Ciudad del Cabo, el reto de vivir sin agua que pone cara al cambio climático

Hay dos hechos de los que se viene advirtiendo desde hace tiempo para el futuro de las ciudades: el primero es el de los efectos que el cambio climático, especialmente la sequía, tendrán para los recursos que abastecen a las grandes urbes. El segundo es la superpoblación, porque este es el primer siglo en la historia en la que hay más gente viviendo en las ciudades que fuera de ellas; y se estima que para el año 2050 esa proporción será de tres cuartas partes frente a una.

Lucía Villa

Para Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, este escenario ya es presente. La segunda urbe más grande del país surafricano, con cuatro millones de habitantes, está a pocos meses de convertirse en la primera ciudad del mundo sin agua corriente para el suministro diario de su población.
La severa sequía a la que hace frente desde hace tres años, sumado a un aumento desorbitado de sus habitantes —se estima que la metrópolis ha duplicado su población en las últimas dos décadas— ha llevado a sus recursos hídricos a una situación límite. 2017, el año más seco desde que hay registros, ha dejado tan solo 153,5 milímetros de lluvia acumulada, según el Climate System Analysis Group de la Universidad de Ciudad del Cabo.
La ciudad lleva meses en la cuenta atrás para el día cero, como se denomina al momento en el que los grifos se cierren definitivamente y el agua sólo sea asequible a través de los 180 camiones cisterna donde los habitantes podrán ir a llenar sus garrafas con un límite de 25 litros diarios. Es una cantidad ínfima, si se tiene en cuenta que sólo una ducha de 2 minutos consume 20 litros y que se necesitan otros 5 para comer y alimentarse. Las autoridades locales tienen previsto activar estas medidas cuando los embalses de los que se abastecen sus habitantes bajen hasta el 13,5% de su capacidad. Una línea roja que al principio se estimó que llegaría en marzo, pero que las intensas restricciones en el consumo han permitido alargar hasta el 9 de julio.
Con suerte, la fecha maldita coincidirá con las primeras precipitaciones de la temporada de lluvias, que históricamente comenzaban en abril, pero que el cambio climático está retrasando hasta el mes de junio.
"Aunque la lluvia vuelva mañana, no podemos volver a los hábitos antiguos. Hay que cambiar el comportamiento, es el tiempo del agua", señala en cualquier caso el director de Turismo del país austral, Sisa Ntshona, en una entrevista con Efe.
Las primeras restricciones en el suministro comenzaron a finales del año pasado, cuando se impuso un tope de 87 litros por persona y día. Desde principios de febrero, ese límite se ha rebajado hasta los 50 litros. Es un recorte importante, porque otro de los problemas que afrontaba la ciudad era el gran derroche de este recurso: antes de la crisis del agua, los habitantes de la urbe usaban entre 250 y 350 litros por persona al día. El consumo medio en España, por ejemplo, es de 132 litros por persona y día, según el Instituto Nacional de Estadística.
Además, se han recortado un 60% los suministros a la agricultura y un 45% los del comercio, se ha prohibido regar las aceras y jardines, lavar los coches con agua potable municipal o llenar las piscinas privadas, se ha regulado la compra-venta de agua de los pozos y se aplican multas para quienes derrochen.
“Se recomienda encarecidamente a todos los residentes que instalen piezas, accesorios y tecnologías eficientes para minimizar el uso del agua en todos los grifos”, señala la nueva normativa municipal.
El caso de Ciudad del Cabo, no obstante, supone un reto para el resto de ciudades en el mundo.
"Ciudad del Cabo es el foco de atención ahora mismo, pero en realidad es un problema global. El mundo tiene la oportunidad de aprender una gran lección de Sudáfrica: no deben esperar a que haya una crisis para modificar los hábitos de consumo", reflexiona Ntshona, que cita otras importantes capitales como Los Ángeles, Sao Paulo o Pekín, que enfrentan problemas similares.

@Luchiva
Fuente: http://www.publico.es/internacional/sudafrica-ciudad-cabo-reto-vivir-agua-pone-cara-cambio-climatico.html - Imagen: El embalse de Theewaterskloof, cerca de Ciudad del Cabo, completamente seco. REUTERS

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Sorprendente evidencia de calentamiento del mar en Islas Galápagos
El océano alrededor de las Islas Galápagos se ha estado calentando desde la década de 1970, según un nuevo análisis de los archivos de temperatura natural almacenados en los arrecifes de coral.
 
El hallazgo sorprendió al equipo de investigación dirigido por la Universidad de Arizona, porque los registros instrumentales escasos de la temperatura de la superficie del mar para esa parte del Océano Pacífico tropical oriental no mostraron calentamiento. "La gente no sabía que las Galápagos o el Pacífico oriental se estaban calentando. La gente teorizó o sugirió que se estaba enfriando", dijo la autora principal Gloria Jiménez, candidata doctoral de la UA en geociencias.
Los científicos pensaban que una fuerte corriente ascendente de aguas profundas más frías salvó a la región del calentamiento visto en otras partes del Pacífico, dijo. "Mis colegas y yo demostramos que el océano alrededor de las Islas Galápagos del norte se está calentando y lo ha estado haciendo desde la década de 1970", dijo Jiménez. La investigación es parte de su trabajo de doctorado.
Jiménez estudió núcleos tomados de cabezas de coral en la parte norte deshabitada del Parque Nacional Galápagos en Ecuador. Los núcleos representaron los años 1940 a 2010. Los corales establecen capas de crecimiento estacional que sirven como un archivo natural de las temperaturas oceánicas.
Su análisis reveló que de 1979 a 2010, las temperaturas oceánicas regionales aumentaron casi 0,4 grados F (0,2 grados C) por década, alrededor de 1,1 grados F (0,6 grados C) en general. El muy fuerte El Niño de 1982-1983 calentó temporalmente el océano circundante tanto que la mayoría de los corales en la parte sur de las Galápagos murieron, dijo la coautora Julia Cole, quien recolectó los núcleos de coral mientras ella era miembro de la facultad en el UA.
Los científicos pensaban que una fuerte corriente ascendente de aguas profundas más frías salvó a la región del calentamiento visto en otras partes del Pacífico, dijo.
"El calentamiento en esta área es particularmente inquietante, porque es el único lugar donde los arrecifes han persistido en las Galápagos. Esto sugiere que esos arrecifes son más vulnerables de lo que pensábamos", dijo Cole en un comunicado, que ahora es profesor de ciencias ambientales y de la tierra en la Universidad de Michigan.

Fuente: Ecoticias

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