Crece el tráfico de primates: un gorila, 400.000 euros, un chimpancé, 70.000

Por un gorila se pagan hasta 400.000 euros en el mercado negro, mientras que un chimpancé se puede adquirir por 70.000 a los traficantes internacionales de animales, un comercio ilegal de primates que está creciendo en el mundo, especialmente en China. Así lo han puesto de manifiesto la directora adjunta del Instituto Jane Goodall, Laia Dotras, la directora del Centro Darwin, Montserrat Ubach, la directora de la Fundació MONA, Olga Feliu, y la directora técnica del santuario Rainfer de Madrid, Marta Bustelo.

Toni Conde.

Dotras denunció el “gran problema del tráfico internacional de primates”, un “negocio millonario” que causa que en China hoy en día “un chimpancé se pueda vender en el mercado negro por 70.000 euros”, o, como puntualizó Feliu, que en el país asiático “se compren gorilas por 400.000 euros”.
Estos animales viajan de forma ilegal en pequeñas cajas y solo llega vivo “uno de cada diez, muchas veces con papeles falsos y drogados”, explicó Dotras.
El auge de este tráfico en China se debe a que los primates se consideran “un bien de prestigio”, lo que ha provocado que se adquieran para zoológicos, como mascotas o para espectáculos como una muestra de poder económico sin tener conciencia de las consecuencias en su salud, “como ocurría aquí en los años 90”.
Dotras pidió no culpar a las comunidades locales que “solo tratan de vivir de forma digna” y resaltó que un cazador local tan solo gana “unos 15 euros por chimpancé”, por lo que señaló a “los grandes culpables, que son las mafias internacionales”.
Las expertas advirtieron de los problemas que causa el uso de primates en espectáculos de circo, de televisión o su tenencia como mascotas en su salud física o mental, ya que, como señaló Bustelo, se les entrena a base de castigos violentos para llevar a cabo actividades que no forman parte de su naturaleza.
Enfermedades crónicas por su paso en espectáculos
Bustelo puso de relieve el trabajo que llevan a cabo los centros de primates como Rainfer, que tratan de rehabilitar a los primates a través de su socialización con individuos de su misma especie y a los que aplican tratamientos para enfermedades crónicas causadas por su paso en espectáculos.
Aun así, estos animales ya no son reintroducidos a su hábitat por las graves secuelas que sufren, como ilustra el caso de ‘Tarzán’, un chimpancé que “no se atrevió a salir al aire libre hasta nueve años después de llegar a Rainfer debido a un trastorno de agorafobia causado por haber vivido siempre en espacios cerrados en un circo”.
Ubach pidió medidas para evitar el tráfico ilegal e indicó que la legislación española solo permite las transacciones de primates entre instituciones y no entre particulares.
Sin embargo, Ubach recordó que “el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) legaliza que un primate sea de tu propiedad cuando nace bajo tu tutela, aunque sus progenitores hayan sido adquiridos de forma ilícita”.
Por ello, reivindicó una proposición no de ley aprobada por todos los grupos del Congreso en julio de 2017 que prohíbe explícitamente “la tenencia particular de primates y solo se lo permite a zoos y centros de rescate”.
Todas las participantes en el debate pidieron a la administración que apoye a los centros de rescate y Bustelo reclamó que “el millón de euros que recauda el Estado en incautaciones de tráfico de animales cada año se destine a centros de rescate, así no haría falta mover el dinero de otras partidas del presupuesto”.
¿De verdad sonríen?
Las diferentes expertas resaltaron la necesidad de la concienciación para entender que los primates no pueden tenerse como animales de compañía porque son animales salvajes.
Por ejemplo, Bustelo destacó que la sonrisa que ponen los primates en anuncios de televisión y películas, que asociamos a la emoción humana de la felicidad y tenemos normalizada porque “asociamos los monos como animales divertidos”, en realidad es “una señal de miedo”.
“La gente cree que un primate es como un perro y quiere que le toquen y le achuchen cuando no es así, hay una falta de información tremenda”, lamentó Bustelo, que reprochó que “la gente se informa cuando ya tiene un primate como mascota y no antes”.

Fuente: EFEVerde - Imagen: EFE/Rungroj Yongrit/Archivo
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Botsuana vuelve a subastar licencias para la caza de elefantes
Botsuana, el país con más elefantes del mundo, celebró el viernes pasado su primera subasta de cuotas para la caza de estos paquidermos desde que levantara la prohibición de perseguirlos en mayo de 2019, según confirmó a EFE la empresa subastadora, Auction It. Se trata de siete “paquetes” de caza de 10 elefantes cada uno, los cuales podrán ser adquiridos por el mejor postor siempre que sean empresas registradas en Botsuana capaces de pagar una fianza reembolsable de unos 18.000 dólares (unos 16.430 euros).

El Gobierno de Botsuana, presidido por el presidente Mokgweetsi Masisi, levantó el año pasado el veto que desde 2014 impedía la caza de paquidermos al alegar que provocaba un “impacto negativo” en la forma de vida de muchas comunidades.
Entre los motivos señalados figuraban el incremento de los conflictos entre humanos y elefantes -incursiones en localidades y terrenos de cultivo con graves daños para la población local- o el aumento de depredadores y sus consecuencias para el ganado.
“Cuando hablamos de caza, hablamos de caza controlada”, afirmó tras el anuncio del fin del veto el ministro botsuanés de Medioambiente, Conservación y Turismo, Onkokame Kitso Mokaila.
“Botsuana nunca ha abogado por una carnicería masiva, eso nunca ocurrirá. Por eso, el 40 % de nuestro país está dedicado a la conservación (…). El objetivo es gestionar (la población creciente de elefantes)”, justificó Mokaila.
Medidas criticadas por los ecologistas
Sin embargo, esta medida fue muy criticada por ambientalistas, que este viernes volvieron a expresar su rechazo ante la primera subasta de licencias de caza.
“Botsuana inicia subastas de licencias para la caza de elefantes. ¡Este es el camino equivocado!”, denunció vía Twitter la organización alemana Pro Wildlife, que añadió que un elefante siempre “es más valioso vivo” y que “nunca es un trofeo”.
La temporada de caza tendrá lugar entre los meses de abril y septiembre, y el Gobierno facilitará una cuota de caza de 272 elefantes para todo el año 2020, 202 de ellos reservados para cazadores extranjeros que podrán exportar el cadáver como trofeo, según datos oficiales.
Botsuana posee la mayor densidad de población de paquidermos del mundo con más de 135 000 ejemplares, aproximadamente un tercio del total de continente africano, y uno de sus grandes atractivos turísticos con los safaris de lujo.

Fuente: EFEverde - Imagen: Recurso de archivo. EFE/Dai Kurokawa




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