El dicil pero ineludible camino de la Participación y el Compromiso


Lucas Chiappe                                                                       
           
  • ¿Cuáles son los desafíos actuales de la temática?
¿Podríamos subsistir los seres humanos en este planeta si aniquiláramos el resto de la biodiversidad que nos acompaña en este viaje temporal? 
Sucesivos fenómenos culturales produjeron un inédito quiebre entre el ser humano y la naturaleza. Como si de repente uno de ellos NO formara más parte del otro y extrañamente se hubiera vuelto su enemigo, transformándose en un irresponsable saqueador de los bienes comunes de este planeta y amenazando la cadena de interrelaciones que ha permitido que la vida se desarrolle y florezca desde hace millones de años sobre la Tierra. 

Crisis ambiental planetaria 

"La sobrepoblación mundial ha superado la capacidad de carga de este planeta", anunciaba hace 4 décadas atrás el célebre Jacques Cousteau cuando eramos 3.000 millones. Hoy distintos estudios indican que con el actual nivel de consumo la Tierra sólo puede albergar de manera sustentable 1.900 millones de seres humanos (en la actualidad somos 6.200 millones). "-La acelerada extinción de especies es una desgracia que nos está afectando de forma directa a todos los seres humanos", declaraba R. Carson en los ’60. Hoy todos sabemos que el origen de los compuestos químicos que han permitido gigantescos avances en materia de salud derivan de plantas medicinales y muchas de ellas desaparecen a diario sin ser registradas por la ciencia. "-El Planeta Tierra es un ser vivo y conciente que responde a una gran cantidad de estímulos externos y reacciona en consecuencia para asegurar su sobrevivencia", aseguraba J. Lovelock en los ’70. Hoy todos notamos como se van mutiplicando los fenómenos "naturales" que sumen a La Tierra en sucesivas crisis ambientales con consecuencias sociales catastróficas para la humanidad. "-La atmósfera está saturada de gases de "efecto invernadero" que van a provocar un drástico recalentamiento de su superficie" analizaba S. Hardey en los ’80. Hoy todas las proyecciones indican que la Tierra y los mares están aumentando la temperatura a niveles desconocidos para este planeta en los últimos 400.000 años y a una velocidad exponencial jamás imaginada.

  • ¿Cómo evaluás la evolución de la temática en 5 años?
Participación como opción de cambio 

Si por estas sureñas latitudes todo nos empuja a bajar los brazos ante la supuesta imposibilidad de cambiar las cosas, allá por el Hemisferio Norte, la apatía provocada por la abundancia y el despilfarro se parece demasiado a la parábola del Titanic, donde los músicos siguen tocando aun cuando el barco se está hundiendo indefectiblemente. Pareciera que la confusión y el materialismo ha llegado a obnubilar por completo hasta lo que podríamos llamar "nuestro sentido de lo sagrado”, que poco tiene que ver con las religiones, sino con un sentimiento profundo de respeto hacia la entera biodiversidad de la cual formamos parte.

Si pretendemos un futuro al menos parecido al que nos tocó vivir en el siglo XX, hay que tomar una serie de decisiones personales muy comprometidas con nuestro entorno...

Es indispensable reflexionar seriamente sobre cuál va a ser nuestra actitud de aquí en más, para tratar de minimizar los peligros que afectan nuestro futuro inmediato y el de nuestros descendientes... Y en base a ese compromiso vital tomar la decisión de participar activamente en el proceso de recrear las condiciones para que la vida siga floreciendo en todas su diversidad, como fundamento de salud y estabilidad en los ecosistemas: Subordinando la economía a criterios éticos-ecológicos; fomentando la autonomía local y la descentralización; buscando una rápida reconversión hacia métodos "amigables" de generación de energía con la utilización de tecnologías "apropiadas"; y preservando amplios sectores de la biósfera sin ningún tipo de explotación industrial y asentamientos humanos en gran escala, a fin de lograr una economía estable, patrones sociales más equilibrados y un ambiente capaz de regenerar las condiciones necesarias para la subsistencia de todos los seres que pueblan esta Tierra tan generosa... y tan castigada por nuestra propia ignorancia, desidia y corto placismo. 

Obviamente estamos llegando al final de una era y creo que en la precaria situación en la que nos encontramos, nuestra esperanza debe centrarse en recuperar el sentido común que perdimos en algún momento de nuestra historia (¿qué son unos pocos milenios para el proceso evolutivo de este Planeta?)... Y ese va a ser el día en que dejaremos de sentirnos los dueños de los bienes comunes para volver a sentirnos una parte integral de nuestro entorno.

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