ESPAÑA: Tolerancia cero con los incendiarios





El peligro no está en el fuego, sino en quien lo prende. Los incendios no son una catástrofe natural, el hombre está detrás de muchos de esos fuegos que devoran los montes gallegos cada verano. La mayoría de los incendiarios son reincidentes y, como estrategia de prevención prioritaria, las fuerzas de seguridad realizarán un seguimiento a los detenidos o fichados en temporadas anteriores. Estos equipos especializados compartirán tareas de vigilancia con las fuerzas de seguridad, incluido el ejército.

El 60% de los incendios son provocados y la larga experiencia de campañas anteriores, investigando y persiguiendo a los autores de los fuegos, permiten dibujar el perfil del incendiario.

‘En nuestros registros figuran nombres y lugares vinculados a fuegos que fueron provocados. Muchos de esos casos pasaron ya al archivo y se convierten en una información muy valiosa para facilitar el trabajo de los agentes de la Guardia Civil que se encargarán de vigilar el entorno de los reincidentes en la medida de lo posible’, apunta Álvaro García Ortiz, fiscal de Medio Ambiente.

Galicia es la comunidad con más infractores condenados: 38 de las 84 sentencias dictadas el año pasado salieron de juzgados gallegos. Es un dato proporcional al del número de incendios: la mitad de los fuegos que se registran cada verano en España queman el monte gallego. En el primer semestre de este año se practicaron 101 detenciones de incendiarios, el 95% de los casos por imprudencia.

Máximo riesgo

Uno de cada diez municipios gallegos está en situación de máximo riesgo; detrás del peligro no está siempre la mano del hombre, el origen del fuego está en algunas ocasiones en vertederos ilegales o tendidos electrónicos en mal estado. Brigadas y patrullas realizan una vigilancia especial en las áreas con concentración de incendios, donde cuentan con la estrecha colaboración de los agentes forestales. La consellería de Medio Rural insiste en que desde principios de julio hasta finales de septiembre no están autorizadas las quemas e insiste en que los incendios no son una catástrofe natural, casi siempre está detrás la mano del hombre.

Objetivo: reducir un 20% la superficie afectada

Prevención, disuasión e intervención rápida en caso de fuego. No hay excusas para evitar actuaciones de riesgo y la vigilancia será fundamental para conseguir objetivos marcados por la Xunta: reducir un 20% el número de incendios y la superficie afectada respecto a la media de los últimos diez años. El balance de la campaña estival será positivo si se mantiene por encima del 70% el nivel de conatos (fuegos que abarcan menos de una hectárea), evitando que se supere el promedio de tres hectáreas quemadas por cada foco y que los mayores de 25 hectáreas no pasen del 2%.

La colaboración ciudadana, que puede avisar a los medios de extinción en los teléfonos 085 y 112, es la mejor baza para minimizar el daño. Las unidades de vigilancia y prevención se concentrarán en las 195 zonas de riesgo, más de 300 parroquias en las que se han contabilizado al menos diez fuegos por año o una media que supera cuatro veces la de su distrito.

El plan de prevención y defensa contra incendios forestales (Pladiga) contempla 6.070 efectivos -4.960 vinculados a la Xunta y 1.110 a los concellos-, a los que se unirán 192 agentes de la Policía Autonómica, 842 bomberos de parques urbanos y comarcales, y 8.900 voluntarios de Protección Civil.

El Ejército desplegaba esta semana 23 patrullas terrestres, integradas por tres soldados y un vehículo, y dos helicópteros de vigilancia. Uno de esos equipos, perteneciente a la Brilat, inició su misión el miércoles pasado en los montes de Ponteareas. ‘Lo que intentamos es que durante las 24 horas haya vehículos patrullando para vigilar y disuadir a los incendiarios que puedan plantearse la posibilidad de encender un fuego’, explica el sargento José Ángel Cancela. ‘Parte del éxito radica en el aviso y la alerta temprana’.
 
Autor: Manuel Villar. La Región. Fuente: EFE

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