El G8 bloquea la protección del medio ambiente





En la última cumbre del G8, los países industrializados han dejado escapar una nueva ocasión para llegar a un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kyoto a partir del 2012, cuando este último expira.

Frank Eßers (Die Linke / Marx21) |

Nada extraño, dadas las tensiones existentes entre los diferentes miembros del G8. Según expertos en materia de medio ambiente, sería necesario que la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) alcanzase entre 2013 y 2017 su pico, para empezar entonces a disminuir considerablemente. Pero sigue sin haber consenso al respecto.
En el texto del G8 solamente se apunta que el punto álgido de las emisiones debe ser alcanzado “lo más pronto posible”. “Los presidentes y presidentas de los países miembros del G8 se han revelado en l’Aquila como meros charlatanes”, juzga Greenpeace.
Hasta el año 2020 deberían reducirse las emisiones de GEI, como mínimo, un 40%; hasta 2050, un 80%. Sólo así podría lograrse que el calentamiento de la Tierra se mantuviera en el umbral de 2 grados Celsius. Este calentamiento adicional es considerado por el Consejo de Medio Ambiente de las Naciones Unidas como el máximo permitido por el planeta sin que se produzcan graves trastornos climáticos. Para muchos países, entre ellos los más empobrecidos, un calentamiento de 2 grados sería ya insoportable.
Los desacuerdos se imponen a la protección del medio ambiente
Los objetivos de reducción de emisiones planteados hasta la fecha por los países occidentales son insignificantes. Ni siquiera aquéllos países que firmaron el Protocolo de Kyoto han cumplido con algunos de sus compromisos.
Desacuerdos los hay en la actualidad entorno al año base sobre el que las reducciones de GEI deben ser medidas. Así, Japón y EEUU exigen calcular las reducciones en base al 2005, y no al 1990. Dado que en este período de tiempo las emisiones han aumentado considerablemente, el 2005 no sirve como año base para lograr mantener el umbral de 2ºC de calentamiento. El presidente Obama, elegido también con la esperanza de que los EEUU no sigan boicoteando la protección del medio ambiente, decepciona a muchos de sus simpatizantes apostando por el año 2005.
El G8 deja a los pobres en la estacada
Igual de preocupante es que el G8 no presenta medidas concretas para apoyar financieramente a países empobrecidos y en vías de desarrollo en la adaptación a las consecuencias del cambio climático. Esto sería necesario y justo, ya que los países miembros del G8 son responsables de casi la mitad de las emisiones globales de GEI. Los países industrializados son los que más han contribuído al calentamiento global. Sin embargo, las perceptibles consecuencias del cambio climático las sufren, sobre todo, las personas del Tercer Mundo.
Expertos en medio ambiente y organizaciones ecologistas exigen, por ello, que los países en vías de desarrollo reciban al menos 110.000 millones de euros al año de las naciones industrializadas para energías renovables, adaptación al cambio climático y protección medioambiental.
¿Fracasará Copenhague?
Sin tal ayuda y una seria protección del medio ambiente por parte de los países occidentales, no habrá un relevo para el Protocolo de Kyoto. Países como China e India no están dispuestos a reducir sus emisiones mientras los países de Occidente no hagan sus deberes.
“No hay dinero, no hay acuerdo”. Con estas palabras resumía el Comisario de Medio Ambiente de la Unión Europea, Stavros Dimas, la situación actual antes de la conferencia de la o­nU sobre el clima, que tendrá lugar en Copenhague a finales de año.
Mientras no se superen las tensiones internas del G8, díficilmente se acordará en Copenhague ningún sistema de regulación que sustituya al Protocolo de Kyoto a partir del 2012. El margen de tiempo para un arreglo es demasiado escaso.
Muchos actores de los movimientos ecologista y anticapitalista están preparando protestas para la cumbre de Copenhague. Su objetivo es ejercer presión a los gobiernos para que éstos se tomen en serio la protección del medio ambiente.

Frank Eßers es miembro de la organización socialista Marx21 y del partido Die Linke en Alemania.
Traducción de Isaac Salinas
http://www.enlucha.org

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