Por qué Clarín y La Nación apoyan el uso de glifosato en la Argentina








Por Manuel Alfieri

El diario de Noble y Magnetto oculta los casos de cáncer y malformaciones y llegó a manipular informes científicos contra el uso del químico. La campaña del diario de Bartolomé Mitre para promoverlo y el verdadero rol de Expoagro. 
 
Los informes de médicos y científicos independientes que sostienen que el glifosato está causando un verdadero desastre a nivel sanitario y ambiental se suman año tras año: el más conocido es el del doctor Andrés Carrasco, quien demostró que ese herbicida, utilizado en dosis mucho menores a las del campo, produce diversas malformaciones. Pero también existen otros, como los del médico Alejandro Oliva, que advierten sobre el crecimiento de casos de cáncer, posiblemente relacionados al uso intensivo de agroquímicos; y los del doctor Jorge Kaczewer, que también hablan de enfermedades neurológicas y problemas reproductivos. Pese a eso, el uso de glifosato en nuestro país crece forma vertiginosa: mientras que en 1991 se utilizaron sólo 1 millón de litros, durante 2009 fueron casi 200 millones, lo que representa el 8,5% de lo usado a nivel mundial. Y va en aumento.
Consultados por Tiempo Argentino, una amplia gama de ONG, especialistas, personas perjudicadas por las fumigaciones y una porción del arco político nacional denunciaron que la razón más evidente para explicar este fenómeno es el sensacional conglomerado de intereses que se encuadran tras el llamado “modelo sojero”, donde el glifosato es una sustancia clave y en el que aparecen en escena grandes multinacionales, medios de comunicación afines a estas empresas, políticos de diferentes extractos y altos funcionarios públicos, muchos de ellos relacionados entre sí (ver “Quiénes lo defienden”). Tal vez por esa misma razón, y a pesar de estos contundentes datos, en el país no existe una legislación uniforme que regule el uso de agroquímicos. Tampoco hay mínimos controles por parte del Estado, ni estudios epidemiológicos serios. 
Se trata de un modelo que mueve miles de millones de dólares por año, pero que también está dejando cientos de pueblos contaminados. Un pequeño pero delicado ejemplo es el de La Leonesa, en la provincia del Chaco, donde uno de los pocos estudios oficiales que se realizaron en el país certificó que, durante la última década, los casos de cáncer en niños se triplicaron y las malformaciones en recién nacidos aumentaron un 400%. Pese a que el informe fue realizado por profesionales de organismos estatales, el gobierno de Chaco rechazó estos resultados, producto de los fuertes intereses que existen en la provincia vinculados al negocio de la soja y el glifosato.

La soja transgénica ingresó a la Argentina en el año 1996, de la mano del por entonces secretario de Agricultura de Carlos Saúl Menem, Felipe Solá. Nuestro país fue el segundo, después de los Estados Unidos, en autorizar su llegada, plagada de irregularidades. Según relata Horacio Verbitsky en un artículo de Página/12, se violaron procedimientos administrativos, se dejaron sin respuesta los cuestionamientos de instancias técnicas y no se realizaron los análisis especificados por distintos organismos. En el proceso de autorización también se vio la mano de Monsanto: el expediente administrativo estaba escrito en inglés y nunca fue traducido al castellano. Además, de los 136 folios que tenía, 108 pertenecían a informes presentados por la multinacional estadounidense. A Solá no pareció importarle mucho: firmó el documento, a las apuradas, el 25 de marzo de 1996. “Si existe un país en el que la multinacional haya podido hacer todo lo que le viniera en gana sin el menor obstáculo, ese es Argentina”, relata la francesa Marie-Monique Robin, en el capítulo dedicado a nuestro país, de su famoso libro El mundo según Monsanto.

Monsanto es la firma por excelencia en el mercado de los organismos genéticamente modificados. No sólo produce las semillas de soja transgénica, sino que además vende el glifosato (bajo el nombre comercial de Round-Up Ready), imprescindible para fumigar este cultivo. Durante el año 2006, reportó más de 7000 millones de dólares de ganancia.
Su entrada al país no sólo estuvo auspiciada por políticos, sino también por medios de comunicación: junto a Solá, otro de los impulsores de la soja transgénica y el glifosato fue el ingeniero Héctor Huergo, pariente lejano de Ernestina Herrera de Noble y actual director del suplemento y el canal Rural de Clarín. Huergo dirigió el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) entre febrero y noviembre de 1994, designado por el propio secretario de Agricultura. Por esos tiempos, su esposa, Silvia Mercado, era agente de prensa de Solá.

“Huergo arruinó el INTA. Sin ningún tipo de escrúpulos, transfirió el capital genético estratégico para el país a distintas multinacionales del agronegocio, como Monsanto y Nidera. También les permitió el acceso a los archivos secretos del organismo. Quienes estaban en desacuerdo, eran despedidos inmediatamente. Hoy, Huergo es el máximo defensor de la soja transgénica y el glifosato”, aseguró a Tiempo Argentino el ingeniero agrónomo e historiador, Alberto Lapolla, quien conoce bien al director de Clarín Rural: ambos fueron compañeros en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.
Los nexos entre el grupo comunicacional más poderoso del país y las corporaciones vinculadas al comercio de agroquímicos y transgénicos son explícitos y fáciles de identificar. Cada edición del suplemento Rural está plagada de publicidades de Monsanto, Syngenta, Nidera, Basf, Bayer, Don Mario, entre otras, que ponen buena parte de sus ingresos en las páginas del diario de la viuda de Noble (ver reproducciones).
Una nota de junio de 2008 es un pequeño ejemplo (de los cientos que pueden encontrarse) que muestra la fraternal relación existente entre Clarín Rural y la multinacional Monsanto. Titulado “Ambiente, semillas y calidad de vida”, el artículo anuncia el lanzamiento de un “compromiso” de la multinacional estadounidense “orientado a contribuir a aumentar la producción mundial de alimentos en vistas de su creciente demanda (…) poniendo constantemente foco en el cuidado del medioambiente”.
Tal vez por eso, así como los elogios a las grandes corporaciones del agro se repiten en todas las ediciones del suplemento dirigido por Huergo, las denuncias vinculadas a los efectos de los agroquímicos sobre la salud humana (realizadas por médicos, científicos y organizaciones ambientalistas del interior del país) no tienen lugar en Clarín. Esto es fácilmente constatable haciendo una búsqueda en el archivo web del diario. Ni siquiera aparecen los casos más conocidos, como el mencionado aumento de enfermedades en el Chaco; o las denuncias de vecinos de distintas localidades de Santa Fe, producto de intoxicaciones y enfermedades vinculadas al uso intensivo de agroquímicos. Tampoco las del Movimiento Nacional Campesino Indígena, que define esta situación como un “desastre sanitario”; ni del ambientalista Jorge Rulli, que atribuye al “modelo sojero” un “genocidio encubierto”. Apenas se menciona en una nota el brote de cáncer en el Barrio Ituzaingó Anexo de Córdoba, pero no se lo relaciona con el uso intensivo de glifosato, sino con otras sustancias químicas. Los artículos relacionados al herbicida reflejan la posición del multimedios frente a este grave problema. Por ejemplo, el sábado 12 de septiembre de 2009, una nota titulada “Un espaldarazo para el glifosato”, afirma que un informe realizado por expertos del CONICET concluyó en que “usado responsablemente, el producto no implica riesgos para la salud humana”. Si bien esto es cierto, es sólo una de las conclusiones: Clarín omite mencionar deliberadamente que los científicos del CONICET también advirtieron que “en la Argentina no existen suficientes datos sobre los efectos del glifosato en la salud humana, por lo cual sería importante promover la realización de los estudios pertinentes”, según puede leerse textual en el documento.

El doctor Andrés Carrasco, uno de los investigadores más importantes del país , que trabaja desde hace casi 30 años en desarrollo embrionario y presidió el CONICET, fue víctima de la difamación de estos medios de comunicación por denunciar los terribles efectos de los agroquímicos sobre la salud humana, según contó a Tiempo.
En el año 2009, Carrasco realizó una investigación en la que comprobó que el glifosato produce malformaciones neuronales, intestinales y cardíacas, aun en dosis muy inferiores a las utilizadas en los campos argentinos. “El glifosato es un veneno, aunque algunos quieran sacarle ese mote y decir que es un químico. Es un veneno porque mata hierbas”, explicó el científico, quien además narró que, poco después de presentar su trabajo, dos abogados de la CASAFE (Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes, que agrupa a proveedores de agroquímicos) irrumpieron en su laboratorio y amenazaron a sus colaboradores. También fue víctima de presiones políticas e, incluso, se puso en duda la existencia de su investigación.
El diario La Nación, ligado históricamente a la Sociedad Rural Argentina y los sectores más conservadores del país, fue uno de los medios que encabezó la campaña de desprestigio mediático contra la investigación de Carrasco. Por ejemplo, en una nota del 24 de abril de 2009, titulada “No aparece un estudio crítico sobre el glifosato”, se refiere al trabajo del investigador como “un estudio de supuesta validez científica”. Un día después, el artículo “Ante el riesgo de volver al pasado”, advierte sobre la “preocupación en el agro por la posibilidad de que se prohíba o suspenda el uso de glifosato, uno de los pilares sobre los que se apoya la producción nacional”, algo que traería “consecuencias muy graves”. El temor del diario fundado por Bartolomé Mitre estaba justificado: por esos días, la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas había presentado un amparo ambiental ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, sustentado en la investigación de Carrasco, para suspender las fumigaciones de glifosato hasta que se tengan precisiones sobre la verdadera toxicidad del herbicida.

En ese mismo artículo, La Nación consulta diversas fuentes sobre la posible prohibición. Y todas arriban a una conclusión: que las denuncias “no tienen sustento”. Claro, los organismos consultados son los que mayores réditos económicos tienen gracias a la soja y el glifosato: la mencionada CASAFE, Aapresid (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa, que reagrupa a 1500 grandes productores) y Acsoja (Asociación de la Cadena de la Soja en Argentina, que reúne a 29 organizaciones empresariales y otras instituciones con incidencia en la cadena de la soja). El presidente de esta última institución, Rodolfo Rossi, afirma en la nota que suspender el uso de glifosato sería “como si se prohibiera la aspirina”.
Finalmente, y a pesar de la descalificación mediática que sufrió, la investigación de Carrasco fue revisada y publicada en agosto de 2010 por la prestigiosa revista internacional Chemical Research in Toxicology, lo que finalmente le otorgó –según sostienen en el ámbito académico– aval científico. 
La acérrima defensa de la soja y el glifosato que Clarín y La Nación hacen tiene una simple pero millonaria explicación: ambas empresas están asociadas en la organización de la feria anual Expoagro, donde se realizan cada año jugosos negocios vinculados a los productos transgénicos y a diferentes agroquímicos. En 2007, por ejemplo, la exposición arrojó ventas por un total de 140 millones de dólares. Por estos días se está desarrollando su edición 2011, a la que asistieron Eduardo Duhalde, Gerónimo Venegas, Francisco de Narváez y José Antonio Aranda, vicepresidente del Grupo Clarín, denunciado por este diario a raíz de un polémico emprendimiento arrocero en la provincia de Corrientes.
Pero las responsabilidades y complicidades no recaen sólo sobre los medios de comunicación y las multinacionales, sino también sobre el Estado. Pese a que en nuestro país el uso de este agroquímico aumentó 200 veces en los últimos 18 años, su utilización todavía no cuenta con una legislación nacional uniforme que regule su aplicación, rigurosos controles estatales, ni estudios epidemiológicos serios.
Los especialistas aseguran que esta situación tendría su raíz en que el Estado recauda una importante cantidad de dinero a través de las retenciones que fija a los productores sojeros. Y coinciden en que los controles son precarios porque la ley también lo es. Consultada por este diario, Graciela Gómez, abogada y ambientalista santafesina, explicó: “La legislación, además de desarticulada, no es seria. Cada provincia legisla a su modo y lo mismo sucede en cada municipio. Así se da una fragmentación de responsabilidades y una inexistente coordinación entre todos los organismos, que no ayuda a ejercer un control adecuado. Esto hace más débil y confusa la eficacia de las normas.” Y agregó: “Es necesario sancionar con urgencia una norma sobre control y uso de agroquímicos a nivel nacional.”
Pero los pocos proyectos que se presentaron en el Congreso nunca se llegaron a tratar en recinto. La iniciativa de la diputada nacional Julia Perié, del Frente para la Victoria, que solicita “la prohibición total de la comercialización, uso, y aplicación del glifosato por su aguda toxicidad”, duerme en el Parlamento desde agosto de 2009: fue aprobado en comisión, pero jamás tratado en el recinto. 
También Cecilia Merchán, diputada del interbloque Proyecto Sur, presentó un proyecto de ley en agosto de 2010 para prohibir la fumigación aérea con plaguicidas en todo el país, pero corrió la misma suerte que su colega.
“Esto no se soluciona porque hay muy fuertes intereses por parte de las multinacionales. Debería haber una posición más firme del Estado. Sobre todo cuando quienes más se enriquecen con este modelo son los grandes pooles de siembra –agazapados en la Sociedad Rural– y las multinacionales como Monsanto”, consideró Merchán. 

Fuente: DIARIO TIEMPO ARGENTINO

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Glifosato: La responsabilidad la tiene el Senasa, pero no se hace cargo

Por Rodrigo Herrera Vegas

Vamos a hablar ahora con Graciela Gomez una especialista ,algo así como una Marie Monique Robin argentina, abogada ambientalista para hablar de los agroquímicos. Buenas tardes Graciela .

*(…risas…) Bueno no es para tanto, quién no quisiera estar cerca de esos monstruos científicos e investigar con gente de la Organización de la Salud OMS ,como lo ha hecho esa investigadora francesa para su último libro.

A ver contanos un poco.

*Su último libro “Nuestro veneno diario” sale a la venta ahora el 15 de marzo.
¿Se trata también del glifosato como “El Mundo según Monsanto”?

*Si tiene que ver con el tema y cómo se contaminan los alimentos que ingerimos con todos estos químicos. Bueno, hace años que estoy con estos temas , conocida primero en el exterior por mis artículos sobre fumigaciones. Recién ahora un poco más en Argentina y en estos días el tema está en el tapete por la  la nota de la bebé de Santiago del Estero que falleció en diciembre .Un diario importante lo publicó , a nivel nacional , que  toca estos temas  porque en el interior no te lo publica nadie.

Bueno contanos ¿qué es el glifosato?

Es un herbicida post-emergente que se usa no solo para la soja sino para otro tipo de cereales ,oleaginosas, frutas cítricos y  verduras .Se usa para todo, es el caballito de batalla.En realidad decimos mal cuando hablamos del glifosato, porque el producto se llama Round Up.El glifosato es solo el principio activo. El Round Up tiene dos coadyuvantes mas que son el Ampa y el Poea ,que son mucho más peligrosos. De tres a cinco veces más peligrosos que el glifosato solo.

¿El Round Up es de una sola empresa?

*Round up es de Monsanto

Ok ¿y no hay otras empresas químicas que fabriquen lo mismo con otro nombre?

*Si, incluso lo fabrica Atanor en la Argentina y también han traído el glifosato chino que es mucho más económico.Cuando se libera la patente en el año 2000, Monsanto deja de ser la única que lo produce pero igualmente es su herbicida estrella.

 Ok

*Justamente lo que denunciamos es de lo que hablabamos antes de los componentes del Round Up.Cuando tuvo su homologación en EEUU, Robert Belle descubrió que esa homologación se hizo solo con el principio activo y no con los coadyuvantes.Por eso está mal categorizado diciendo que es banda verde e inocuo, inofensivo, porque está mal homologado.Eso hay que recategorizar y hacerlo como corresponde. Cuando en el 96’ aquí se aprueba el paquete glifosato+ soja RR por esa famosa resolución que firmó Felipe Solá ahí el uso se dispara , explota ,se hace uso y abuso con las concecuencias que tenemos hoy. EEUU con un  territorio tres veces más grande que Argentina usa un tercio del herbicida que se usa acá.Es decir que acá se hace uso y abuso.Se usa la dosis que se recomienda y un poco más "por las dudas" sin tener en cuenta las consecuencias que eso va a traer a largo plazo.

¿Quién es responsable de tomar esa decisión de usar cantidades desmesuradas?

La responsabilidad la tiene el Senasa, pero no se hace cargo, tampoco quiere recategorizarlo. Dicen que se basan según informes de la OMS que ya  lo recategorizó como Clase I  extremadamente tóxico  y la  EPA que  lo recategoriza como Clase  II altamente tóxico y están diciendo que es peligroso. Hay un montón de estudios internacionales que están demostrando lo contrario a lo que aquí se dice, pero  no hay forma de que se pueda recategorizar  si no hay una decisión política.


¿Y la gente que trabaja en el campo no tiene dónde informarse sobre el tema?

*Tiene dónde informarse. Según encuestas que se han hecho tampoco creen mucho en la gente que controla esto, una de ellas es el Senasa.Los ingenieros agrónomos solamente recetan  y tampoco están presentes cuando el productor hace uso del producto. No están in situ, en el campo cuando eso se esta aplicando o sea que no ven si cumplen o no con la dosis que ellos recetaron .Entonces siempre decimos que esa receta agronómica no sirve, es ineficaz.

Concretamente ¿cuáles son los problemas que causa? digamos, para la gente que trabaja en el campo ,para la gente que consume los alimentos que estuvieron expuestos al glifosato.Contanos un poco dónde está el problema y en qué porcentaje ocurre.Si ocurre muy a menudo o si son casos aislados.

*No, no son casos aislados.Esto sucede hace años ,ya estan contaminadas las napas de agua y no se sabe porque no lo publican.Los diarios con mayor tiraje de la Argentina tienen intereses incluso son vidrieras de estas multinacionales y no lo van a decir. Prueba de ello es el informe tan burdo que realizó el Conicet con la firma algunos de científicos porque todos los demás se negaron a firmarlo y por el fallo San Jorge el informe de la UNL que se cuidó también de hablar del principio precautorio. Fue hecho a las apuradas , firmaron científicos que ni siquiera habían estado desde el principio haciendo el estudio. Aparte hay otros estudios de años anteriores de la UNL que dicen todo lo contrario, o sea se contradicen ellos mismos.

Graciela, antes de entrar en ese tema porqué no nos contás cuáles son los problemas que causa.

*El riesgo en las aguas son,los dos componentes que tiene el Round Up el  Ampa y el Poea el mayor riesgo para cursos de agua y napas subterráneas.Porque una vez que se fumiga ,si llueve por escorrentía va a parar a  las napas y a todos los cursos de aguas. Por eso aparecen animales muertos , aves ,gallinas,peces  etc. después de cada lluvia.Porque arrastran todos esos venenos de los campos.Eso no se tiene en cuenta y esta probado incluso por universidades argentinas, que afecta la microbióta edáfica y cambios en la población fúngica del suelo.En invertebrados también, afecta ranas etc , invertebrados acuaticos o terrestres, alteraciones enzimáticas. Influye en el ADN en celulas del higado y del riñon. En humanos genotoxicidad , si una mujer esta embarazada y es fumigada o esta cerca de campos fumigados o en contacto de alguna forma, eso atraviesa la placenta. Hubo una discusión con respecto a eso porque el Ministro Lino Barañao en una reunión de Aapresid en Rosario dijo que no la atravesaba, Gilles Seralini de Francia en cambio dice "que tiene efectos mutagénicos, que  si atraviesa la placenta hasta en un 20 %" por eso nacen los chicos con malformaciones .Con el caso de Santiago del Estero tuve la posibilidad de conocer a una madre de Francia que me escribió y me dijo: "Doctora, mi bebe tiene el mismo problema que Julieta. Cruzando el ócéano el mismo caso, yo tenía cuatro semanas de embarazo y fui fumigada con glifosato mientras andaba a caballo” . Tienen un emprendimiento que hace senderismo a caballo, son propietarios de caballos además (Ver RandoCheval)  me dijo  " Yo no sabía que estaba embarazada”. No era otro producto era glifosato. “Mi bebe nació con malformaciones en el esófago y en el estómago"Theo  tiene tres añitos, no puede respirar lo hace a traves de una traqueotomía .Pero claro esa familia está en una posición buena y con la posibilidad de llevar al bebe a los mejores hospitales de Suiza y ya lo operaron 35 veces Pero ese bebe no habla, En cambio Julieta  era una bebé de una familia muy humilde de Bandera Santiago del Estero y soportó siete meses hasta que falleció en un hospital. Con toda la lucha que hicimos para que puedan darle una casa, vivió un infierno.

De estos casos vos me decís que hay muchisimos

*Hay muchos casos. Este caso lo llevé al Ministerio de Salud de la Nación porque desde Santiago del Estero no nos brindaban ayuda. Lo está investigando la Unidad Fiscal de Delitos Ambientales UFIMA , pedí una audiencia con la Presidenta de la Nación, con el Ministerio de Salud, con Alicia Kirchner para que le den una casa.Todo eso esta en manos del Ministerio de Salud. La bebe estuvo internada en el Garrahan, le sacaron muestras de sangre para un estudio genético.Se le hicieron dos, uno en el Hospital Alassia de Santa Fe y otro en el  Garrahan.Los dos resultados dieron que la bebe era femenino normal, o sea las malformaciones no eran congénitas , algo las  produjo después. Esa posibilidad la tiene el herbicida ,es capaz  de alterar la división celular sin alterar los cromosomas  entonces el estudio genético da normal.Hay otra cosa que esta inhibiendo y eso es el herbicida, eso esta probado pero no lo entienden, lo niegan.

Todos estos temas se niegan, yo digo que este es el "leading case" para la gente del derecho. Investíguenlo porque si quieren llegar a la verdad se va a llegar, pero lo estan dilatando. Pedí que al cuerpito en la autopsia le tomen muestras de tejido hepático porque alli queda el agroquimico si fue expuesta. Y en las muestras que sacaron en el Garrahan, pedí que se conserven esas muestras para , si es posible, se haga el estudio de citotoxicidad, que no se lo hicieron .Ese estudio se hace en el Hospital Ricardo Gutierrez. O sea “llegué a la puerta” Rodrigo, más no pude llegar. Hice todo lo que estuvo a mi alcance. Me paran de todos lados, amenazas, cartas documentos y censura, principalmente censura de los medios.

¿Tenés una página web donde estás publicando o un blog donde estás publicando un poco toda tu lucha?

*Si mucha gente me escribe, se llama Ecos de Romang. -Romang es el pueblo donde yo nací, al norte de Santa Fe.

Buenisimo.Graciela muchisimas gracias por acompañarnos y contá con nosotros para ayudarte a difundir estos temas.

*Yo le agradezco a Ud y también lo felicito por su trabajo en "Ser  sustentable" muchisimas gracias.

Gracias, un beso.Estuvimos hablando con Graciela Gomez, una abogada ambientalista que esta en la lucha contra el glifosato.

La entrevista salió al aire el domingo 6 de marzo .Realizada por Rodrigo Herrera Vegas,  Ingeniero Industrial,   uno de los fundadores de Sustentator. Escribe para el diario La Nación y también conduce desde 2009 el programa de radio“Ser Sustentable”  por Radio El Mundo AM 1070 los domingos de 18 a 19 hs.

Publicado y enviado por ECOS DE ROMANG

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