debate por su invento, esta soja posmoderna y todo su aparato tecnológico, pero la verdad es, que no están en la consideración pública, política y menos de los que ahora si llama Joaquín Morales Sola, "los campesinos". Unos y otros, usan y abusan, de la gente que si pone las manos en la tierra, como aquellos viejos nuestros, socialistas, anarquistas, liberales otros, arco iris, diversidad cultural. Diversidad, ¿cómo, qué?.
Estamos mal. Estamos mal porque tenemos una mesa con tres patas y se puede romper de cualquier manera, se va a romper.
La pata genética, sin patria y con bandera de un solo verde, verde poroto, reitero, en silencio.
La corrupción que se lleva todo puesto, sin límites, simbólicamente podemos decir, en los camiones de Moyano.
Y en el medio, una dirigencia política y social mayoritariamente funcional al debate impuesto, no ya sobre la republica diversa, generosa y abierta a la creatividad y la fe en su propia diversidad cultural, creativa, productiva y ejemplo de la cultura y la educación para el mundo, o por lo menos, para otra Sudamérica posible.
No, esta "república unida de la soja", como aquella publicidad de Syngenta*, solo expresa una verdad, la verdad de la realidad, que por ser real no quiere decir, para nada quiere decir, que sea La Verdad.
Simplificación, pobreza de ideas, coyuntura, especulación electoral, todo, o casi todo, más de lo mismo. Sin gente y sin tierras, vamos con Syngenta, vamos con Monsanto, vamos con Moyano, vamos con Sola, Macri, ¿Menem? ¿donde vamos?
Si para parar unas de estas patas, la oficial, se debe elegir a los actores de las otras dos, estamos mal, muy mal.
Es tan impactante, es tan frontal, es tan poco creíble, que entre la República de la Soja o del oro verde, no deben existir dudas, que debemos optar por la República de la ética para la sustentabilidad y no por estas dependencias culturales de la mesa de las tres patas.
Como dice el manifiesto por la vida...** “La crisis ambiental es la crisis de nuestro tiempo. No es una crisis ecológica, sino social. Es el resultado de una visión mecanicista del mundo que, ignorando los límites biofísicos de la naturaleza y los estilos de vida de las diferentes culturas, está acelerando el calentamiento global del planeta. Este es un hecho antrópico y no natural. La crisis ambiental es una crisis moral de instituciones políticas, de aparatos jurídicos de dominación, de relaciones sociales injustas y de una racionalidad instrumental en conflicto con la trama de la vida".
 
Aquí estamos, en plena crisis, de las ideas y de la búsqueda.

Jorge Daneri
jorgedaneri@arnet.com.ar
Marzo de 2009.


* Aviso publicado por Syngenta el 27 de diciembre de 2003 en la sección rural del diario argentino La Nación.
Un mapa de la simbólica "República Unida de la Soja", integrada por Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil, cubierto por soja RR..
** http://www.pnuma.org/educamb/mantexto.php

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