CHINA: Ambientalistas pugnan por un río libre





Por Gordon Ross


Río Nu

Crédito: Gordon Ross/IPS


VALLE DEL RÍO NU, China, feb (IPS) - El Nu es uno de los dos grandes ríos de China donde todavía no hay represas. Pero es posible que esta situación no perdure.
Este río fluye desde las alturas de Tíbet, atravesando dos cadenas montañosas en la meridional provincia china de Yunnan, antes de cruzar Birmania para internarse en el mar de Andamán. 

Es hogar de un tercio de las etnias del país, así como de 7.000 especies de plantas y 80 de animales raros o amenazados. 

Fue aquí que los misioneros cristianos birmanos ingresaron por primera vez a China. Actualmente las comunidades nu y tibetana siguen siendo fervorosamente católicas, asistiendo a misa en pequeñas iglesias y entonando cánticos bajo imágenes de Jesús y de la Virgen María. 

En 2003, un consorcio de empresas de electricidad propuso construir 13 represas a lo largo del río Nu (cuyo nombre significa "enojado", en alusión al manantial que fluye con fuerza de sus aguas). El proyecto producirá más electricidad que la represa de Tres Gargantas, que se extiende sobre el río Yangtze, en la central provincia de Hubei. 

Esto unió al naciente movimiento ambientalista chino, que lanzó una campaña para impedir la instalación de las represas sobre el Nu. 

La prensa nacional e internacional recogió estos hechos. En 2004 el primer ministro Wen Jiabao ordenó interrumpir el proyecto y realizar una completa evaluación ambiental, lo que supuso una victoria crucial para los ecologistas chinos. 

Sin embargo, ese triunfo tuvo una corta vida. La evaluación ambiental nunca se difundió públicamente. El gobierno dijo que, como el Nu es un río internacional --conocido fuera de China como Salween--, los planes de desarrollo quedan bajo la ley que establece el secreto de Estado. 

El proyecto se redujo de 13 represas a cuatro, y los trabajos preliminares continuaron pese al edicto de Wen. En marzo de 2008, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma publicó su plan quinquenal para el desarrollo energético, que listó a los embalses sobre el río Nu como proyectos clave. 

Actualmente está casi completa la construcción de una pequeña represa sobre un afluente del Nu, al sur de los Tres Ríos Paralelos, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). 

En 2007, habitantes de la aldea de Xiaoshaba, de unas 120 familias, cercana a la sudoccidental ciudad de Liuku, fueron reubicados en nuevos bloques de apartamentos para dejar espacio a la central eléctrica. Mientras, en Birmania, un proyecto de embalse generará electricidad que será vendida a China. 

En mayo de 2009, Wen volvió a frenar los proyectos hasta que se finalizara una completa evaluación ambiental. Pero según algunos observadores, cuando el jerarca de abandone el cargo en 2012, los proyectos se reanudarán. 

Aunque los ambientalistas se oponen firmemente a instalar represas en el Nu, la controversia no se reduce a "blanco o negro". China está sedienta de energía, y 80 por ciento del suministro eléctrico del país actualmente es provisto por plantas alimentadas a sucio carbón. 

La energía hidroeléctrica representa apenas 15 por ciento de la electricidad de China, y es considerada una alternativa más limpia, aunque controvertida. 

Las represas también pueden crear muy necesarios puestos de trabajo en la empobrecida región del Nu. El gobierno local estima que apenas 20 por ciento de los habitantes de esa zona poseen electricidad, algo que las represas pueden remediar. 

A lo largo del Nu, los puntos de vista varían. Kristen McDonald, una estadounidense que entrevistó a 200 aldeanos en la zona para su tesis de graduación, concluyó que aproximadamente un tercio apoya el proyecto, un tercio se opone y un tercio no tiene una opinión formada. 

En Xiaoshaba, la aldea reubicada integrada principalmente por miembros de la etnia lisu, los habitantes dijeron que en general están felices con sus nuevos hogares. Estos son filas de espaciosos apartamentos de dos pisos a pocos kilómetros de sus viejas casas. 

"La aldea vieja y la nueva son en buena medida las mismas", dijo Li Yu Xin, de 40 años y conductor de un minibús que junto con su apartamento recibe un subsidio mensual por reasentamiento de unos 117 dólares. 

"El único problema es que no podemos quedarnos con los animales; no hay espacio para ellos. Pero me gusta la nueva vivienda. Apoyo la decisión del gobierno central", agregó. 

Corriente arriba, cerca del pueblo de Bingzhongluo, un aldeano de origen tibetano que trabaja como guía de senderistas, tiene menos certeza sobre los beneficios de crear represas en el río Nu. 

El aldeano, que pidió no revelar su identidad por temor a represalias, se encuentra en el quinto año de un proyecto de vídeo documental que prevé dure 20 y registre los impactos de las represas. 

"La gente es cada vez más consciente de los cambios que acarreará la represa, y sabe que no son buenos. Me preocupa cómo mantendremos vivas estas aldeas", expresó. 

Si el proyecto sigue adelante, la cultura local correrá peligro, dijo Wang Yongchen, periodista y co-fundador de la organización no gubernamental Green Earth Volunteers, con sede en Beijing, que ha participado activamente en la lucha inicial por salvar al Nu. 

Muchos aldeanos tendrán que mudarse a las ciudades. En un área cercana a Liuku, un tradicional sitio de baños de la comunidad lisu será arrasado. 

"Si se instalan represas en el río, su cultura y sus tradiciones desaparecerán", enfatizó Wang. 

Quienes se oponen a los embalses esperan que una campaña que se lleva a cabo para crear conciencia pública haga que los chinos exijan a su gobierno proteger el Nu y otras áreas similares. 

El estadounidense Travis Winn, de 26 años, quien junto con McDonald co-fundó la organización sin fines de lucro China Rivers Project (proyecto de los ríos de China), organiza actividades de "rafting" (deporte que consiste en el descenso de ríos de aguas turbulentas con balsas, botes inflables u otros vehículos afines) en el Nu y otros cursos fluviales para chinos influyentes y adinerados que pueden tomar medidas. 

"La respuesta universal es: ‘Nunca viví esto antes. Nunca pensé que China tuviera lugares tan hermosos’. Es la experiencia de sus vidas", resumió Winn.

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