MegaRepresas. Tragedia local, calamidad mundial






Es difícil imaginar el sentimiento de desarraigo para quien no lo ha sufrido. El corazón lleno de recuerdos vividos en un lugar al que nunca se podrá retornar. Una casa, una calle, un colegio, una plaza, un árbol. Un lugar donde jugamos de niños y donde crecieron nuestros hijos.
Se calcula que por culpa de las represas, han resultado desarraigadas ya, más de 50 millones de personas en el mundo. Y la calidad de vida de la mayoría de esos desplazados empeora drásticamente con su reubicación. Son causantes de que unas cuatro millones de personas al año en el planeta deban dejar sus tierras. 
Sin duda, constituyen un drama social para muchísima gente, pero además, como si eso no fuera suficiente, tienen graves efectos ambientales tanto locales, como a escala planetaria.
Las represas constituyen una de las principales causas directas e indirectas de pérdida de millones de hectáreas de bosques, muchas de ellas abandonadas bajo el agua y en descomposición. Todas las represas emiten gases de efecto invernadero, que aportan al calentamiento global, por la descomposición y putrefacción de la biomasa.
Las aguas estancadas de las represas generan o ayudan a propagar enfermedades como la esquistosomiasis, la disentería, diarreas, viruela, erupciones en la piel, tuberculosis, sífilis, fiebre amarilla, dengue y leishmaniasis. Y las líneas de transmisión de energía de alta tensión asociadas a las represas pueden producir malformaciones físicas al nacer; aumento de cáncer y leucemia en niños, tumores cerebrales y problemas en el sistema nervioso.
Las represas y los trasvases son la principal razón por la que el 33% de las especies de peces de agua dulce del mundo se hayan extinguido, estén en peligro de extinción o sean vulnerables.
En Latinoamérica hay más de 1.000 grandes represas de 15 metros de altura o más. Brasil, uno de los países con mayor cantidad de represas en el mundo, tiene en funcionamiento alrededor de 600.
Ese país tiene además prevista, como elemento central de su Programa de Aceleración del Crecimiento económico, la construcción de una enorme infraestructura de carreteras y una serie de enormes presas, principalmente en la región del Amazonas. Estos proyectos además de destruir amplias superficies de tierra, afectarán irremediablemente a numerosos pueblos indígenas, incluidos varios grupos de indígenas no contactados. 
Argentina y Paraguay por su parte han decidido volver a elevar el nivel del embalse de la represa binacional Yacyretá. Con la subida de estos últimos siete metros, se inundaron otras 56.600 hectáreas y se desplazaron unas 55.000 personas más.
Quienes defienden las represas hidroeléctricas argumentan que es una fuente limpia de energía. Es mentira. Pero además están provocando un drama social. Definitivamente no son una buena alternativa.



Ricardo Natalichio

Director de EcoPortal.
net
rdnatali@ecoportal.net

www.ecoportal.net

Entradas populares de este blog

Científicos declaran oficialmente el fluoruro (flúor) como una neurotoxina

Francia: ‘Mi orina contiene glifosato, ¿y la tuya?’ Denuncia contra el polémico herbicida

Japón decidió deshacerse de todos los hornos de microondas en el país antes de finales de este año