Consumo solidario y responsable





Autor: HERMINIO OTERO

El consumo humano debería adecuarse a la naturaleza del ser humano, que es material y espiritual.
Pensadores y militantes ecologistas piensan que “los consumidores tenemos el poder, pero hace falta que nos lo creamos, lo ejerzamos y asumamos que se trata de consumir menos y mejor, y de cambiar de rumbo”.
Leonardo Boff critica el consumismo que la cultura del capital ha gestado. Y ofrece unos rasgos de cómo debería ser el consumo humano:


- Adecuado a la Naturaleza del ser humano, que es material (está enraizada en la Naturaleza y necesitada de bienes materiales para subsistir), y espiritual (se alimenta de bienes intangibles como la solidaridad, el amor, la acogida y la apertura al Infinito).

- Justo y equitativo. La alimentación es una necesidad vital y, por ello, un derecho fundamental de cada persona humana (justicia) y conforme con las singularidades de cada uno (equidad).

- Solidario. Consumo que supera el individualismo y se autolimita, por amor y por compasión con aquellos que no pueden consumir lo necesario. La solidaridad se expresa por el compartir, por la participación y por el apoyo a los movimientos que luchan por los medios de vida, como son la tierra, la vivienda y la salud. Implica también la disposición a sufrir y a correr los riesgos que tal solidaridad comporta.

- Responsable. Se da cuenta de las consecuencias del modelo de consumo que practica, si es suficiente y decente, o sofisticado y suntuoso, si consume lo que necesita o desperdicia aquello que va a faltar en la mesa de los otros. La responsabilidad se traduce por un estilo sobrio, capaz de renunciar, no por ascetismo, sino por amor y en solidaridad con los que sufren necesidad. Se trata de una opción por la sencillez voluntaria y por un patrón de vida conscientemente contenido, que no se somete a los reclamos del deseo ni a las solicitaciones de la propaganda.

- Realizador de la integralidad del ser humano. Tenemos necesidad de comunicación y de relacionarnos, y satisfacemos esta necesidad alimentando relaciones personales y sociales que nos permiten dar y recibir y en este intercambio nos complementamos y crecemos. Tenemos necesidad de amar y de ser amados. Satisfacemos esta necesidad amando con gratuidad a las personas y a quienes son diferentes a nosotros.

Tenemos necesidad de transcendencia, de atrevernos y de ir más allá de cualquier límite impuesto. Todas estas formas de consumo realizan la existencia humana en sus múltiples dimensiones.

Boff termina diciendo que estas formas de consumo, que serían una auténtica revolución ecológica, no cuestan y no gastan energía: presuponen solamente el empeño y la apertura a la solidaridad, a la compasión y a la belleza. Y termina: “¿No traduce todo esto aquello en lo que pensamos cuando hablamos de felicidad?”

Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias

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