¿La locura antinuclear de la señora Merkel?









Salvador López Arnal

No hay que lanzar las campanas al vuelo; desde luego. No hay que confiar ciegamente; sin duda. Dicen diego pero pueden decir digo o incluso no dije o es un invento pero, sea como sea, la máxima representante de una coalición política muy pero que muy conservadora, que representa intereses de lo menos presentable, la canciller cristianodemócrata alemana Angela Merkel, pretende fijar una nueva fecha para el abandono de la energía nuclear en su país [1].
¿Abandono? He escrito bien: abandono, no simple moratoria o paralización provisional de algunas centrales. Merkel pretende acelerar el calendario para apagar las centrales en funcionamiento. Según un diario alemán, en una reunión celebrada la última semana del mes de abril con su ministro de Medio Ambiente, Norbert Roettgen (CDU), y el ministro de la Cancillería, Ronald Pofalla, la canciller presionó lo indecible en favor de establecer una fecha fija, “fija” es fija, para poner fin a la energía nuclear en Alemania.
El, por llamarle de algún modo, socioliberal Gerhard Schroeder, cuando presidió aquella coalición que llegó a llamarse en un alarde de neolengua política “coalición roji-verde”, contemplaba el final de la energía nuclear en Alemania para 2022. Posteriormente el plazo fue alargado doce años más por el Gobierno, hasta el 2034. Pero rectificar es de sabios, de necesitados, de calculistas o de políticos que piensan con cabeza propia tras la hecatombe de Fukushima. Los planes de la canciller pasarían por acelerar los plazos anteriores y alcanzar al apagón nuclear alemán antes incluso de la fecha inicialmente fijada, es decir, antes de 2022.
Alemania aportaría unos 5.000 millones de euros en créditos para fomentar la producción e investigar en el ámbito de las energías renovables. ¿Alemania he escrito? Concreto: la línea de financiación se estructurará mediante un programa especial del Banco de Reconstrucción (KfW), un banco estatal, público si se quiere, como lo oyen, y entrará en funcionamiento muy rápidamente, sin más precisión en la fecha, según ha informado la misma jefa del Gobierno alemán. Po si hubiera alguna duda, en la inauguración oficial del parque eólico alemán Baltic 1 situado en el mar del norte, ha señalado: "El Estado está preparado para ayudar en la reforma del suministro eléctrico". ¿El Estado? El Estado. ¿Capitalismo de Estado? Tal vez. Pero no neoliberalismo programático en estado puro.
Puede ser simple publicidad electoral o cambio momentáneo de cara, pero Merkel ha animado a los estados federados del sur para que pueden "aumentar fácilmente" su cuota de energía eólica en su producción eléctrica, y ello sin afectar el valor paisajístico y turístico de la región. Los negocios son los negocios.
Ni que decir tiene que el capitalismo con renovables financiadas con generosos recursos públicos, extraídos además probablemente de partidas sociales, sigue siendo capitalismo que puede ser tan salvaje y alocado en muchas aristas como el anterior pero lo anunciado tiene una fácil y curiosa lectura epistemológica y poliética: cuando una dirigente democristiana habla del abandono de la industria nuclear y del apoyo a las energías renovables casi nadie se rasga las vestiduras ni lanza gritos e insultos al aire ni habla de extremismos ni de destrucción de la civilización ni apología de la barbarie económica pero, en cambio, cuando el movimiento antinuclear, no tanto en Alemania pero sí en otros países, España no excluida, abona más críticamente y con otros horizontes sociales y económicos la misma senda, los epítetos suelen ser los siguientes: alocados, irresponsables, vuelta al neolítico, desinformados, anticientíficos, sembradores de pobre ciudadana y afirmaciones afines de la neolengua establecida. Será porque los horizontes de grandeza no son los mismos en uno y otro caso.

Nota:
[1] http://www.europapress.es/economia/energia-00341/noticia-economia-energia-merkel-quiere-adelantar-fecha-caducidad-energia-nuclear-alemania-20110502125502.html
Rebelión


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Creció 600 veces el nivel de radiactividad en Fukushima
Detectaron altas dosis de cesio 137 en muestras tomadas en el lecho marino.

Acasi dos meses del terremoto y tsunami que devastó el noreste de Japón, se detectó que el nivel de sustancias radiactivas en la zona marítima que se extiende frente a la central nuclear de Fukushima aumentó en forma alarmante . El dato fue suministrado por la empresa de energía Tepco, responsable de la administración de la planta, en base a un pormenorizado estudio que hicieron sus técnicos.
Las muestras tomadas en los últimos días por los expertos de la compañía sobre el lecho marino que se prolonga a 15 kilómetros de la central, contienen 1.400 becquereles de cesio 137 por kilo.
Esa cifra es 600 veces superior al nivel máximo de 2,3 becquereles que había hasta ahora frente a las costas japonesas.
Ante las críticas que recibió por parte de los medios japoneses, y la creciente presión de las autoridades, la firma Tepco informó que va a desarrollar un aparato que permita la descontaminación del agua de mar para evitar mayores problemas.
Al parecer, el aparato podría estar en funcionamiento a fines de este mes, si no hay inconvenientes en el medio. La idea es bombear agua de mar contaminada a través de un contenedor de metal lleno de zeolito, un mineral muy particular que absorbe material radiactivo.
La contaminación marítima cercana a la planta no sólo es dañina para la población, sino que también viene afectando sensiblemente la pesca, uno de los principales productos del país asiático. Lo más grave de la actual situación es que Tepco admitió que no puede negar la posibilidad de que aún continúe filtrándose agua radiactiva de la planta nuclear. Explicó que por eso sigue monitoreando de cerca la situación.
Mientras tanto, surgió otro problema para las autoridades. El Ministerio de Sanidad japonés informó que se habían detectado rastros de radiación en las muestras de leche materna tomadas a siete mujeres del este y noreste del país. Cuatro de ellas viven en la región de Fukushima. Las autoridades insistieron en que los niveles de radiación encontrados no suponen riesgo alguno para la salud de los lactantes.

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La radiación aumenta mil veces en el fondo del mar frente a Fukushima

J.S.
Público

La radiactividad en el entorno de la central nuclear de Fukushima sigue disparada. Según las últimas mediciones de la empresa Tepco, dueña de la planta, los niveles de radiación en el fondo marino superan entre cien y mil veces los normales. Las mediciones se realizaron tres kilómetros mar adentro, a unos 30 metros de profundidad, el 29 de abril, pero hasta hoy no se presentaron los resultados. Las primeras evidencias de filtraciones de agua radiactiva al mar se registraron el 2 de abril.
Es la primera vez que se analiza el lecho oceánico, un lugar especialmente sensible a la radiación. Según los expertos, los elementos contaminantes detectados en el fondo marino como el yodo-131, el cesio-134 y el cesio-137 se pueden llegar a disolver en las aguas y mitigar sus efectos nocivos. Sin embargo, si se mezclan con el suelo marino aumentan las posibilidades de que entren en la cadena trófica, esto es, en el organismo de los seres vivos. De este modo, los animales marinos se irían contaminando los unos a los otros a través de la cadena alimenticia con elementos radiactivos consumidos por microorganismos en el lecho marino.
Precisamente hoy, la organización ecologista Greenpeace inició su análisis de las aguas internacionales del Pacífico que pudieran estar contaminadas por radiactividad. El buque Rainbow Warrior tomará muestras más allá de las aguas territoriales de Japón, ya que el Gobierno le denegó el permiso para analizar sus aguas.
Por otro lado, hoy se ha sabido que en Fukushima falló un control esencial para la medición de las emisiones de radiactividad en situaciones de emergencia que depende del Gobierno japonés. Según la agencia Kyodo, que cita fuentes cercanas a la materia, el sistema electrónico de detección desarrollado por la agencia de seguridad nuclear japonesa no funcionó correctamente durante los días críticos del accidente.
Este sistema, que hasta la fecha ha costado unos 230 millones de euros en su desarrollo y mantenimiento, es la fuente de información del organismo dependiente del Ministerio de Industria que se encarga de asesorar al Gobierno en crisis nucleares.


http://www.publico.es/ciencias/374217/la-radiacion-aumenta-mil-veces-en-el-fondo-del-mar-frente-a-fukushima

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