Planean reemplazar principal estatua de Roca por Monumento a la Mujer Originaria





A un paso de la Plaza de Mayo en Buenos Aires se levanta el monumento ecuestre que con más énfasis homenajea al conquistador del territorio mapuche en Argentina. Sin embargo, el escultor Andrés Zerneri y el escritor Osvaldo Bayer aspiran a conmover los cimientos de la identidad argentina. La metodología es la misma que se puso en práctica para levantar el Monumento al Che Guevara...



por Adrián Moyano
FUENTE: Azkintuwe

Puelmapu - La reacción de los sectores más conservadores puede adivinarse: en coincidencia con el Bicentenario de la Revolución de Mayo, la propuesta consiste en sustituir la estatua del general Roca que ornamenta la zona céntrica de Buenos Aires por el Monumento a la Mujer Originaria. Las discusiones que se dispararán serán imperdibles, si se tiene en cuenta que en la capital argentina gobierna una de las versiones más descarnadas de la derecha.

Es parte esencial de la apuesta el escultor Andrés Zerneri, que ya tiene un antecedente de fuste en su trayectoria reciente. “El Monumento a la Mujer Originaria nace siguiendo el mismo espíritu y sistema con el que hicimos el Monumento al Che Guevara: apelando a la solidaridad de la gente. Pero el inicio se lo debemos a Osvaldo Bayer, que una vez comentó en público, estando yo presente, que sería bueno que se hiciera con el mismo sistema un homenaje a los pueblos originarios. Yo soy escultor y dentro de mis cuestiones éticas con este oficio, sentí ese comentario como una orden”.

Para quienes no conocen la capital argentina al dedillo, digamos que el monumento a erradicar se alza a pasos de la Plaza de Mayo, su centro neurálgico e histórico. Justamente, fue el escritor y periodista quien se encargó de poner de relieve que la pieza escultórica es la más alta e importante, ya que supera incluso por sus proporciones a los indiscutibles padres de la patria argenta: San Martín y Belgrano.

El desafío es importante, pero “no tuve más que ponerme a trabajar con ese tema”, le dijo el escultor desde Buenos Aires a Radio El Arka (Furilofche). Nos volvimos a juntar con Osvaldo y muy naturalmente, sin haberlo fundamentado mucho, los dos pensamos que un monumento a los pueblos originarios debía simbolizarse a través del cuerpo de una mujer. No pensamos en la lucha de género, lo hicimos porque nos parece mucho más natural que el cuerpo de una mujer represente a los dos géneros. Pero como estamos hablando de pueblos originarios, a la vez hablamos de la identidad de todos, de los no originarios también, porque quizá en el marco del Bicentenario va a ser importante que sintamos como parte de nuestra genética social la sangre originaria y reconocerla”, se esperanzó el artista.

Oportunidad única

Con el argumento precedente, la dupla Zerneri-Bayer aspira a conmover los cimientos de la identidad argentina. “Este evento va a tomar otra vez una dimensión histórica por la participación de mucha gente, aparte va a ser cuantitativamente mucho más grande y va a estar emplazado en un lugar donde al menos, va a dar que hablar. Creo que nos da una oportunidad, en este cumpleaños número 200 que tenemos como país, de dar a conocer algunas cuestiones más sobre los pueblos originarios: por ejemplo, que se hablan catorce lenguas en este país y que hay culturas, religiones y posiciones filosóficas. También las situaciones problemáticas que tienen que ver con lo territorial, la lengua, la cultura y también, la lucha ambientalista de los pueblos originarios. Así que este proyecto va a ayudar no sólo a las luchas que se dan en todo el territorio de los pueblos originarios, sino también como construcción y aporte a la identidad de todos”.

Existe otra faceta destacable de la metodología, ya que las toneladas de bronce que Zerneri aspira a reunir provendrán de la gente que comparte la idea. La experiencia ya resultó exitosa en el caso del Monumento al Che. “Es exactamente lo mismo, nosotros necesitamos bronce y cuando hablamos de bronce, lo que queremos son llaves, porque si a alguien se le rompe una llave, simplemente la tiraría. Entonces, esas llaves rotas o en desuso, con 200 mil de ellas podemos realizar una escultura de 10 metros de altura y 10 toneladas. La intención es que podamos construir, tal cual lo hicimos con el Che, a través de centros de acopio que se generan en distintas ciudades y después organizamos alguna forma para que el bronce se pueda traer hasta mi taller, en Buenos Aires. En su momento, Bariloche hizo un aporte muy grande para el monumento al Che, como siete baldes de esos de 20 litros. Con mucha alegría, arreglamos después con una camionera el transporte que los acercó y después yo fui a buscarlos a un punto de acá, de Capital Federal. O sea, puede no costar un peso el proyecto. Seguro que al Estado no le va costar un peso y además, pone a prueba nuestra organización”, desafió.

Durante el proyecto rosarino, se registraron conductas difíciles de prever. “Recuerdo que alguna maestra de Tucumán o Santa Cruz organizaba en su colegio una pequeña urnita, un frasco de vidrio con llaves y lo que hacía después era ir hasta la terminal de colectivos, para dársela a cualquier persona que conociera o no. Simplemente, esa persona después me llamaba a mí y yo iba a Retiro. Así que simplemente es organización, no hay costos. De esa manera pudimos recibir bronce de casi todas las provincias”.

Antecedente para el resto

Ahora, Zerneri aspira a subir la apuesta. “En esta oportunidad y con más razón, es un monumento que va a tener una potencia muy fuerte porque apunta claramente a la identidad de todos. Así que no se pierdan la posibilidad de participar en este proyecto del Bicentenario, va a ser una linda oportunidad para que saquemos definitivamente el monumento a Roca que tenemos acá en Buenos Aires y sentar jurisprudencia, porque hay tantas calles, plazas, bibliotecas, ciudades que tienen el nombre de ese asesino... Que puedan reivindicarse y en nombre de la reparación y la memoria, se puedan re-significar”.

El proyecto también implica un despliegue considerable desde la estricta dimensión artística. “Si bien siempre hay una perspectiva personal, esa es la parte más íntima de un proyecto que involucra a mucha gente. Lo que estoy haciendo es mantener una serie de charlas con mujeres de pueblos originarios que me cuentan cómo se ven a sí mismas. Es una serie de talleres, donde ellas me cuentan sobre costumbres y simbología. Yo voy a hacer una interpretación escultórica de toda esa información”.

Todavía falta para el momento culminante, pero la escultura propiamente dicha ya está delineada. “Básicamente, va a ser el cuerpo de una mujer joven, en el que se va a notar un pequeño embarazo. Eso simboliza el futuro, las nuevas generaciones, porque creo que cuando hablamos de los pueblos originarios no es sólo para hacer historia o antropología: estamos hablando del futuro... El aporte de un historiador como Osvaldo Bayer respecto a las atrocidades de la Campaña al Desierto y toda esa información documentada, siempre es en función del futuro, no de sembrar rencor sino para reparar nuestra memoria y poder mejorar como pueblo. Por eso, simbólicamente queremos hablar de una mujer joven, embarazada. En un principio, me imaginaba que iba a tener mucha simbología de la iconografía de distintos pueblos originarios, pero conforme voy enterándome, no es necesario. Entonces, quizás haya que apelar a algo más natural, al desnudo por ejemplo, que de hecho es lo que más tenemos en común originarios y no originarios: la piel, la raza humana. Como dice Bayer, será una mujer que tenga los rasgos de la gente color de la tierra, con actitud de estar avanzando y contemplativa, como simbolizando algo más sabio. Lo que quiero decir es que si fuera la estatua de un hombre, una de las cosas que sabemos hacer los hombres es la guerra y tendría otras connotaciones, llevaría a una simbología de la resistencia un poco más agresiva”, destacó Zerneri.

La historia se desenvuelve a través de procesos que se extienden en el tiempo, pero para el ideario argentino la revolución tuvo su momento culminante cuando asumió el poder político la Junta de Gobierno, en lugar del virrey. Esa sería la fecha clave pero “para el 25 de Mayo no llegamos, sí pensamos que el 11 de Octubre podría ser un buen día para inaugurarlo, donde está el monumento al general Roca, frente al edificio de la Legislatura porteña y al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)”. Será para alquilar balcones.

FUENTE: Azkintuwe

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