La Unión Europea impone su costosa agenda de materias primas

En 2011 escribí un análisis sobre la Estrategia Europea de Materias Primas que titulé “Saca el metal y corre” donde principalmente analizaba su impacto sobre comunidades en el Sur global. Cada tres años desde 2011 se elabora y publica una lista de materias primas críticas para la economía. Lo que he podido ir constatando desde entonces es que tal Estrategia no sólo trascendía el papel respetando su calendario a rajatabla e imponiendo la agenda en todos los espacios previstos, sino que su avance era seguro e imparable y se extendía también a muchas comunidades dentro de Europa que están viendo caer la minería como un yugo. Y así veo la situación ahora.

Guadalupe Rodríguez

La Unión Europea está en hiperactividad para acceder a materias primas y al igual que los Estados miembros, ningunea la grave situación que confrontan poblaciones afectadas por proyectos mineros.
Los privilegios de Europa frente a otras regiones impulsa el extractivismo, permitiendo que cada habitante del continente se pueda permitir el lujo de consumir una media anual de 14 toneladas de materias primas. Esto obviamente tiene un costo elevado. Pero ¿quién lo paga, dónde y cuánto cuesta?
El acceso a muchas de las materias primas que necesita la industria es cada vez más difícil y algunos materiales son cada vez más escasas y por tanto también más caros, lo que dispara el negocio. La extracción global de materias primas como metales, materiales de construcción y minerales industriales está en aumento. Se ha multiplicado por tres en las últimas cuatro décadas aumentando de 22 mil millones de toneladas en 1970 a 70 mil millones de toneladas en 2010, según el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas. Y en las próximas décadas, el suministro de metales y minerales todavía podría duplicarse (hasta 2060 según la OECD) o triplicarse otra vez para hacer frente a transición energética y la digitalización que se suman a las otras actividades industriales y económicas.
El panorama minero se está “calentando” más y más en todo el mundo y a la carrera global por las materias primas se ha sumado Europa. Hay empresas mineras que tienen una gran cantidad de proyectos nuevos y propuestos y anuncian grandes expectativas de negocio en diferentes comunidades de España, como Galicia, Castilla y León, Asturias, Andalucía o Extremadura (más de 230 proyectos en esta última comunidad). También en Portugal se multiplican los proyectos mineros. Y en Francia, Grecia, Rumanía o Irlanda cada vez hay más solicitudes y concesiones mineras, a la par que comunidades afectadas por minería alarmadas y movilizadas en contra en todos estos lugares.
Dinero para una agenda estratégica pero excluyente
Asegurar la disponibilidad de recursos minerales para la Comunidad Europea fue lo que impulsó su Iniciativa de Materias Primas en 2008. Múltipes proyectos y organizaciones apuntan a ese objetivo.
En este contexto, la Comisión Europea ha puesto en marcha un Sistema de Información sobre Materias Primas para facilitar sus necesidades con respecto a una Base de Conocimientos de la UE sobre Materias Primas. Ambos están conectados a la Asociación Europea para la Innovación en Materias Primas (EIP Raw Materials por sus siglas en inglés) que es un foro de partes interesadas de la industria, los servicios públicos, la academia y las ONGs; y al EIT Materias primas, ligada al Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (que forma parte de Horizonte2020) que liga la investigación y la academia con el sector de las materias primas. Con estas iniciativas se pretende convertir el desarrollo y abastecimiento seguro de materias primas en una de las principales fortalezas de Europa.
En el marco del proyecto Horizonte 2020, se han invertido más de 350 millones de Euros en “desarrollar y demostrar la producción sostenible de materias primas primarias y secundarias en la UE, incluidas las materias primas críticas” bajo su Reto Social n. 5 de “acción por el clima, medio ambiente, eficiencia de los recursos y materias primas”. Unos 65 proyectos financiados por la Comisión Europea, de los cuales más de la mitad giran en torno a materias primas críticas. Uno de estos proyectos, llamado ORAMA, tiene como objetivo mapear a su vez proyectos relacionados de algún modo con la obtención de materias primas e identifica más de 400 proyectos, muchos de ellos entrecruzados.
Consideradas de ‘alto nivel’, estas iniciativas y sus muchos proyectos implican definiciones estratégicas y propuestas basadas en datos que provienen exclusivamente de la industria, y que defienden sus intereses. Están llevando continuamente a cabo Reuniones, Congresos, Talleres y sacando publicaciones. Todo esto está organizado por y para un grupo elitista que influye decisiones políticas de importancia con respecto al abastecimiento de materias primas.
Pero no se puede ignorar que el extractivismo impacta de manera negativa y definitiva sobre el medio ambiente y sobre las vidas de de muchas comunidades rurales y también de la población urbana. Estas poblaciones afectadas por minería quedan como grandes perdedoras, teniendo que pagar el precio del “progreso”, del crecimiento impuesto por el “desarrollo”.
En lugar de imponer de este modo la agenda minera, legisladores e industria deberían utilizar definiciones universalmente aceptadas, metodologías confiables y datos correctos, discursos inclusivos y sobre todo agendar correctamente los problemas relacionados con la minería y el extractivismo a gran escala e incluir en igualdad de condiciones a comunidades afectadas por minería en sus diálogos y planes antes de otorgar ninguna autorización, llevar a cabo cualquier exploración o impulsar cualquier tipo de proyecto extractivo en una región determinada.
Por el contrario, lo que se está haciendo es construir escenarios ideales de “partes interesadas” que no son completos, pues excluyen totalmente a quienes van a sufrir de las consecuencias de los proyectos mineros y se están invirtiendo muchos (pero muchos) millones en esos proyectos europeos de relevamiento geográfico, de facilidades para la exploración minera, en iniciativas con universidades y centros de investigación, en diálogos multidisciplinares y hasta en la generación y desarrollo de argumentos para convencer a la población de las bondades de la minería y todo tipo de facilidades para el acceso fácil e incuestionado a las materias primas. Algunos de estos argumentos son bien absurdos, como el de que la minería “fomenta la biodiversidad” o que al final del proyecto minero “se restaura el área y el paisaje circundante queda mejor que antes”. La clase política tanto de Europa como de los Estados miembro responde a la hiperactividad del lobby minero y de la industria (por ejemplo la industria automovilística alemana) con iniciativas a su medida y sin dimensionar de acuerdo a la realidad el impacto ambiental y social.
Considero que los grupos comunitarios o vecinales de personas que se consideran afectadas por proyectos mineros no están sin embargo representadas en estos espacios. Y para decir la verdad, trazado ya el camino en la práctica, parece dudoso que la participación en estos espacios convenga a estos grupos, pues tal y como están planteadas sirven solamente para legitimar intereses industriales y no para llevar a cabo auténticas consultas o para entregar información de utilidad para las comunidades sobre cómo detener los proyectos mineros en caso de que no les resulten convenientes o cómo participar activamente en las decisiones sobre los mismos en el muy improbable caso de que sí les interesaran.
Por otra parte, la falta de espacios reales de participación para quienes rechazan la minería y las tácticas de negación y ninguneo que utilizan con respecto a estas comunidades en diversos lugares de Europa a nivel de los estados miembro, están protegiendo a la industria minera de la conflictividad creciente. Pero ocultar información, negar los problemas ambientales y sociales que implica y no prestar la atención debida ni conceder el espacio necesario solo aumentará los problemas y malestares y tarde o temprano se verán obligados a lidiar de una u otra manera con todos estos conflictos y la destrucción y contaminación que causa la minería. Por mucha economía circular y energía renovable que quieran implementar y por mucho discurso tergiversado de capitalismo verde, innovación, crecimiento y buenas prácticas que estén difundiendo.

Fuente: https://medium.com/@ecologistadelno/la-uni%C3%B3n-europea-impone-su-costosa-agenda-de-materias-primas-deec9005093d - Imagen de portada:
Materias primas para energías renovables (Imagen: EU Science Hub)

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