El exceso de calor en el lugar de trabajo afecta a dos mil millones de personas en el mundo

Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), 2024 fue el año más caluroso desde que existen registros: Cada vez es más frecuente que las temperaturas superen los 40 °C e incluso los 50 °C durante el día.  En torno a un 30% de las personas que trabaja en entornos calurosos experimenta estrés térmico fisiológico, lo que produce golpes de calor, síncopes, problemas de riñón y dificultades neurológicas, según el informe Cambio climático y sobrecarga calórica en el lugar de trabajo, recientemente publicado por la Organización Mundial de la Salud.

El estrés térmico también está relacionado con los accidentes, ya que el calor excesivo y la deshidratación reducen la capacidad de estar alerta, aumentan la fatiga y la irritabilidad.

La Organización Mundial del Trabajo estima que el estrés térmico en el lugar de trabajo afecta a más de 2.000 millones de trabajadores, provoca de forma directa unos 22 millones de problemas de salud y más de 18.000 muertes al año en todo el mundo.
Los trabajos al aire libre y con mucha exposición al sol, aquellos que requieren llevar equipos de protección y los que implican un gran esfuerzo físico presentan mayores riesgos.
La agricultura y la construcción en los meses cálidos se consideran las ocupaciones más peligrosas en este aspecto. A la radiación solar se suma el calor procedente de la maquinaria o del asfalto, que puede alcanzar temperaturas de 60 grados centígrados.
Las personas mayores y con problemas crónicos de salud son más vulnerables, pero las personas con buenas condiciones físicas y que han tomado las medidas adecuadas también pueden sufrir consecuencias graves.
Las proyecciones del IPCC sobre el cambio climático sugieren que esta situación afectará cada vez a más personas, sobre todo en los países menos desarrollados. Algunas de las zonas del mundo más calurosas se caracterizan también por su alta densidad de población.
La intensidad física de muchos trabajos se ha reducido debido a la automatización, especialmente en los países más desarrollados, lo que disminuye el riesgo de alcanzar temperaturas corporales elevadas. Sin embargo, las olas de calor se han vuelto más frecuentes.
El informe concluye que es necesario establecer protocolos que tengan en cuenta no solo las temperaturas en el lugar de trabajo sino también la ropa, el tiempo, intensidad y duración del trabajo. Además, señala que el trabajo a destajo o por horas crea un incentivo para seguir trabajando en condiciones de calor excesivo. Advierte también que muchos problemas de salud leves o severos están relacionados con la exposición al calor en el trabajo y, aunque su tratamiento es conocido, no suelen diagnosticarse bien.
Entre las recomendaciones se encuentran el uso de aires acondicionados y deshumidificadores, la colocación de sombras, mecanismos que disipen el calor de las máquinas o de los equipos de protección sin disminuir su seguridad, reducción de la intensidad del trabajo y respeto a las pausas de los trabajadores. También facilitar el acceso a fuentes de hidratación seguras.

Fuente: https://ctxt.es/es/20250801/Firmas/49923/OMM-OMS-salud-calor-trabajador-cambio-climatico.htm  - Imagen de portada: Obreros asfaltan la calle. / Iván Escobar

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