Chile: Un modelo forestal nefasto con sucursales en América Latina






Lo que las grandes empresas forestales han hecho con nuestros territorios en Chile es tan devastador, tan triste y tan definitivo que se nos viene a la mente la Doctrina del Shock (1) planteada por la periodista Naomi Klein en su libro homónimo. Utilizando la misma línea argumental, podemos afirmar que en menos de 30 años nuestros bosques nativos han sido sustituidos por monocultivos forestales sostenida y sistemáticamente, en un esquema impulsado durante la dictadura militar en Chile y amparado en los años que siguieron por un sistema económico depredador e injusto, tan difícil de combatir que hoy, con los hechos consumados y la solapada violencia que lo impulsa, estamos simplemente estupefactos.
El sector forestal chileno está dominado por dos grupos económicos, CMPC de la familia Matte y Arauco de la familia Angelini, familias que año a año aumentan su patrimonio y expanden su poder económico. Y esto no es un dato menor para agregar: es importante señalarlo porque las enormes utilidades de estas empresas que controlan todo el circuito económico exportador (más de 600 millones de dólares cada una según sus últimos reportes del año 2010) no han sido obtenidas gracias a su extraordinaria capacidad emprendedora sino que a costa de daños enormes, y en la mayoría de los casos irreparables, a los ecosistemas naturales y a las comunidades locales que han habitado ancestralmente (pueblo mapuche) o que viven desde hace poco más de un siglo (comunidades campesinas y colonos) en los territorios donde se concentran las plantaciones forestales (VII a X regiones).
Y tan grave como lo anterior, empresas como forestal Arauco obtuvieron muchas de sus industrias y predios en la Dictadura Militar, a través de los procesos de privatización impulsados en todas las áreas de la economía nacional, con fuertes pérdidas para el erario nacional (la pérdida para el Estado chileno por concepto de venta del total de sus empresas fue de 7.800 millones de dólares al valor de hoy). Como si esto no fuera suficiente, las grandes empresas forestales han recibido a través del Estado millonarias bonificaciones para establecer cientos de miles de hectáreas de monocultivos de pino insigne o eucalipto, que frecuentemente se realizaron sustituyendo bosques nativos.
La danza de millones de la que hablamos la bailan sólo unos pocos: estos indicadores auspiciosos no son percibidos por los 133 mil trabajadores forestales. Según un estudio de la Dirección del Trabajo de la Región del Bio Bio, de ellos, sólo entre el 25 y 30% tiene contrato permanente; el 82% se encuentra bajo la línea de la pobreza; y la subcontratación ha dificultado la generación de derechos colectivos.
Mientras eso ocurre, las millones de hectáreas de plantaciones alimentan a una industria forestal orientada a las exportaciones, que en 2008 alcanzó al ingreso de 5.400 millones de dólares, elevando a más del 13% la participación del sector forestal en el total de exportaciones del país, mientras que en las mismas comunas rurales donde prosperan las plantaciones y la industria - las regiones VIII, IX y X - los Índices de Desarrollo Humano del PNUD (basados en estudios de ingreso, salud y educación) son los más bajos del país.
Y las amenazas continúan: un 17,7% del territorio nacional está cubierto por bosque nativo lo que, de acuerdo a estudios realizados, corresponde a menos de la mitad de lo que hubo antes de la llegada de los españoles, y hoy en día se sigue destruyendo. Estudios recientes indican que en la Región de Los Ríos más de 20.000 hectáreas de bosque nativo fueron sustituidas por plantaciones forestales en la última década. Entre sus últimos escándalos, Forestal Arauco fue condenada a reparar el daño ambiental ocasionado por la muerte de 33 ejemplares de araucarias para efectuar una plantación de exóticas en la Región del Biobío, sin dejar de mencionar la destrucción del Santuario de la Naturaleza Río Cruces, en el sur de Chile, por lo que ha sido condenada y multada públicamente.
Solo a modo de ejemplo es importante citar que en los informes periciales encargados por la jueza Gloria Hidalgo, del 1er Juzgado Civil de Valdivia, como parte del juicio del Estado de Chile en contra de CELCO-ARAUCO iniciado hace casi 6 años, seis peritos independientes – incluyendo geógrafos, ecólogos, biólogos e ingenieros químicos– han concluido que existe una relación directa entre las descargas de CELCO-ARAUCO y el desastre ocurrido en el Santuario. Según los peritos, la empresa provocó el colapso ecológico del humedal, “la muerte súbita y total” de las plantas acuáticas –entre ellas el luchecillo–, la masiva mortandad de cisnes y otras especies, la pérdida de biodiversidad, y el aumento drástico de la contaminación en las aguas y sedimentos del Santuario. (2)
Sin embargo, como si nada de esto ocurriera y solo fuera resultado del delirio de unos pocos, las empresas forestales encuentran toda suerte de recursos para expandir su influencia. La empresa forestal Arauco, la más poderosa de Chile, ha extendido sus tentáculos a cuanto estamento de la sociedad existe. Una de las estrategias usadas ha sido hacerse parte de la vida académica de las Universidades que forman ingenieros forestales a través del financiamiento de infraestructura e investigación en el área. El caso más reciente fue el pasado 30 de marzo, cuando la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile y la empresa Celulosa Arauco Constitución se unieron en un mismo salón para cortar la cinta que dio por inaugurado oficialmente el Pabellón Arauco frente a lo cual diversas organizaciones circularon una carta de repudio que se encuentra disponible en: http://wrm.org.uy/paises/Chile/Pabellon_Arauco.pdf . Asimismo, ha participado en ferias internacionales de alcance mundial, y ha financiado millonarias campañas de inescrupulosos eslóganes, como “Bosques de Verdad para Chile”, en alusión a las plantaciones de la empresa, por mencionar algunas de sus estrategias.
ARAUCO ha expandido su modelo forestal a otros territorios de América Latina,  adquiriendo en 1996 la mayor empresa forestal de Argentina, Alto Paraná S.A. Ahora en Uruguay, en sociedad con la sueco-finlandesa Stora Enso, iniciará la construcción de una planta de celulosa en el departamento de Colonia, que se proyecta estará operativa en el primer semestre de 2013. ARAUCO se plantea ser un referente mundial en el “desarrollo sustentable” de productos forestales. Esta visión se expresa a través de “la búsqueda de oportunidades para un crecimiento sustentable, (…) una gestión eficiente y responsable con el entorno, con las comunidades vecinas y con las futuras generaciones”. Pues bien, cuidado Argentina y Uruguay, porque en Chile estos principios han sido sistemáticamente incumplidos.

Por Claudio Donoso Zegers, Ecólogo Forestal, correo electrónico: donosozegers@gmail.com y Magdalena Donoso Hiriart, Colectivo VientoSur, correo electrónico: magdalenadelsur@gmail.com           
(Fuentes consultadas: Contraloría General de la República, Dirección del Trabajo Región del Bio bío, Reporte de Sustentabilidad 2010 Arauco, Las empresas forestales y los Mapuche Cámara de Diputados 2007, http://www.altoparana.com.ar/informacion.asp?idq=540, www.bosquenativo.cl)

(1) El libro reseña la implantación del libre mercado, que sigue la lógica de lo que Naomi Klein identifica como «capitalismo del desastre». La autora plantea una analogía del tratamiento de los consumidores con el tratamiento de enfermos mentales por electroshock: 'A través del shock, se fuerza a la gente a ser obediente'.
(2) Tomado del artículo publicado en ÑUKE MAPU:  http://nukemapu2.blogspot.com/2011/04/juicio-contra-celco-arauco-por-el.html

Fuente: Boletin 166 WRM

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