La gente se fue de la sala durante la película “Cow”, proyectada en el Festival de Cannes

“Cow” es una película de la directora británica Andrea Arnold, que trata sobre la vida las vacas lecheras. Tuvo su estreno mundial en el Festival de Cine de Cannes el pasado 8 de julio y causó gran revuelo entre los espectadores. El film de Arnold deja en evidencia una de las problemáticas actuales sobre la producción de alimentos: la explotación y sufrimiento animal.

Aborda el trasfondo de la industria láctea, pero lejos de demonizar a los granjeros y trabajadores, busca que el espectador empatice con la monótona vida diaria de una vaca lechera y sus problemáticas.

Tan solo al poner la cámara en el lugar de la «víctima» esa compasión se da sola por la identificación que generan momentos de evidente dolor y sufrimiento del animal. “Esta es la historia de una realidad, la de una vaca lechera, y un tributo al inmenso servicio que nos brinda. Cuando miro a Luma, nuestra vaca, veo el mundo entero a través de ella“, mencionó la cineasta en la presentación del documental.
Acerca de “Cow”
La película trata de la monótona y triste vida rutinaria de una vaca lechera. Luma es su nombre. Ella se despierta, come, da leche, tiene crías, apenas duerme y así hasta el último de sus días. Luma no es solo la protagonista principal de la película, sino la base de una dura realidad, la del animal que es explotado por el hombre de una manera cruel, para satisfacer sus necesidades. Arnold tiene un estilo muy naturalista en sus filmaciones que hace que rocen lo documental. En este caso, el film transcurre a un ritmo que no es el del humano.
La cámara en esta oportunidad es más bien una herramienta para la contemplación de la naturaleza que literalmente se mete en ella, siguiendo de cerca la vida de una vaca en su más pura belleza. De esta, forma la directora pone en perspectiva nuestra relación con el otro, en su sentido más amplio y universal.
Qué opinan los críticos sobre la película
Cow no ha resultado indiferente a las críticas. Sin la necesidad de mostrar imágenes desagradables o condenar a los granjeros, pone de frente la cruda realidad de cómo se producen los alimentos y deja en evidencia la problemática de la industria alimenticia.
Otros films son mucho más contundentes y no dan vueltas a la hora de mostrar cómo llegan los alimentos a nuestra mesa, pero este estilo de documental ha generado cierto recelo en el público y no suelen llegar al éxito. Es así que pierden efectividad a la hora de transmitir el mensaje.
Críticas como las de Deadline y The Guardian aplauden el balance que hay en el film de Arnold, quien logró mostrar su trabajo sin reservas, pero sin satanizar a los granjeros y sin recurrir a la sangre y la violencia gráfica excesiva par conseguir su objetivo.
La directora sigue la vida de una vaca desde que nace hasta que cumple su propósito dentro de la granja, sin embargo, esta historia está diseñada para crear una fuerte empatía entre ella y el espectador.

Fuente: Ecoportal.net
 

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