Un desesperado llamado a favor de las próximas generaciones: El Decrecimiento

No respetamos el capital natural existente, a pesar de saber que los recursos de nuestro planeta son limitados. Necesitamos crecer, desarrollarse incesantemente, aunque nuestra producción y nuestro consumo exceden en gran medida la capacidad de recuperar la biosfera. Sistemáticamente convertimos los recursos de desecho sin dar a la naturaleza el tiempo necesario para transformar los residuos en nuevos recursos. Esta dinámica irracional está en el centro del orden capitalista controlado por una minoría privilegiada. Pero sus efectos se ven por todo el planeta.


La propuesta del decrecimiento rechaza el dogma absurdo de crecimiento continuo y aboga por una alternativa centrada en la limitación de la infraestructura productiva, administrativa y el transporte, el traslado de la actividad económica, en la moderación del consumo de materiales y energía, en la distribución del trabajo, la reducción drástica las horas de trabajo y el fomento de la vida social mediante el aumento del tiempo libre a nuestra disposición, la redistribución de la riqueza y más en la reutilización y el reciclaje de productos.De hecho, la disminución no es ni siquiera una opción en el sentido estricto, porque llegará un momento en que el colapso del ecosistema en vigor, queirámolo o no, para revisar nuestro modelo económico.
La implementación de este proyecto político, aquí bosquejado con características excesivamente pesadas, requiere el ímpetu de la izquierda. El campo situado más allá de la socialdemocracia no debería tener problemas para asumir, ya que puede parecer como hacer entre nosotros, Manuel Casal Lodeiro o Michelangelo Abraira- interpretar correctamente como anticapitalista, basado en la idea de que el capitalismo sería impensable sin la mandamiento de crecimiento infinito. Sin embargo, la disminución también se puede entender como un proyecto no es revolucionario, si aceptamos que hay desafíos al capitalismo, aunque cautos. En este caso, su aplicación podría hacerse mediante reformas dirigidas a la sostenibilidad del aparato productivo, la socialización de los incrementos de la productividad, incentivos de consumo a la proximidad, la introducción de impuestos ecológicos, etc.
Pero la verdad es que a la socialdemocracia no le interesa el declive. Lo cual, en una perspectiva histórica, es desconcertante, porque no hay nada que casi mejor con los más brillantes acervo de la socialdemocracia que la regulación y el control democrático de un sistema que se rige por la búsqueda miope de beneficio inmediato y es, por lo tanto, tienden a (auto) destructivo Sin embargo, los temores socialismo está inhabilitado (para empezar, a partir de la unión de la izquierda) como extravagante, frívola e insolidario adoptó una propuesta de manera innovadora, y esto podría empeorar aún más sus resultados de las elecciones.Defensor poscrecemento una sociedad, con todas sus incertidumbres políticas, sociales, ecológicos y económicos, no es fácil para una socialdemocracia que lleva más de tres décadas paralizados.
¿Alguien se imagina élites socialistas formulación de la imperiosa necesidad de preservar los fundamentos de la vida biofísico, incumpliendo el neoliberalismo "rostro humano", abxurando lo ilusorio deus ex machina del crecimiento ilimitado, recuperando y actualizando el discurso de la socialización de la economía y la distribución equitativa de recursos finitos, que predican la necesidad de ser frugal para ser feliz, abogando, en definitiva, un cambio radical en nuestro modus vivendi? Bueno, necesitamos que lo hagan, y tenemos el lema listo: trabaje menos, consuma menos, viva mejor.

Fuente: decrecimiento.

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