Más ruido y confusión en el mar por CO2






Laura Plitt




Mucho se ha hablado hasta ahora de la acidificación de los océanos por el aumento de las emisiones de dióxido de carbono y sobre el impacto devastador que este fenómeno tiene sobre los arrecifes de coral.
Sin embargo, un nuevo aspecto hasta hace muy poco tiempo desconocido es el efecto del incremento del C02 en la capacidad de las aguas oceánicas para absorber el sonido.
Esto podría tener serias consecuencias no sólo para la fauna marina sino también para todos los sistemas que se basan tecnología acústica, como los sonares o los aparatos para detectar la presencia de movimientos telúricos.
Según un estudio llevado a cabo recientemente por Richard E. Zeebe y Tatiana Ilyna de la Universidad de Hawai, la concentración de sustancias químicas que absorben el sonido en los océanos del mundo ha disminuido -y continuará decayendo- a raíz de la acidificación de los océanos.
Al haber menos sustancias químicas que amortigüen los ruidos, estos pueden viajar más lejos y por lo tanto, el espacio marino se torna más ruidoso.
Los sonidos a los que hace referencia el estudio son aquellos que normalmente están presentes en las aguas del mar, como por ejemplo el ruido que hacen los barcos en su travesía y que caen en el rango de frecuencias relativamente bajas (entre 1.000 y 5.000 Hz).
Interferencias
La bulla no se sentirá de la misma manera en todas partes. El informe señala que será más marcada en las latitudes altas y en las regiones de aguas más profundas -donde la disminución del pH será mayor-, donde se estima que la absorción acústica puede llegar a disminuir en 60% para 2010.
Los impactos serán muchos, le dijo a BBC Mundo Zeebe, uno de los autores del estudio. "Esto puede acarrear consecuencias preocupantes para cualquier sistema basado en tecnología acústica, como los sonares o los dispositivos que estudian los movimientos sísmicos".
Es importante notar que los sonares tienen múltiples aplicaciones no sólo civiles, sino también científicas y militares: lo utilizan los buques, los submarinos y también -entre otros- los torpedos.
Por otra parte, las consecuencias "las sentirán probablemente los mamíferos que dependen para orientarse de ciertos sonidos en determinadas frecuencias", señala el investigador.
Si el sonido de fondo, más fuerte por la mayor concentración de CO2, se superpone con los ruidos que producen los animales que utilizan el sonido como su brújula o para comunicarse, "esto puede tener un efecto negativo".
"Aunque por otro lado", añade Zeebe, "puede traer beneficios, ya que los mamíferos podrán también comunicarse con sus pares a distancias mayores.
Mitigación
El próximo paso será estudiar el impacto específico sobre los animales marinos.
Estudiar las consecuencias exactas para la vida marina así como el efecto específico de la mayor presencia de ácido en el océano sobre las distintas frecuencias será el siguiente paso para los investigadores de la Universidad de Hawai.
Sin embargo, ya han advertido que la única opción para minimizar su impacto es reducir las emisiones de dióxido de carbono generadas por la actividad humana.
"Lo única alternativa viable es reducir las emisiones de CO2 ya que el problema del sonido es sólo uno de los efectos negativos. El más severo es el impacto sobre los corales, con todas sus implicaciones", dice Zeebe.
"Y", añade, "ninguna de las soluciones que se han propuesto para evitar el calentamiento global ayudan a evitar la acidificación de los océanos".

BBC Mundo, Medio Ambiente

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OCEANOS MAS RUIDOSOS DEBIDO A LA CONTAMINACION




Un estudio publicado por un grupo de científicos americanos dice que la contaminación ha hecho más ruidosos los océanos del mundo, causando efectos dañinos en ballenas, delfines y otra vida marina.
Estos efectos incluyen la muerte y graves lesiones provocadas por hemorragias cerebrales u otros traumas en el tejido, varamientos, pérdida o lesión del oído, ya sea temporal o permanente,  desplazamiento del hábitat preferido así como alteraciones en la alimentación, reproducción, cuidado de las crías, comunicación, percepción y otros comportamientos vitales para la supervivencia de estas especies.
El incremento en el número de lanchas motoras, principalmente el tráfico de buques comerciales, la exploración y extracción de petróleo y otros minerales, el sonar e incluso el tráfico costero de las motos de agua, está contribuyendo al incremento del nivel del ruido bajo el agua.
Los sonidos artificiales ahogan las llamadas de machos, crías y otras manadas de las que dependen estos animales.
El informe, publicado en la revista científica Nature, afirma que el sonido es absorbido principalmente gracias a la viscosidad del agua y a la presencia de determinados productos químicos en disolución, sin embargo, debido a la acidificación de los océanos, la concentración de estos productos químicos responsables de absorber el sonido en los océanos ha disminuido, provocando en su lugar un aumento de las concentraciones de dióxido de carbono.
Los científicos señalan que con el número de barcos, cifra que se ha duplicado en los últimos 40 años, los niveles de dióxido de carbono han aumentado de manera espectacular, provocando descensos en los niveles de PH e incrementos en la acidez de los océanos.
Los científicos hallaron que en el 2100 el incremento de la acidez puede llegar a reducir la capacidad de absorción del sonido del agua del mar en más de un 60 por ciento en los océanos de latitud alta.
Uno de los efectos negativos del incremento de la acidez es la disminución de la velocidad de calcificación como la observada en los arrecifes de coral. Los autores del estudio señalan que una consecuencia menos pronosticada de la acidificación de los océanos es su efecto en la absorción del sonido bajo el agua.
'Una disminución en el PH del agua del mar reduce la absorción del sonido en un rango de baja frecuencia y como resultado, provoca un incremento de la transmisión del sonido,' añaden.
El estudio señala que el calentamiento global futuro puede reducir además la capacidad de absorción del sonido del océano a determinadas frecuencias.
'Niveles altos de sonido de baja frecuencia pueden tener varios efectos en la biología y comportamiento de la vida marina.'
A diferencia de otros contaminantes visibles más obvios, tales como vertidos de petróleo o escombros marinos, los efectos de la contaminación acústica no son tan fáciles de advertir. Se desconoce el alcance que puede tener el impacto negativo de estos sonidos artificiales en los océanos. 
Fuente: RedOrbit Staff & Wire Reports.
oceansentry.org

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