Uruguay: el poder de la empresa foresto-celulósica Montes del Plata






Montes del Plata es el nombre con el que operan en Uruguay dos empresas trasnacionales vinculadas a la industria forestal, celulósica y papelera: la chilena Arauco y la sueco-finlandesa Stora Enso. En esta ocasión se asociaron para la construcción y puesta en funcionamiento de una fábrica de celulosa que producirá por lo menos 1.450.000 toneladas de celulosa.
A partir de esta fusión, el consorcio Montes del Plata pasó a poseer el mayor latifundio del país: 250.000 hectáreas de tierra destinadas a la plantación de monocultivos de árboles, materia prima necesaria para el funcionamiento de su mega-emprendimiento celulósico.
El pasado 25 de mayo se inauguraron las obras de la fábrica de celulosa, ubicada en la localidad de Conchillas, departamento de Colonia, sin que la empresa hubiera difundido aún el estudio del impacto social que provocará su instalación en la zona, el cual le había sido exigido por La Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA). Los dos años de construcción de este mega-emprendimiento implicará la contratación de hasta casi 6.000 trabajadores en su momento pico, que se calcula en su gran mayoría serán extranjeros, que se movilizarán en el entorno de una localidad de unos 500 habitantes.
A esto se agrega que en estos días trascendió en la prensa parte del contenido del contrato “secreto” de inversión firmado por Montes del Plata y el gobierno uruguayo, donde ambas partes se obligaban a no divulgar información relacionada con dicho convenio mediante una cláusula de “confidencialidad”.
El contrato establece beneficios económicos excepcionales y notables para una inversión transnacional, a los que no acceden los empresarios nacionales. Bajo el cálido texto “las partes harán los mejores esfuerzos para encontrar soluciones…” se esconden horas y horas de reuniones de la empresa con representantes del gobierno nacional, con éxito para la empresa. Asegura además que a futuro se compensará a la empresa ante “cambios significativos en el régimen tributario o en materia de permisos y autorizaciones que afectaran negativamente las condiciones económicas del proyecto”.  Para conocer algunos de los beneficios acordados ver “El contrato secreto de inversión entre el Gobierno y Montes del Plata”, http://www.guayubira.org.uy/2011/05/contrato-inversion-montes-del-plata/.
El grupo uruguayo Guayubira, largamente crítico de la expansión de la forestación (y su corolario las fábricas de celulosa) por sus impactos ambientales y sociales, manifestó en un comunicado su repudio por los manejos y presiones de la empresa extranjera y alertó que ese tipo de negociaciones condiciona la soberanía del país: “Este contrato secreto define el curso de la utilización de los recursos naturales del país, de su ordenamiento territorial, de su medio ambiente, en fin, el curso del desarrollo nacional, condicionando las posibilidades de intervención de la sociedad nacional y la acción soberana de la nación por un muy largo período”.


Información obtenida del comunicado del grupo Guayubira “Montes del Plata: REPUDIO Y ALERTA”, http://www.guayubira.org.uy/2011/05/montes-del-plata-repudio-y-alerta/

Fuente Boletin 166 WRM

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El 20 de abril, la gigante sueco-finlandesa de la industria forestal Stora Enso celebró su reunión anual de accionistas en Helsinki, donde presentó sus planes de distribución de parte de las ganancias obtenidas en el año 2010: 817,4 millones de euros.

Para esa ocasión, Amigos de la Tierra Internacional, los grupos brasileños MST (Movimento dos Trabalhadores Sem Terra) y Cepedes (Centro de Estudos e Pesquisas para o Desenvolvimento do Extremo Sul da Bahia), la organización finlandesa Amigos de los Sin Tierra Finlandia y la organización internacional WRM (Movimiento Mundial por los Bosques) advirtieron que las ganancias de Stora Enso se han obtenido a costa de violar leyes ambientales, laborales y penales en América Latina.
 
En Brasil y Uruguay, sola o junto a otras, la empresa es responsable de crímenes ambientales. Los monocultivos de árboles a gran escala de Stora Enso para la producción de celulosa han provocado el desplazamiento de comunidades locales y son un factor causante de la erosión del suelo y la escasez de agua. La concentración de miles de hectáreas de tierras para el cultivo de eucaliptos constituye una amenaza para la seguridad alimentaria y es causa de miseria para millones de personas sin tierra.
 
En Uruguay, Montes del Plata –una empresa formada por Stora Enso y la chilena Arauco– es el mayor terrateniente del país, con 238.000 hectáreas de tierra, y ha estado presionando a las autoridades nacionales para reclasificar tierras agrícolas ganaderas cercanas a su nueva fábrica de celulosa y así obtener 100.000 hectáreas más para destinarlas a nuevas plantaciones forestales.
 
En Brasil, Veracel -empresa conjunta de Stora Enso y la compañía brasileña Fibria- es acusada de delitos ambientales (deforestación ilegal y uso inadecuado de plaguicidas), violaciones de derechos laborales, blanqueo de dinero, evasión fiscal y corrupción. También ha desalojado brutalmente a mujeres y niños del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y del movimiento Vía Campesina, que ocuparon varias plantaciones de Stora Enso como respuesta al hambre y la pobreza.
 
“En lugar de traer desarrollo, Stora Enso causa conflictos por la tierra y amenaza la soberanía alimentaria. Un verdadero desarrollo sustentable promueve la agricultura en pequeña escala para alimentar a las personas y no plantaciones a gran escala para obtener beneficios para las empresas. ¡No podemos comer eucaliptos!”, expresó Durao Marcelo Fernández, del MST.
 

Movimiento Mundial por los Bosques (WRM)

www.wrm.org.uy

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