HidroAysén ¿Y ahora qué?





  • Blogpost by Samuel Leiva -
  • En la fría ciudad de Puerto Montt, el lunes pasado la Corte de Apelaciones decidió felizmente dar curso a tres recursos de protección contra de la Comisión de Evaluación Ambiental de Aysén, a menos de un mes de que se aprobará HidroAysén por medio de la resolución exenta 231. El más importante de estos recursos legales fue el que dio orden de no innovar, la cual frena de manera total el proceso de evaluación ambiental, incluido los reclamos ante el Consejo de Ministros que vencía a mediados de esta semana.
    Hay que recordar que estas acciones legales fueron el esfuerzo conjunto y bajo un sólo objetivo, de varias organizaciones medioambientales, parlamentarios y autoridades locales.
    Esto asegura que durante, al menos los próximos 3 meses, se avance en las investigaciones sobre las irregularidades que se denunciaron en relación a la evaluación y aprobación del proyecto de mega represas.
    El tiempo que se ganó (y esperando que la justicia determine finalmente los nuevos plazos) permite que las audiencias que se están desarrollando en la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados (la cual está recibiendo información sobre varias irregularidades en la evaluación del estudio de impactos ambientales) pueda seguir su trabajo sin tener la presión de la decisión del Consejo de Ministros.
    Esta contraofensiva de la sociedad civil organizada desmiente el mito impulsado por la empresa que de este proyecto era casi un hecho y comprueba lo que muchos ya sabíamos. Hay una intención orquestada en el gobierno –actual y anterior- en apoyar a cómo sea lugar su aprobación.
    Lo cierto es que la corte de Puerto Montt le podría estar facilitando la tarea al Gobierno, puesto que el poder judicial podría convertirse en el que realmente devuelva la confianza en las instituciones públicas. De otra manera, la única solución es que el Consejo de Ministros haga una especie de mea culpa, y determine que el proyecto no debió haber sido aprobado (impulsado) por este Gobierno.
    Ambas partes han señalado que seguirán las batallas legales en diferentes escenarios, después de que se consolidaran las inéditas convocatorias y movilizaciones, las que implicaron cambiar a un país que nunca había considerado temas ligados al futuro del desarrollo de las opciones energéticas y las implicancias nacionales de los megaproyectos.
    El nuevo escenario es sin duda judicial, pero aún hay que ver qué posible influencia tendrá en la presentación de la ‘otra parte’ del proyecto: las líneas de transmisión. El cual deberá ser evaluado no por una región, sino por el poder central.
    Considerando el escenario de la construcción de las 5 represas aún sin ningún obstáculo legal, la primera de éstas podría estar operativa el 2019, y las restantes el 2025. Por lo que aún hay mucha agua –sin represas- que debe correr antes de que este proyecto se materialice. Todavía hay tiempo entonces de avanzar en las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) y para el 2020 contar con el 20% de estas fuentes energía como parte de la matriz energética, que por lo demás es el compromiso por parte de nuestro país ante la Convención Marco sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas.
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Como auguraba Allende, se abrieron las alamedas

“Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.
Salvador Allende

Parafraseando a Salvador Allende, hoy podemos decir que se abrieron las alamedas en todo Chile. Mejor dicho la abrieron chilenos y chilenas, en Santiago, Concepción, Valparaíso y otras ciudades. Es un hecho irreversible, que condensa la puesta en movimiento de diversos sectores sociales en la última década, frente a la voracidad del capital local/transnacional y la complicidad de una clase política, disque democrática, desde 1990 enquistada en el Congreso y entronizada en la administración del estado, gracias al sistema electoral binominal pinochetista. 
Como no recordar en estos días a las familias pehuenches y a las hermanas Bertha y Nicolasa Quintreman, su férrea resistencia a la represa Ralco, cuyo proyecto se aprueba con el aval de la genuflexa administración Frei Ruiz Tagle (1997). La multitudinaria marcha en rechazo a la visita de George W Bush, con motivo de la Asamblea General APEC (Santiago, 2004), durante la administración Lagos, la misma que firma la mayor cantidad de tratados de libre comercio en representación de estado chileno. Las protestas de l@s valdivianos por la muerte de cisnes de cuello negro, del Santuario de la Naturaleza del Rio Cruces (2005), por la acción contaminante de Celulosa Arauco, vinculada al grupo Matte; al que Magdalena Matte está unida por lazos de familia, sí, la otrora Ministra de Vivienda del primer gabinete ministerial del empresario y hoy Presidente Piñera. 
Con mayor razón la “revuelta pingüina” (2006), que remece Chile desde Arica hasta Punta Arenas, con el beneplácito y apoyo generalizado de la ciudadanía; demuestra que la Presidenta Bachelet no es la “mandataria” y sus elector@s l@s “mandantes”, sobre todo debela la mentira e hipocresía oficial al conseguir más presupuesto para la educación, desbaratar la LOCE y finalmente provocar una gran crisis ministerial y la terminación del voceado “gabinete paritario”. Como no mencionar las recientes iniciativas ciudadanas protagonizadas por los movilizados en contra de Hidroaysen
Por cierto, en el trasfondo de este apretado recuento está presente la tenáz lucha del pueblo mapuche, sus iniciativas para recuperar sus tierras y territorios usurpados por plutocracias pasadas y recientes, bajo el amparo y apoyo represivo de un estado-nación hegemónico, que se precia de ser nacional, sobre la base de la negación histórica de otras nacionalidades o pueblos, como el mapuche, aymara, quechua, rapa nui, etc.; a los que sólo reconoce como habitantes de Chile, en la lógica perversa de una inclusión/exclusión en el mercado y la representación estatal, socialmente clasificados y racializados como inferiores y, por ende, subordinados y subsumidos en una chilenidad que supuestamente (también) los identifica y relaciona igualitariamente con los chilen@s otros.
A diferencia del “Mayo Chileno” (2006) y sin perjuicio de su méritos, es importante señalar que esta vez sí se conjugan varios conflictos y actores sociales en un mismo espacio y tiempo, los que en cierto modo (a la vez) condensan y expresan un generalizado malestar social y existencial, hasta hace poco contenido en Chile, en particular por ese sentido común generalizado en el imaginario social popular y de las capas medias (herencia traumática de la dictadura civil y militar pinochetista), y que electoralmente se expresa en “yo voto por la concertación, para que no gane la derecha pinochetista”. Sentido común que congresistas y gobernantes manipulan durante 20 años, con el mito faláz de la “transición a la democracia”. 
Sin embargo, como ese sentido común se desdibuja y pierde sentido al cabo de dos décadas de frustraciones y aprendizajes, los protagonistas de uno de los lados de los conflictos; vale decir los que se cansaron de estar atrapados y consumidos por el consumo, sobre todo ninguneados en sus demandas por mejores condiciones de vida, mejores ambientes laborales, remuneraciones salariales dignas, en sus peticiones de más tiempo de ocio creativo y para amar; esta vez aparecen con cuestionamientos y propuestas más precisas y claras, por cierto perfectibles por ell@s mismos. Por lo pronto suelen autodenominarse “movimientos ciudadanos” o “iniciativas ciudadanas”, re/aparecen reclamando para sí mismos y para tod@s otra manera de concebir y realizar la política. Una política basada en las asambleas, las deliberaciones, las consultas y el previo consentimiento de la ciudadanía -mandato-, a toda escala social. A la vez comprendida como un proceso que habita preferentemente en la sociedad civil y se manifiesta en correlaciones sociales y de poder emergentes, con nuevas/viejas maneras de tomar decisiones, en las que las diferencias tienen legítima cabida y el consenso en ningún caso es un mecanismo de disciplinamiento social. 
Por consiguiente, se trata de una política cuya realización en y desde la vida cotidiana de tod@s, es conducente a otra organización de la autoridad colectiva y su ejercicio, a su socialización permanente, y, por lo mismo, en este caso subordinando la “razón de estado” y su aparataje institucional -sus políticas públicas, como es la política educativa- y a los partidos políticos, a las motivaciones y “razón liberadora” que habitan y emergen desde la sociedad civil. En ese exacto sentido, l@s hoy movilizados en Chile, sin perjuicio de sus propuestas y protestas, con todo el derecho que les asiste ell@s están aprendiendo a “mandar obedeciendo” y así a ejercer su propio poder edificante, exigiendo “para todos, todo”, como es el caso de la des/privatización de la educación que proponen y exigen los estudiantes secundarios y universitarios.
Al respecto, si bien nada es seguro, aún así, en Chile hoy adquieren nuevos sentidos las posibilidades inmediatas y futuras para la “construcción democrática de una sociedad democrática”. Hoy es más visible y vivible en Chile otro horizonte, cuya denominación más común por ahora es el Buen Vivir; radicalmente diferente y opuesto al de la modernidad asociada al sistema-mundo-colonial-capitalista, cuya manida jerga y engaño es denominar democracia y estado de derecho, a la igualación ante el estado y la ley, de quienes viven y se reproducen socialmente clasificados y desiguales en la sociedad civil, el mercado y en la representación o acceso a la administración estatal. Tal vez por eso mismo la denominada “clase política” y su establishment por estos días están aterrados. En particular el Ministro de Educación Joaquín Lavín y sus sostenedores de la UDI, porque aquel podría seguir los pasos de la ex ministra Magdalena Matte
Por cierto, en las circunstancias descritas, es oportuno advertir que las dicotomías “izquierda/derecha” u “oficialismo/oposición” en Chile –como en otros países-, sobre todo por sus desempeños en la realidad real, por sus ambigüedades y vacios semánticos en cada caso, hoy resultan estrechas o insuficientes (en cierto modo inconducentes), para dar cuenta de las certezas, dificultades y alcances de ese otro horizonte real y posible que asoma en y para Chile. 
Sobre la violencia que la mayoría de los medios de comunicación, al igual que los voceros de la administración Piñera atribuyen a l@s movilizados, es oportuno recordarles que, en circunstancias en las que la clasificación social y el abuso del poder, vale decir las relaciones de dominación/explotación/conflicto son las hegemónicas, la violencia suele ser una manera de resolver los conflictos. Y si no lo quieren admitir, habrá que recordarles (bien que lo recuerdan) el bombardeo a la moneda el 11 de septiembre de 1973 y los miles de detenidos, desaparecidos y torturados. En todo caso, y esto hay que decirlo con toda claridad y fuerza, la violencia propiamente tal, hoy no es lo que singulariza la puesta en movimiento de decenas de miles de chilen@s, como no lo es en toda la redondez del mundo. Lo central en Chile y en otros países y continentes, sin duda alguna es la emergencia de un otro horizonte de vida, de propuestas y protestas y formas distintas de ejercer la autoridad y un poder edificante para tod@s y con participación de tod@s.
Ah! en todo caso, la estética y elan de los hoy movilizados en Chile, por ende Chile mismo, con rasgos propios, también son parte de los perfiles que hoy delinean el rostro del otro mundo que emerge en y desde América Latina y El Caribe, África y el extremo oeste de Asia (también, autodenominado y re/conocido como Europa).

Por Danilo Quijano
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Los bonos al alza del legislador “verde” de la Alianza
Cuánto vale Horvath para la derecha
El senador de RN tiene una larga y reconocida trayectoria en el tema medioambiental. Misma que evidenció aún más cuando se desató la polémica por la construcción de HidroAysén. Y aunque tiene discrepancias con su sector por la forma como enfrentó ese tema, también existe conciencia del valor estratégico que su trayectoria implica para la derecha en una materia que le es nueva.

“Ridículo” rezaba un cartel que, en la sesión del Congreso Pleno, del 21 de mayo, exhibía el diputado gremialista y subjefe de su bancada, Felipe Ward, en dirección al senador Antonio Horvath. Mientras tanto, el parlamentario de Renovación Nacional sostenía en alto otra pancarta que exponía un gráfico relativo a las energías sustentables. “Bullying”, comentó un espectador que seguía atento la escena desde las tribunas. Y aunque fueron muchos los que en la derecha criticaron duramente la posición asumida por Horvath, los dirigentes de su partido fueron cautelosos en el trato. Entre otras cosas, porque algunos visionarios cayeron rápidamente en cuenta de que el tema medioambiental llegó para quedarse y no es una moda que se desvanecerá a corto plazo. El senador “verde” es un capital político al que su sector no puede ni quiere renunciar. Por el contrario, en el oficialismo están concientes de que es casi una obligación cuidarlo y potenciarlo.
Para el oficialismo, el hecho de que más allá de la contingencia, Horvath haya sido un permanente defensor del medio ambiente constituye “un gran plus”. De ahí a que pese a discrepar con el senador por las críticas a la actuación del gobierno en la aprobación de Hidroaysén  -al señalar que “fue atropellada la institucionalidad ambiental y tampoco fue respetada la ley de base del medioambiente”-, respaldan su afán por buscar fórmulas de energía limpia que se incorporen a la matriz energética del país.
El analista político de la Universidad Central, Marco Moreno, coincide con la mirada que tienen desde el oficialismo respecto del potencial de Horvath. A su juicio, “la preocupación de la gente está centrada en nuevos tipos de problemas”, por lo que “los temas medioambientales, en adelante, van a ocupar un espacio importante en la agenda”. Estas materias, dice Moreno, “van a contribuir a acrecentar el capital de un político”. A la ciudadanía, por ejemplo –agrega-, “ya no le importa tanto la cobertura de la educación como la calidad de la misma”.
“Los nuevos tipos de liderazgos políticos van a tener que tener estas nuevas tendencias”, sostiene Moreno. Y agrega que “antes la gente no tenía sintonía con estos temas, pero ahora le importan y se fija en quienes los enarbolan”. Por otro lado, explica que antiguamente “se consideraba que a los gobiernos de derecha no les importaban estos temas, porque el empresariado tampoco se identifica con ellos, pero ahora las cosas están cambiando”. De ahí la importancia de que una figura del sector haya mostrado históricamente interés por estos contenidos.
Un capital que hay que potenciar
Mientras desde su sector siempre se pujó infructuosamente para lograr que los gobiernos de la Concertación se deshicieran del porcentaje de las sanitarias que aún conservaba el Estado, cosa que el Presidente Sebastián Piñera visó hace sólo unas semanas, Horvath estuvo y sigue estando en contra de esa decisión. Al punto que a mediados de junio, también hizo pública su posición al respecto.
En RN reconocen que la idea es “no ser tan odiosos con él, porque tenemos que cuidar su liderazgo. Ese es un tema que ronda en el partido”. Al punto que el vicepresidente de la tienda, senador Francisco Chahuán, admite que “sin lugar a dudas, Horvath representa un capital para la Coalición y también puede ser una pieza clave en liderar los temas ambientalistas en un eventual nuevo gobierno”.
En la oportunidad, el parlamentario oficialista planteó que “el rol que le compete al Estado en la provisión del agua, resulta fundamental. Este debe garantizar que la provisión del agua sea en cantidad y calidad, además de precio, asequible para toda la población, siendo éste un recurso estratégico”. Incluso aclara que para hacer que “no es necesario privatizar la fracción que tiene aún el Estado en las empresas sanitarias  para poder financiar instrumentos Corfo para las Pymes o poner recursos frescos en el Metro, Codelco o Enap”, aludiendo a todos los muy diversos argumentos esgrimidos por la administración Piñera, para justificar la venta.
Es un hecho que, en RN, mayoritariamente discrepan de la postura asumida por Horvath en una materia que también consideran estratégica, pero desde un ángulo distinto al del que lo observa el senador.  Aunque la actuación de los dirigentes de la tienda sigue siendo prudente, lo que permite inferir el nivel de conciencia que existe en relación al valor del parlamentario para la colectividad.  Aunque  un observador del partido admite que “con el tema de las aguas como que se le pasó la mano”. Pero no sólo con eso. También con las declaraciones que realizó luego que la justicia paralizara el proyecto HidroAysén. En esa ocasión, el legislador reiteró a Radio Cooperativa cosas como que “son tal la cantidad de irregularidades, de informes técnicos cambiados, de personas inhabilitadas, de personas que tuvieron muy poco tiempo como para entrar al fondo de la materia”. E insistió en que, “por otro lado, la institucionalidad ambiental ha sido violentada por parte de los ministros, que son una instancia de apelación”.
Pese a sus dichos, en la tienda reconocen que la idea es “no ser tan odiosos con él, porque tenemos que cuidar su liderazgo. Ese es un tema que ronda en el partido”. Al punto que el vicepresidente de la tienda, senador Francisco Chahuán, admite que “sin lugar a dudas, Horvath representa un capital para la Coalición y también puede ser una pieza clave en liderar los temas ambientalistas en un eventual nuevo gobierno”.
Por su parte, el timonel de la tienda expresó que su sector “siempre ha tenido interés por el medioambiente”, por lo que asegura que en ello el partido respalda a Horvath. Aunque también deja en claro que el senador “se equivoca cuando pone en duda el proceso institucional por el que se aprobó HidroAysén”. Pese a ello, Larraín coincidió con Chahuán en cuanto a que en la tienda “estamos concientes del capital político (que significa el senador), (por lo que) hay que desarrollarlo y cuidarlo”.

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