Lo que esperamos de la conferencia mundial de los pueblos sobre el cambio climático




Jubenal Quispe
Kaos en la Red



Ante el fracaso de la 15ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en Copenhague, en diciembre pasado, y obligados por las acuciantes evidencias del cambio climático, los pueblos del mundo (sociedad civil y algunos gobernantes) se darán cita en la ciudad de Cochabamba-Bolivia, los días 20 al 22 de abril del presente año para celebrar la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra. Los temas a debatir son:
 1.Las causas estructurales y sistémicas que provocan el cambio climático y propuestas de medidas de fondo que posibiliten el bienestar de toda la humanidad en equilibrio con la naturaleza.
 2.El proyecto de Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra
 3.Nuevos compromisos para el Protocolo de Kioto y para proyectos de decisiones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en cuestiones de: deuda climática, migrantes-refugiados del cambio climático, reducción de emisiones, adaptación, transferencia de tecnología, financiamiento, bosques y cambio climático, visión compartida, pueblos indígenas, y otros.
La iniciativa surgió a raíz de que la sociedad civil organizada y varios gobernantes de diferentes países del mundo fueron excluidos sistemática y abiertamente del debate y decisiones en la cumbre de Copenhague. Por eso, en buena medida, la conferencia de los pueblos intenta recoger las desoídas agendas en aquella cumbre.
En el primer tema, científicos, activistas y líderes de los pueblos indígenas intentarán responder a las siguientes interrogantes: ¿Qué tipo de tratamiento requiere nuestro paciente, el planeta Tierra, ahora, seriamente herido? ¿Será suficiente con aplicarle mayor dosis de anestesia (tecnología limpia) mientras continuamos diseccionando (extracción/saqueo) e intoxicándola? ¿O más por el contrario debemos liberar al paciente de la psiquiatría del sistema-mundo-capitalista, y permitir que se regenere, libre del bisturí de la extracción y del consumismo? ¿Qué alternativas de filosofías de vida tenemos frente a la filosofía hedonista, de la competencia brutal entre países “desarrollados” y “sub desarrollados”? ¿Es posible el desarrollo sostenible libre de la manía del extractivismo en los países empobrecidos económicamente y ricos en recursos naturales?
En el segundo tema, cuestiones a debatir serán si se la reconoce o no a la Tierra como sujeto de derechos. Hasta ahora el debate se había inclinado a aceptar que los humanos teníamos obligaciones para con ella. Si se reconoce a la Tierra como sujeto de derechos, entonces, las categorías filosóficas del sujeto moderno (autoconsciente, racional, autónomo) estarán en entre dicho. La teoría de la Gaia planteó que la Tierra es un superorganismo vivo, pero no se habló de derechos. Con el reconocimiento de los derechos de la Tierra prácticamente se superaría no sólo los fundamentos de la antropología filosófica, sino todas las matrices de la filosofía occidental moderna.
Además, dichos derechos llevarían a definir y sancionar transgresiones (delitos) posibles. Cuestiones como la subjetividad e intersubjetividad se tendrían que extender al nuevo sujeto de derechos. En otros términos, las verdades científicas, teológicas, filosóficas, jurídicas, políticas, etc., del modo de ser y pensar occidental entrarían en entre dicho. Necesariamente estaríamos ante un nuevo paradigma holístico y hologramático.
Como se ve, los consensos de la Conferencia de los Pueblos sobre el Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra podrían, a nivel teórico, remover los fundamentos del paradigma de la ciencia moderna y de sus disciplinas de conocimiento.
Y, ¿por qué se apuesta en Cochabamba dar este trascendental salto de inflexión en la historia de la humanidad? Porque el diagnóstico de la salud de la Tierra es sumamente preocupante. Así lo evidencian los diferentes informes de los científicos de la ONU del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC). Nadie, ni los más prudentes, puede negar que la conducta de la civilización occidental ha sido letal para la Tierra en los últimos 300 años.
Si en la década de los 70 del pasado siglo las y los ecologistas (apocalípticos los llamaban) anunciaban diagnósticos severos sobre la salud del planeta. Ahora, los diferentes informes científicos oficiales nos dicen que ya estamos a destiempo. Y no necesitamos estudios científicos para verificar la despedida “silenciosa” de los nevados que quedan. La sed y la hambruna rugen cada vez más fuerte, en las puertas de las ciudades, anunciado su proximidad. El clima enloquecido expulsa a los sobrevivientes de pueblos enteros a destinos inciertos. La Tierra ya no puede producir lo suficiente para alimentar a una muchedumbre cada vez más hambrienta, por un lado, y opulenta, por el otro.
En estas condiciones, asumir nuevos compromisos y sugerir propuestas concretas para ampliar y profundizar los acuerdos de Kyoto y Convenio Marco de la ONU sobre el Cambio Climático, es lo mínimo que pueden hacer los pueblos siguiendo sus instintos de sobrevivencia. Más allá de identificar a los principales responsables de la crítica situación del planeta, los gobiernos, las organizaciones sociales e indígenas y la sociedad civil en su conjunto (participantes en la Conferencia de los Pueblos) deben asumir compromisos concretos de cambios en el modelo de desarrollo y en la cotidianidad de la vida.
Gobiernos progresistas con el de Bolivia y Venezuela están en la ineludible tarea de revisar sus políticas desarrollistas, neo extractivistas. La humanidad, más allá de los discursos y denuncias proféticas, necesita muestras concretas de que es posible cambiar los patrones de desarrollo (incluso eso que llaman sostenible). De lo contrario los debates y las conclusiones en la Conferencia de los Pueblos no tendrán nada diferente a las declaraciones muertas de Copenhague. Aunque nos cueste, no es coherente exigir a los demás lo que nosotros no estamos dispuestos a hacer.
Con seguridad en dicha Conferencia estarán varios países latinoamericanos de los ocho que comparten la Amazonía. Sería sumamente aleccionador si estos definieran una concertada defensa cerrada de la Amazonía, desistiendo de todas las insostenibles políticas extractivistas de hidrocarburos, minería y bosques. Decir no a las irresponsables represas, agroindustria y monocultivos para el biodiesel ya sería una rebeldía en contra de la “civilización de la muerte”. Ud. me dirá: ¿de dónde sacamos el dinero para luchar contra la pobreza? Pues, la defensa de la Amazonía es una de las últimas garantías que los pueblos amazónicos tiene para exigir y negociar la deuda ecológica con los países ricos. De allí podría venir el dinero. Además, bienes como litio esperan atraer la atención de inversionistas, en lugar de mirar hacia la Amazonía. ¿De la Amazonía tenemos que servirnos? Sí, pero en el marco de un plan de transformación sostenible e integral que involucre a todos los pueblos guardianes.
Sólo así la Conferencia de los Pueblos sensibilizará y moverá voluntades en diferentes latitudes. De lo contrario será una conferencia más para hacer turismo en “defensa” de la Tierra, con muchos aviones repletos de ambientalistas. Aprendimos en Bolivia que nadie puede hacer por nosotras/os, sino es nosotras/os por nosotras/os mismos. Obliguémonos y comprometámonos a exigir a nuestros gobernantes a garantizar el derecho a la Vida de nuestra Madre Tierra. Y entre todos/as hagamos que la oscuridad radiante siga dando paso al amanecer refulgente.
www.kaosenlared.net/noticia/esperamos-conferencia-mundial-pueblos-sobre-cambio-climatico

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Primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático
Temen que una marcha indígena desluzca la Cumbre Climática en Bolivia


Servicio de Noticias Ambientales



La Primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático que se celebra del 20 al 22 de abril en la ciudad de Cochabamba podría verse empañada nada menos que por una marcha de pueblos indígenas del oriente del país que se sienten marginados por el primer gobierno “indígena” boliviano. El Presidente Evo Morales teme que el “imperialismo” utilice a los indígenas descontentos para sabotear la cumbre social.
En 20 de abril se inaugura en el salón de honor del Hotel Tiquipaya la primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático, convocada por el Presidente Morales  luego de la fracasada Cumbre de Copenhague de diciembre de 2009.
La Conferencia busca sensibilizar a los países y pueblos del mundo sobre los daños al medio ambiente provocados por los gases de efecto invernadero.  “En el mundo debemos tomar conciencia, hemos visto morir glaciares y si continúa esto morirán las especies y la vida”, dijo el Canciller David Choquehuanca, encargado de la organización del mega evento.
Uno de los objetivos principales del encuentro es que los sectores populares de todo el mundo elaboren una propuesta de consenso a ser presentada a fin de año en la Cumbre de México. “Nuestra responsabilidad ahora no es sólo salvar a Bolivia, sino salvar al mundo; pensemos en un documento que beneficie al mundo y no sólo a nosotros”, pidió Evo Morales en las sesiones preparatorias de la Conferencia.
La movilización mundial en defensa de la Naturaleza que lidera el gobierno boliviano ha dado pasos importantes, como por ejemplo la declaratoria del Día Internacional de la Madre Tierra por Naciones Unidas. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer, reconoció Morales.
“Si Copenhague fue un fracaso para el capitalismo, Cochabamba no puede ser un fracaso para los pueblos; por eso les pido un aporte importante y les desafío a elaborar un documento de consenso con todo el mundo, debatido con todos los países, estudiado y discutido en universidades de Europa y Estados Unidos, y aceptado por los gobernantes del mundo en el encuentro de México”, planteó el Mandatario.
Si los Estados y gobiernos del mundo no logran llegar a un acuerdo, deben consultar a sus pueblos y lanzar un referéndum sobre la Madre Tierra, propuso Morales y sugirió reemplazar a la Organización de Naciones Unidas por una “Unidad de Naciones Originarias del Mundo”.
En las sesiones preparatorias de la Conferencia, representantes de varias organizaciones sociales del país respaldaron la idea de convocar a un referéndum popular mundial que se pronuncie sobre los daños provocados por el sistema capitalista depredador, y propusieron crear un Tribunal Internacional de Justicia Climática que se sancione a naciones y empresas que contaminan el Planeta.
Gran expectativa mundial
La Conferencia convocada por Morales ha despertado gran expectativa en todo el mundo. “Hasta hace una semana yo sabía que vienen representantes de cuatro continentes, pero también de Australia y Nueva Zelanda. Se inscribieron representantes de 100 países, es la primera vez que estarán reunidos de los cinco continentes. Estoy convencido de que Bolivia puede convertirse en el centro de defensa de la vida”, celebró el Presidente Morales.
Hasta el martes de esta semana, el Canciller Choquehuanca informó que 13.012 representantes de 90 países confirmaron su participación, entre ellos medio millar de delegados de gobiernos, más de 200 científicos y expertos en la temática del cambio climático y al menos 5 mil delegados de movimientos sociales.
En la larga lista de personalidades que asistirán a la cumbre de Cochabamba figuran el premio Nobel de la Paz en 1980 Adolfo Pérez Esquivel, el escritor uruguayo Eduardo Galeano, el teólogo brasileño Frei Betto; la activista india Bandana Shiva, el jefe de Greenpeace Kumi Naidu, el ex presidente de la Asamblea General de la ONU Miguel de Escoto, la escritora Naomi Klein, el científico de la Agencia Espacial Estadounidense (NASA) Jim Hansen, y los actores Danny Glover, Robert Redford y Susan Sarandon. Se invitó también al ex presidente sudafricano Nelson Mandela y al tibetano Dalai Lama.
Los temores de Evo Morales
El Presidente Evo Morales admitió que sintió miedo cuando el Canciller le informó que llegarían a Bolivia delegados de una centena de gobiernos, entre ellos 300 parlamentarios, investigadores y defensores de los derechos humanos de Estados Unidos, una nutrida delegación que estaría en condiciones de sabotear la cumbre.
“Hay que cuidarse del capitalismo, el imperialismo tiene sus mecanismos para hacer fracasar esta reunión. El capitalismo tiene tantos tentáculos para hacer fracasar y no podemos ser instrumentos del imperialismo”.  El Mandatario teme sobre todo que “algunos gobiernos vengan preparados para utilizar a los hermanos indígenas para hacer fracasar la cumbre”.
Morales tiene razones para preocuparse. Cientos de indígenas afiliados a la Central Indígena de la Región Amazónica de Bolivia (CIRABO) decidieron iniciar una marcha de protesta desde Riberalta hasta La Paz porque se sienten marginados por el gobierno de Evo Morales.  La marcha fue aprobada en el II Encuentro Nacional de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob).
Se espera que unos  1.500 indígenas de los pueblos Cavineño, Esse Ejja, Araona, Tacana, Machineri y Yaminagua inicien la marcha entre el 14 y el 15 de abril con sus atuendos originarios.
“Pensábamos que con el proceso de cambio iban a mejorar las cosas, pero en estos cuatro años no hay nada para los pueblos indígenas y no hay avances en proyectos productivos. Nosotros queremos sentarnos con el Presidente, pero nos rechaza; le hemos mandado tres cartas y no nos responde… esa es la rabia de los indígenas”, explicó el presidente de la CIRABO Alberto Ortiz a la cadena radial Erbol.
Entre otras reivindicaciones, la marcha indígena exigirá acceso menos burocrático a los recursos del Fondo Indígena; la reversión de las concesiones forestales de empresas madereras, y sobre todo protección para las tierras comunitarias de origen (TCOs) avasalladas por gremios campesinos afines al gobierno de Evo Morales.
Sus exigencias más importantes son: respeto de los derechos indígenas reconocidos por instrumentos jurídicos internacionales; la conclusión del saneamiento en el norte de La Paz, parte de Beni y Tarija y en el trópico de Cochabamba; y la implementación inmediata de las autonomías indígenas.
El movimiento indígena boliviano asegura que sus derechos colectivos son desconocidos, inobservados y violentados por autoridades estatales, las cuales marginan a los representantes originarios.
El Consejo Nacional de Markas y Ayllus de Qullasuyo (Conamaq) siente que el Presidente Morales los discrimina y margina del escenario político. La prueba es que en el primer Poder Ejecutivo del Estado Plurinacional abundan los ministros campesinos, pero escasean los representantes indígenas.
El responsable de la Comisión de Tierra y Territorio del Conamaq Idelfonso Canasa denunció que el Viceministerio de Tierras controlado por la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb) gestiona una ley de reforma agraria que promueve la mercantilización de la tierra en el país. (Agencia de Noticias Indígenas de la Red Erbol).
El Conamaq respalda el saneamiento y la titulación de territorios comunitarios como propiedades colectivas intransferibles, pero los campesinos exigen la titulación de propiedades agrarias individuales que se puedan vender y heredar.

http://fobomade.org.bo/bsena/?p=307

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