¿Qué sucedería si desaparecieran las grandes ciudades?

¿Qué sucedería si de pronto, en el planeta entero, desaparecieran todas las grandes ciudades? Junto con las megaciudades desaparecerían los atascamientos de tránsito, no habría más apretujones en los trenes ni en los micros. Los edificios altísimos dejarían de molestar a las nubes, sus ascensores ultraveloces también desaparecerían. No habría más trenes subterráneos, ni villas de emergencia, ni shopping, ni grandes marquesinas tan iluminadas como un escenario de teatro Volveríamos a ver el cielo, si siguiera estando una vez que se disipara el smog. Quizás hasta alguna estrella brillara todavía. El sol, la luna y también los rayos se verían Y si en vez de mirar hacia arriba, lo hiciéramos hacia abajo, volveríamos a ver la hierba, la tierra misma estaría ante nuestros ojos, porque seguro que todos estos años ha continuado allí, debajo del asfalto, esperando que algún día el gris nos cansase y quisiéramos volver a verla Habría mas huertos familiares, o barriales. Volveríamos a escuchar el canto de los pájaros, a dormir la siesta y a tener tiempo para vivir la vida. Mas bicicletas, mas triciclos también habría.
Por Ricardo Natalichio

Pero eso no es todo, si miráramos a nuestra altura también algo descubriríamos. Nos daríamos cuenta que otras personas viven en la casa de al lado y también en la de enfrente. Nos daríamos cuenta que el almacenero y el carnicero y el verdulero pueden recordar nuestro nombre y que también somos capaces de hacerlo con los suyos. Incluso descubriríamos con asombro que algunos de ellos hasta tienen la ignota falcultad de recordar nuestros gustos, la deferencia de saludarnos y hasta de preguntar por nuestras familias.
Si desaparecieran las grandes ciudades no habría más paseadores de perros y el césped sintético ya no existiría.
Ni mega discotecas, ni mega estacionamientos, ni mega mercados, ni mega basurales, ni mega plantas potabilizadoras de agua, ni mega aeropuertos; la misma palabra mega creo que desaparecería.
Habría menos violencia, menos miseria, menos hambre, y hasta menos ruido.
Eso si, seguiría habiendo gobiernos. Aunque seguramente conoceríamos a cada uno de los que representaran a nuestro pueblo o al menos podría darnos una referencia algún amigo. Los elegiríamos conociéndolos y los cambiaríamos si no gobernaran bien.
También habría más solidaridad y menos soledad. Mas clubes de barrio, sociedades de fomento, potreros, árboles para treparnos, charcos de barro donde chapotear descalzos; amaneceres para deleitarnos y atardeceres para enamorarnos.
Todo eso y mucho más cambiaría, si desaparecieran las grandes ciudades. Pero no van a desaparecer así nada mas, como un mal sueño. Están ahí y son la consecuencia directa de un modelo de desarrollo insustentable.
Creemos que llegó la hora de cambiar ese modelo, por el de un desarrollo a escala humana. Con huertas y campesinos. Con ríos y pescadores artesanales. Con pequeñas ciudades de casas con jardines y patios, donde todos nos conozcamos. Cambiar por un modelo de desarrollo ambientalmente sustentado, donde todos podamos tener una vida digna.
Entonces las mega ciudades se irían vaciando y achicando hasta quedar solo algunas partes, como gigantes y mudos testigos de una forma de vida a la que la humanidad nunca debería volver.



Ricardo Natalichio . Director de www.ecoportal.net - Imagen: Jacek Yerka

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