Mejor no hablar de ciertas revoluciones






La revolución silenciada

Recientemente nos han sorprendido los acontecimientos en Egipto, y muy
poco antes los levantamientos en Túnez que han desembocado en la huida
del tirano Ben Alí, tan demócrata para occidente hasta anteayer y alumno
ejemplar del FMI. Sin embargo, otra “revolución” que tiene lugar desde
hace dos años ha sido convenientemente silenciada por todos los medios
de comunicación al servicio de las plutocracias. Ha ocurrido en la
mismísima Europa (en el sentido geopolítico), en un país con la
democracia probablemente más antigua del mundo, cuyos orígenes se
remontan al año 930, y que ocupó el primer lugar en el informe de la ONU
del Índice de Desarrollo Humano de 2007/2008. ¿Adivináis de qué país se
trata? Estoy seguro de que la mayoría no tiene ni idea, como no la tenía
yo hasta que me he enterado por casualidad (a pesar de haber estado allí
en el 2009 y el 2010). Se trata de Islandia, donde se hizo dimitir a un
gobierno al completo, se nacionalizaron los principales bancos, se
decidió no pagar la deuda que estos han creado con Gran Bretaña y
Holanda a causa de su execrable política financiera y se acaba de crear
una asamblea popular para reescribir su constitución. Y todo ello de
forma pacífica: a golpe de cacerola, gritos y certero lanzamiento de
huevos. Esta ha sido una revolución contra el poder político-financiero
neoliberal que nos ha conducido hasta la
han-metido-doblada/> crisis actual. He aquí por qué no se han dado a
conocer apenas estos hechos durante dos años o se ha informado
frivolamente y de refilón: ¿Qué pasaría si el resto de ciudadanos
europeos tomaran ejemplo? Y de paso confirmamos, una vez más por si
todavía no estaba claro, al servicio de quién están los medios de
comunicación y cómo nos restringen el derecho a la información en la
plutocracia globalizada de Planeta S.A.

Esta es, brevemente, la historia de los hechos:

* A finales de 2008, los efectos de la crisis financiera en la
economía islandesa son devastadores. En octubre se nacionaliza
Landsbanki, principal banco del país. El gobierno británico congela
todos los activos de su subsidiaria IceSave, con 300.000 clientes
británicos y 910 millones de euros invertidos por administraciones
locales y entidades públicas del Reino Unido. A Landsbanki le seguirán
los otros dos bancos principales, el Kaupthing y el Glitnir. Sus
principales clientes están en ese país y en Holanda, clientes a los que
sus estados tienen que reembolsar sus ahorros con 3.700 millones de
euros de dinero público. Por entonces, el conjunto de las deudas
bancarias de Islandia equivale a varias veces su PIB. Por otro lado, la
moneda se desploma y la bolsa suspende su actividad tras un hundimiento
del 76%. El país está en bancarrota.
* El gobierno solicita oficialmente ayuda al Fondo Monetario
Internacional (FMI), que aprueba un préstamo de 2.100 millones de
dólares, completado por otros 2.500 millones de algunos países nórdicos.
* Las protestas ciudadanas frente al parlamento en Reykjavik van
en aumento. El 23 de enero de 2009 se convocan elecciones anticipadas y
tres días después, las caceroladas ya son multitudinarias y provocan la
dimisión del Primer Ministro, el conservador Geir H. Haarden, y de todo
su gobierno en bloque. Es el primer gobierno (y único que yo sepa) que
cae víctima de la crisis financiera mundial.
* El 25 de abril se celebran elecciones generales de las que sale
un gobierno de coalición formado por la Alianza Social-demócrata y el
Movimiento de Izquierda Verde, encabezado por la nueva Primera Ministra
Jóhanna Sigurðardóttir.
* A lo largo del 2009 continúa la pésima situación económica del
país y el año cierra con una caída del PIB del 7%.
* Mediante una ley ampliamente discutida en el parlamento se
propone la devolución de la deuda a Gran Bretaña y Holanda mediante el
pago de 3.500 millones de euros, suma que pagarán todos las familias
islandesas mensualmente durante los próximos 15 años al 5,5% de interés.
La gente se vuelve a echar a la calle y solicita someter la ley a
referéndum. En enero de 2010 el Presidente, Ólafur Ragnar Grímsson, se
niega a ratificarla y anuncia que habrá consulta popular.
* En marzo se celebra el referéndum y el NO al pago de la deuda
arrasa con un 93% de los votos. La revolución islandesa consigue una
nueva victoria de forma pacífica.
* El FMI congela las ayudas económicas a Islandia a la espera de
que se resuelva la devolución de su deuda.
* A todo esto, el gobierno ha iniciado una investigación para
dirimir jurídicamente las responsabilidades de la crisis. Comienzan las
detenciones de varios banqueros y altos ejecutivos. La Interpol dicta
una orden internacional de arresto contra el ex-Presidente del
Kaupthing, Sigurdur Einarsson.
* En este contexto de crisis, se elige una asamblea constituyente
el pasado mes de noviembre para redactar una nueva constitución que
recoja las lecciones aprendidas de la crisis y que sustituya a la
actual, una copia de la constitución danesa. Para ello, se recurre
directamente al pueblo soberano. Se eligen 25 ciudadanos sin filiación
política de los 522 que se han presentado a las candidaturas, para lo
cual sólo era necesario ser mayor de edad y tener el apoyo de 30
personas. La asamblea constitucional comenzará su trabajo en febrero de
2011 y presentará un proyecto de carta magna a partir de las
recomendaciones consensuadas en distintas asambleas que se celebrarán
por todo el país. Deberá ser aprobada por el actual Parlamento y por el
que se constituya tras las próximas elecciones legislativas.
* Y para terminar, otra medida “revolucionaria” del parlamento
islandés: la Iniciativa Islandesa Moderna para Medios de Comunicación (
Icelandic Modern Media Initiative), un proyecto
de ley que pretende crear un marco jurídico destinado a la protección de
la libertad de información y de expresión. Se pretende hacer del país un
refugio seguro para el periodismo de investigación y la libertad de
información donde se protegan fuentes, periodistas y proveedores de
Internet que alojen información periodística; el infierno para EEUU y el
paraíso para Wikileaks.

Pues esta es la breve historia de la Revolución Islandesa: Dimisión de
todo un gobierno en bloque, nacionalización de la banca, referéndum para
que el pueblo decida sobre las decisiones económicas trascendentales,
encarcelación de responsables de la crisis, reescritura de la
constitución por los ciudadanos y un proyecto de blindaje de la libertad
de información y de expresión. ¿Se nos ha hablado de esto en los medios
de comunicación? ¿Se ha comentado en las repugnantes tertulias
radiofónicas de politicastros de medio pelo y mercenarios de la
desinformación? ¿Se han visto imágenes de los hechos por la TV? Claro
que no. Debe ser que a los medios no les parece suficientemente
importante que un pueblo coja las riendas de su soberanía y plante cara
al rodillo neoliberal. O quizás teman que se les caiga la cara de
vergüenza al quedar una vez más en evidencia que han convertido la
democracia en un sistema plutocrático donde nada ha cambiado con la
crisis, excepto el inicio de un proceso de socialización de las pérdidas
con recortes sociales y precarización de las condiciones laborales. Es
muy probable también que piensen que todavía quede vida inteligente
entre sus unidades de consumo, que tanto gustan en llamar 'ciudadanos',
y teman un efecto contagio. Aunque lo más seguro es que esta calculada
minusvaloración informativa, cuando no silencio clamoroso, se deba a
todas estas causas juntas.

Algunos dirán que Islandia es una pequeña isla de tan sólo 300.000
habitantes, con un entramado social, político, económico y
administrativo mucho menos complejo que el de un gran país europeo, por
lo que es más fácil organizarse y llevar a cabo este tipo de cambios.
Sin embargo es un país que, aunque tienen gran independencia energética
gracias a sus centrales geotérmicas, cuenta con muy pocos recursos
naturales y tiene una economía vulnerable cuyas exportaciones dependen
en un 40% de la pesca. También los hay que dirán que han vivido por
encima de sus posibilidades endeudándose y especulando en el casino
financiero como el que más, y es cierto. Igual que lo han hecho el resto
de los países guiados por un sistema financiero liberalizado hasta el
infinito por los mismos gobiernos irresponsables y suicidas que ahora se
echan las manos a la cabeza . Yo simplemente pienso que el pueblo
islandés es un pueblo culto, solidario, optimista y valiente, que ha
sabido rectificar echándole dos cojones, plantándole cara al sistema y
dando una lección de democracia al resto del mundo.

El país ya ha iniciado negociaciones para entrar en la Unión Europea.
Espero, por su bien y tal y como están poniéndose las cosas en el
continente con la plaga de farsantes que nos gobiernan, que el pueblo
islandés complete su revolución rechazando la adhesión. Y ojalá
ocurriera lo contrario, que fuera Europa la que entrase en Islandia,
porque esa sí sería la verdadera Europa de los pueblos.

Fuente:
http://nosinmibici.com/2011/01/23/2073/

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