Mantarrayas: las reinas de la filtración de plancton en el océano

La mantarrayas (Manta birostris) son animales realmente grandes. Tienen el cuerpo más ancho que largo, unas largas y triangulares aletas y una enorme boca que, a juzgar por su tipo de alimentación –son especies filtradoras-, no aprovechan al cien por cien. De hecho, se alimentan sólo de fitoplancton y de microorganismos que yacen suspendidos en la columna de agua como las bacterias y algunos animales y plantas diminutos.

Elena Martínez Batalla

Podría parecer insuficiente para el sustento de estos enormes cuerpos, si bien cabe considerar que se pasan el día con la boca abierta, con lo que están filtrando alimento continuamente. Además, su sistema de filtraje es muy eficiente porque poseen una especie de lóbulos cartilaginosos dispuestos de forma paralela en la boca que dirigen las partículas sólidas directamente hacia el esófago.
Esta es la principal conclusión de un estudio publicado este mes de setiembre en la revista especializada Science Advances que, elaborado por un grupo de científicos de la Universidad Estatal de Oregon (Estados Unidos), describe el sistema de filtración de las mantarrayas como uno de los más sofisticados, no sólo de los organismos vivos, sino también de los sistemas industriales.
Los autores del trabajo explican que, en este caso, el sistema de separación de las partículas sólidas y las líquidas se basa en un mecanismo nunca antes descrito. Y es que la forma de los lóbulos, semejante a la de un ala, expulsa muy lejos a los sólidos, de modo que estos no quedan enganchados en ningún filtro, lo que permite un mayor flujo e impide la obstrucción de la cavidad bucal.
A modo de ejemplo, los expertos relatan que el mecanismo a través del que muchos animales marinos filtran las partículas de alimento suspendido en el agua de mar es muy similar al que se usa para escurrir la pasta, pero con la diferencia de que aquí el agua, una vez filtrada, es expulsada de nuevo al océano.
Los investigadores se sirvieron de un escáner para examinar de cerca estos elasmobranquios pertenecientes a la misma familia que los tiburones y luego imprimieron réplicas en tres dimensiones de los lóbulos cartilaginosos que se encuentran en el interior de su boca.
A partir de aquí, probaron qué ocurría con las partículas que chocaban contra estas estructuras y, con la ayuda de modelos informáticos, consiguieron descifrar el movimiento exacto de las partículas rebotadas.
A su juicio, lo más relevante de todo es que el filtro siempre queda limpio, algo que beneficia, y mucho, a las mantarrayas, ya que no hace falta que cierren la boca en ningún momento para limpiarse o deshacerse de aquello que les impide seguir filtrando.
Un mecanismo que es perfecto para aquellos ejemplares que viven en zonas pobres en nutrientes, aunque también podría usarse, por ejemplo, para el tratamiento de aguas residuales. De hecho, esto sería de gran ayuda para el propio océano, pues podrían captarse los microplásticos -partículas inferiores a cinco milímetros- y los diminutos contaminantes que, pese a la filtración industrial, hoy escapan a las vías fluviales para acabar en el mar.
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Artículo científico de referencia: R. Divi, J. Strother and M. Paig-Tran. Manta rays feed using ricochet separation, a novel nonclogging filtration mechanism. Science Advances, 2018. doi:10.1126/sciadv.aat9533.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/natural/animaladas-videos/20180929/452056211928/mantarrayas-reinas-filtracion-plancton-oceanos.html - Imagen de portada: Las mantarrayas nadan con la boca abierta y captan alimento continuamente (Steve Kajiura)- Foto: ‪GreenArea.me‬

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