El antílope de sable gigante sobrevive a la guerra civil angoleña




Cuatro años de guerra civil en España dejaron heridas –en lo económico, social, etc- que sólo el paso de varias décadas ha logrado cerrar. Apenas un soplo en el calendario si lo comparamos con los 27 años que duró la lucha fratricida de Angola. Un país castigado duramente hasta 2002 por una guerra civil en la que las bajas se contaron en seres humanos pero también en riqueza natural. Entre tanta devastación una noticia positiva: El antílope de sable gigante, una especie que se creía extinguida debido al conflicto bélico, reaparece.
El descubrimiento tiene una importancia más allá de lo puramente zoológico pues no se trata de un animal cualquiera, el antílope de sable gigante es considerado el símbolo nacional angoleño. Si, por ejemplo, la selección de fútbol de Camerún es conocida como Los Leones, el apodo del equipo nacional angoleño no es otro que es Los Antílopes Negros. Y si hablamos de fútbol es que el asunto, en la mayoría de países del planeta, es cosa seria. Muchas veces más que los temas relacionados, por ejemplo, con el medio ambiente.
Tras el final de la guerra, mientras el país volvía a la normalidad en lo posible, el Instituto de Gestión Ambiental de Angola puso en marcha un proyecto de búsqueda para encontrar al esquivo animal. Faltaba la prueba definitiva pero se sabía desde hacía semanas que este antílope no se había extinguido totalmente. Había pistas incuestionables: varios pastores habían observado a ejemplares en la lejanía y las cámaras instaladas en el Parque Nacional de Cangandala mostraron imágenes distantes del animal.

El proyecto selló su éxito de forma oficial cuando un grupo de científicos pudo observar a tres ejemplares adultos de este tipo de antílope que los portugueses –antiguos colonizadores de la región- bautizaron como Palanca Negra. El encuentro se produjo en las reservas naturales situadas al norte del país y una de las hembras fue capturada y, antes de dejarla en libertad de nuevo, se le colocó un collar con un GPS que permitirá su seguimiento y el del el resto de la manada.
Vía | www.jamaicaobserver.com
Fotografía | legdog

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