Ese quimérico ecoturismo




Por Stephen Leahy/www.tierramerica.net

El turismo entraña una paradoja: ha iluminado maravillas naturales que no pueden desaparecer y al mismo tiempo las ha puesto en peligro, reflexionan especialistas
El turismo mundial debe cumplir hoy más que nunca un papel en el desarrollo sustentable y el alivio de la pobreza, sostuvieron especialistas en un simposio celebrado en la ciudad canadiense de Quebec.
Pero otros se preguntan si puede ser sustentable un negocio que implica volar miles de kilómetros para llegar a un ecohotel en la jungla, cuyo funcionamiento es neutro en emisión de gas carbono.
El transporte aéreo es un gran contribuyente a la contaminación causante del cambio climático, dijo el especialista Costas Christ a más de 500 concurrentes al simposio internacional sobre Desarrollo sostenible del turismo, celebrado entre el 16 y el 19 de este mes.
Sin embargo, el turismo internacional ha jugado un papel importante en la conservación de la biodiversidad.
"Sin turismo, el pantanal brasileño, el mayor humedal del mundo, simplemente se habría convertido en un gran campo de pastoreo de ganado para McDonald’s", ejemplificó Christ, ex presidente del consejo directivo de la Sociedad Internacional de Ecoturismo.
Si no fuera por el turismo, África no tendría sus parques y reservas naturales y el triángulo de coral (que abarca aguas de Filipinas, Indonesia, islas Salomón, Malasia, Papúa Nueva Guinea y Timor Oriental) habría quedado devastado por la pesca, continuó.
"El desafío es hacer turismo de manera correcta", dijo Christ.
Muchos errores
La industria turística ha cometido muchos errores. Pero en los últimos años se ha dado cuenta de que con el cambio climático y otros problemas ambientales, no tiene futuro si no se vuelve sustentable, opinó.
La esencia misma del turismo es vender cultura y naturaleza, y "los empresarios y políticos tienen que comprender" que deben protegerlas, o simplemente no habrá industria, planteó.
Incluso el turismo masivo -a veces llamado "de playas"- depende de la naturaleza, aunque Christ cree que la gente se está apartando de ese tipo de vacaciones.
En la última década la actividad turística experimentó un crecimiento fenomenal. En 2008 hubo 920 millones de viajes internacionales, 2% más que el año anterior, pese a la economía mundial en crisis, según la Organización Mundial del Turismo (OMT).
Según Christ, "la crisis económica es una oportunidad para reflexionar sobre cómo hacer turismo correctamente".
Eso es lo que hacen las 100 empresas turísticas más grandes, señaló. El Consejo Mundial de Viajes y Turismo, que las reúne, anunció en febrero que sus miembros se comprometieron a abordar su responsabilidad en el cambio climático y a reducir en 30% sus emisiones de carbono para 2020, en relación a los registros de 2005.
Si el turismo consigue ser menos agresivo con el ambiente, también puede aliviar la pobreza, dijo Francesco Frangialli, ex secretario general de la OMT.
Turismo sostenible
Frangialli se refería a la iniciativa Turismo Sostenible-Eliminando la Pobreza (ST-EP, por sus siglas en inglés).
Hoy existen 70 proyectos ST-EP en todo el mundo. Se trata de dirigir el dinero que gastan los turistas y las inversiones vinculadas, para mejorar los ingresos y la calidad de vida de los pobres.
En el delta del río Mekong, en el noreste de Camboya, un proyecto ST-EP lleva turistas a ver al delfín de agua dulce (familia Platanistoidea), una especie al borde de la extinción. Los visitantes pernoctan en las aldeas de la zona, consumen productos del lugar, compran artesanías hechas allí y van a ver a los animales guiados por ex pescadores.
Todo ese circuito da a los habitantes de la zona capacidad para proteger a los menos de 100 ejemplares que aún subsisten, dijo Frangialli. "El turismo está salvando a una especie que de otro modo probablemente desaparecería", aseguró.
Este tipo de turismo, a veces llamado ecoturismo, representa como mucho de tres a cuatro por ciento del sector.
El turismo masivo aún constituye más de 50% de los negocios y debe evolucionar y volverse sustentable, afirmó.
Tal como pasa con el desarrollo sostenible, el turismo sostenible "es un concepto tan vago que nadie está en contra de él, pero puede no significar nada", dijo Richard Butler, profesor de la escocesa Universidad de Strathclyde.
Por tanto, hay muchas políticas de desarrollo sustentable, pero no mucha acción, señaló.
Desde la perspectiva del cambio climático, cuando los turistas vuelan miles de kilómetros para llegar a una aldea en la selva amazónica, no importa en absoluto si ésta es neutra en carbono o no, planteó Butler.
Y, aunque ese proyecto puede ayudar a aliviar la pobreza en ese lugar, "¿cómo se traslada a los turistas a esos lugares de modo sostenible?", se preguntó.
El turismo es una enorme fuerza económica y social de la que sentirse orgullosos, opinó. Pero para avanzar hacia la sustentabilidad es importante observar los destinos que eligen los turistas.
"Algunos lugares, como la Antártida, deberían estar fuera de las opciones turísticas", opinó.
Establecer límites al turismo es necesario pero no fácil, reconoció Butler, para quien el objetivo primordial debe ser "que no queden impactos negativos netos".
Ningún destino turístico puede llamarse sostenible sin sistemas de control efectivos, concluyó. LN

Fuente: /www.tierramerica.net

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