Más conciencia, menos toallitas

Tan suaves, útiles, agradables... y tan perjudiciales para el medio ambiente y la economía. Las toallitas húmedas -las que sirven para limpiar el culito del bebé, desmaquillarse, autobroncearse o limpiar toda clase de objetos, ya que hay de todos los tipos imaginables- se elaboran con fibras muy resistentes, excesivamente resistentes, que tardan muchísimos años en deshacerse.

Martí Palma

Aunque en el envase se indica que son biodegradables, la realidad es otra y provocan graves problemas cuando se tiran al váter como si se tratara de papel higiénico. La gran diferencia es que el papel de váter se desintegra en el agua casi por completo (95%), mientras que las toallitas lo hacen solo un 36% después de dos días en el agua, según un análisis de la OCU.
Una vez se tira de la cadena, las toallitas se mezclan con cigarrillos, tampones, bastoncillos de algodón o compresas... todo aquello que la gente lanza al váter como si de una papelera se tratara, lo que provoca importantes averías en las instalaciones de saneamiento y obstruye las estaciones depuradoras.

Impacto económico
Aunque no es fácil medir el impacto económico que provoca tirar toallitas húmedas al inodoro, EurEau (la asociación europea de empresas de abastecimiento y saneamiento) estima que genera un gasto en limpieza, mantenimiento y averías de las instalaciones de entre 500 y 1.000 millones de euros al año en Europa. Y según datos de la Asociación Española de Abastecimiento de Aguas y Saneamiento (AEAS), en España provocan pérdidas cercanas a los 200 millones de euros anuales, lo que supone un aumento total de los costes de gestión del ciclo integral del agua de entre un 4 y un 6% más. El porcentaje se eleva a un 18% en los gastos de mantenimiento de las depuradoras.
Para concienciar a la población y minimizar el impacto económico y ambiental que provocan las toallitas húmedas que no van a la papelera o al cubo de la basura, Aigües de Barcelona inició hace un par de años la campaña “Stop toallitas en el váter”. Los resultados de dicha campaña han sido totalmente positivos: el número de residuos que se tiran al váter se ha reducido en algunas zonas y periodos en hasta un 19%.
Se han repartido 20.000 papeleras para recoger toallitas en municipios y áreas urbanas del Besòs
La primera fase de la campaña de Aigües de Barcelona tuvo lugar en los municipios de Sant Boi de Llobregat, Gavà, Sant Climent de Llobregat, Viladecans y Castelldefels, que son los que hacen llegar sus aguas residuales a la EDAR Gavà Viladecans. La iniciativa permitió reducir el número de residuos vertidos a la depuradora en cerca de un
2,5%: así, se pasó de 265,22 toneladas de residuos procedentes del pretratamiento, en los primeros nueve meses de 2016, a 243,64 toneladas durante el mismo periodo de 2017.
En la segunda fase de la campaña se repartieron 20.000 papeleras que los ciudadanos colocaron al lado de sus váteres y en las que poder tirar las toallitas. La acción se realizó en los municipios que vierten sus aguas residuales a la depuradora del Besòs (EDAR) además de Badalona, Santa Coloma y los distritos de Sant Andreu, Sant Martí y Nou Barris de Barcelona. Después de esta campaña de concienciación, el número de residuos que se lanzan al inodoro en esta área ha caído en algunos periodos hasta un 19%.
Para Ignasi Batallé, jefe de planta de la EDAR Besòs, “lo más importante es que la gente sea consciente de que un gesto muy sencillo como es tirar las toallitas al váter conlleva muchísimos problemas, que empiezan en el mismo domicilio o comunidad de vecinos, ya que primero se pueden acumular en las cañerías, y después atascar los bajantes del edificio o los colectores de la ciudad. Se trata de un problema nuevo que hace unos años no teníamos”.
Responsables de los atascos en las tuberías
El 46% de las emergencias registradas por Aigües de Barcelona en el año 2015 tenían relación con los efectos provocados por las toallitas. En 2014 se vertieron a los inodoros de los 36 municipios del área metropolitana de Barcelona más de 4,4 millones de quilos de desechos, casi 1,4 quilos por habitante. Una gran parte de esta basura estaba compuesta por pequeñas toallitas textiles húmedas desechables. Su presencia provocó reiterados problemas en la red de tuberías y en las estaciones depuradoras. De hecho, 8 de cada 10 servicios de limpieza en tuberías son motivados por atascos provocados por las toallitas húmedas. Unos problemas técnicos que derivan en averías que, finalmente, significan costes económicos y medioambientales.
La solución es fácil: concienciarse de que las toallitas húmedas no van al váter, sino a la papelera (y que las etiquetas de los envases que las contienen así lo indiquen).

Fuente: http://www.lavanguardia.com/natural/20180605/444077984965/stop-toallitas-al-vater-campana-agbar.html - Imagenes: Las toallitas se desintegran solo un 36% tras dos días de contacto con el agua (Daniel Aznar)

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