¿Parálisis por análisis? Algunas reflexiones entorno al X Congreso Internacional de Decrecimiento

 

El 10º Congreso Internacional de Decrecimiento… más de 1.100 personas de 48 países reunidas en Pontevedra (España) del 18 al 21 de junio, muchas de ellas relacionadas con Universidades y Centros de Investigación, presentando trabajos en los que han puesto su dedicación, su esfuerzo, su talento… Y en algunos casos a través de proyectos de investigación con financiación proveniente de instituciones públicas como la UE que de un tiempo a esta parte parece considerar conveniente asignar financiación a la investigación sobre propuestas del Decrecimiento (si bien bajo un término menos atrevido: Postcrecimiento), una estrategia encaminada a solventar la crisis medioambiental que está poniendo en jaque nuestro modo de vida. Todo ello, ¿en qué medida está mereciendo la pena?

Ana casquete Diez

Intentaré reflejar seguidamente algunas reflexiones que pasaban por mi cabeza durante esos días por si pueden resultar de alguna utilidad. Solamente como ejemplos: en una de las sesiones se exponía la cuestión de si en un país determinado un activismo climático radical suscitaba un mayor o menor apoyo popular que un activismo moderado y si la ideología del público receptor era un factor determinante y por qué…En otro trabajo se planteó una taxonomía de distintas propuestas según diferentes criterios, entre ellas la del Crecimiento Verde asumida oficialmente en contraposición al Decrecimiento y tuvieron lugar discusiones en torno a la idoneidad o no de sustituir el término Decrecimiento por otros percibidos como menos pesimistas como el Postcrecimiento. En general, reflexiones y debates interesantes para quienes nos gusta analizar en profundidad. Pero surgía en mi cabeza la idea molesta de si no estaremos con esto limitándonos a juegos intelectuales que teniendo en cuenta la gravedad y urgencia de la situación deberían dejarse a un lado.

Foto: Post-growth Innovation Lab.

En otros trabajos presentados se cuantificaba por ejemplo en qué medida distintas políticas podían empeorar o mitigar algunos aspectos de la crisis medioambiental, con el objetivo de hacer predicciones de resultados de procesos demasiado complejos como para pretender resultados concluyentes. En algunos casos, la formalización de algunas cuestiones lleva a conclusiones que son más bien de sentido común y cuyas cifras finales tienen límites en cuanto a su fiabilidad, límites que son puestos de manifiesto por los propios autores de la investigación y que implican que no puedan tomarse como verdaderos en términos de cifras exactas.
Hay quienes opinan que es preferible una mala predicción que ausencia de predicción. No me parece acertado. Porque muchas veces se olvidan las limitaciones expuestas tomando predicciones incorrectas como base para el debate de propuestas, con lo que la rigurosidad se debilita. Teniendo en cuenta la gravedad de la crisis ambiental en que estamos inmersos y sus probables efectos sobre las condiciones de vida humana, ¿es relevante cuantificar en qué medida puede empeorar el problema si seguimos funcionando como hasta ahora o cuánto exactamente podría mejorar si tomásemos algunas medidas que ya sabemos que van en la buena dirección? Independientemente de lo que nos digan los números, está clara la dirección que habría de seguirse guiados por la sensatez del principio de precaución. No debemos olvidar que ningún tipo de conocimiento es infalible, la ciencia tampoco.
Sabemos que hay que actuar poniendo en marcha medidas ya ampliamente debatidas y cuyos efectos positivos difícilmente pueden sobrepasar lo que necesitamos alcanzar.
En sendas mesas redondas participadas por representantes sindicales y políticos se dejó traslucir de manera más o menos explícita que las propuestas del Decrecimiento han empezado a calar en algunos partidos políticos alineados a la izquierda y/o preocupados por la ecología. En el caso de los sindicatos a veces se pone de manifiesto la dificultad de compatibilizar los problemas medioambientales de largo plazo con los problemas de carácter social más de corto plazo que tienen que ver con el empleo y que suelen ser prioritarios para los sindicatos cuando entran en conflicto.
Se transmitió la impresión de que bajar a la arena política en democracia requiere a veces hacer complicados malabares para equilibrar concesiones a unos colectivos y a otros. Las actuaciones que necesitamos para hacer una transición hacia otro modo de producir, consumir y distribuir encuentran obstáculos. Entre ellos los lobbies industriales, la cultura crecentista y consumista…en definitiva la dinámica del actual sistema socioeconómico orientado al crecimiento económico sin límites y cuantificado por esa macromagnitud engañosa que es el PIB.
Si la ciencia, en especial la financiada con fondos públicos ha de ponerse al servicio de la Sociedad, ¿no tendrá ésta motivos para echar en cara a los conocedores del problema que no pongan sus esfuerzos en actuar de acuerdo a la gravedad de la situación y a la urgencia que requiere?
Se puede decir que los científicos y los intelectuales no tienen el poder y, por tanto, no tienen la responsabilidad que tienen los políticos, pero diría que sí tienen cierta responsabilidad con la Sociedad y es la de intentar trasladar a los medios de comunicación y a los políticos los conocimientos que indican el diagnóstico y las posibles medidas a poner en marcha.
En general, en el problema que nos ocupa, la cuantificación más rigurosa no parece llevar a una mayor concienciación ni a una mejor disposición de la ciudadanía a cambiar el modelo productivista y consumista actual. ¿No deberíamos poner el talento y dedicación, no ya al servicio del qué hacer y del cuánto, sino del CÓMO? Sí hay investigaciones que apuntan en esta dirección y sí son más complicadas las respuestas pero la balanza, creo, debería inclinarse hacia este lado con más fuerza.

Foto: Post-growth Innovation Lab.

El día siguiente a la finalización del Congreso escuché por casualidad y de refilón una conversación …una mujer le comentaba a otra que en los últimos días la vida de la ciudad se había complicado, había estado llena de gente por la celebración de un congreso: «¡nada menos que 1200 participantes! …¡todos vegetarianos!» añadió. «¿De qué era el Congreso?», le preguntó la otra. «De Ecología Sostenible» (sic), fue la contestación. Había varios carteles con el nombre del congreso colgados en edificios del casco histórico de la ciudad, pero mucho me temo que el mensaje de urgencia ecológica no está llegando a la mayor parte de la población y, en democracia, es necesario que una buena parte de los votantes sea consciente de en qué consisten los problemas y cuáles pueden ser las medidas a aplicar, para que ello se traduzca en apoyo electoral a esas fuerzas que están empezando a vislumbrar la necesidad de alejarse de una economía orientada al crecimiento económico.
El reconocimiento de la magnitud de los problemas a los que nos enfrentamos conlleva una sensación de impotencia para actuar individualmente. La acción individual es inspiradora, pero no puede por sí sola transformar el sistema. Deberíamos poner aún más el foco de atención en la incidencia política. Deberíamos buscar los medios más eficaces de trasladar a la opinión pública la necesidad de actuar para lograr que a través de la ciudadanía también llegue la petición, yo diría en este caso la exigencia de que la política se ponga manos a la obra para impulsar cambios estructurales. Estos cambios habrán de generar las condiciones necesarias para que nuestro estilo de vida pueda transformarse colectivamente.
Supongo que quienes pensamos que la vía del Decrecimiento es necesaria, también reconocemos las grandes dificultades para conseguir esa transformación de la realidad. Quizás sea hora de poner más energía a favor del activismo. Pero esto me suena a carta a los Reyes Magos… en los que me gustaría creer.

ANA CASQUETE DÍEZ: Dra. en Economía. Profesora de la Universidad de Burgos. Defensora del Decremiento como alternativa necesaria al modelo de producción y consumo dominante.
Fuente: https://www.15-15-15.org/webzine/2024/07/12/paralisis-por-analisis-algunas-reflexiones-entorno-al-x-congreso-internacional-de-decrecimiento/ - Imagen de portada: Cláudia Salgueiro

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