La lista de paraísos fiscales de la Unión Europea es un chiste

Que los paraísos fiscales están provocando una pérdida de recaudación considerable al resto de Estados, que los ricos ocultan enormes cantidades de dinero gracias a estos refugios fiscales y que las multinacionales utilizan la ingeniería fiscal para pagar menos que una pyme son afirmaciones que a casi nadie se les escapa a estas alturas. Pero posiblemente nadie haya realizado estudios e investigaciones empíricas para desnudar dichas prácticas y para proponer soluciones como lo ha hecho el economista francés Gabriel Zucman.

Yago Álvarez Barba
Coordinador de la sección de economía

Con su libro La riqueza oculta de las naciones y las investigaciones académicas que dieron como fruto el texto, Zucman se colocó en el mapa de los economistas que han puesto el foco en las desigualdades que generan un mundo lleno de paraísos fiscales y sistemas impositivos regresivos. Con su siguiente obra junto a Emmanuel Saez, El triunfo de las injusticia: cómo los ricos evaden impuestos y cómo hacer que paguen, Zucman dibujó un mapa para poder avanzar hacia un sistema fiscal global más justo donde los ricos paguen una porción más justa, además de todo lo que llevan evadiendo durante décadas, y explica la importancia de los impuestos para el desarrollo de las sociedades.
Tras trabajar como profesor varios años en la Universidad de Berkeley, actualmente dirige el EU Tax Observatory, un centro de investigación de políticas fiscales impulsado por la Comisión Europea que se encarga de investigar y proponer políticas públicas para acabar con la evasión de impuestos y que no evita señalar a la propia Unión Europea por permitir paraísos fiscales internos como Irlanda, Países Bajos o Luxemburgo. Visita Madrid acompañado por Oxfam Intermon para presentar el informe Global Tax Evasion Report 2024 en el que detalla cuánto dinero esconden las empresas y los ricos españoles en los paraísos fiscales y recibe a El Salto para charlar sobre las negociaciones que se están acometiendo y las herramientas que se están proponiendo para avanzar en la dirección de la justicia fiscal global.
Hace dos meses, en una Asamblea General de la ONU, vimos la fractura entre los países del sur y del norte. Vimos como los países en desarrollo, capitaneados por los africanos, aprobaron negociar un nuevo marco fiscal global, mientras que los del norte, principalmente la Unión Europea y Estados Unidos, la rechazaban. Parece que los países occidentales sólo quieren un marco fiscal justo cuando son ellos los que lo diseñan y controlan.

Creo que estos países cometieron un grandísimo error al votar, la mayoría de ellos, en contra de la creación de un marco global. Es inmensamente importante para el debate sobre la fiscalidad que sea realmente global e inclusivo, lo cual no ha sido en el caso del marco de la OCDE hasta el momento, por la simple razón de que la OCDE no es una organización global, sino representativa de tan solo 38 países. Es normal que los responsables políticos de estos países estén legítimamente enfadados, pero  se deben dar cuenta de que esos acuerdos internacionales, los del proceso de la OCDE, no son el foro y la forma efectiva para llevarlo a cabo. Yo espero que estos países dejen de ser tan proteccionistas, es bueno tener a esos otros países y organizaciones en la negociación. Es bueno tener algo de competencia, tener otras organizaciones con nuevas ideas, con nuevas estructuras... por lo que espero que esos países acaben por reconocerlo.

Hace unos días vimos en Davos que muchos dirigentes mundiales, incluído Pedro Sánchez (España), enarbolaron discursos por una fiscalidad más justa donde los que más tienen deberían aportar más. Pero en esos mismos discursos, tan solo unos segundos más tarde, también volvían a alabar las bondades del libre mercado, de proteger la globalización, la libertad de capitales y abogando por nuevos tratados de libre comercio. ¿Crees que es compatible todo eso con tener un sistema fiscal global más justo?
Es posible pero necesitamos un significante cambio en la forma en la que regulamos la globalización. Tenemos que reescribir los acuerdos internacionales, como los acuerdo de libre comercio europeos, para introducir la fiscalidad en el centro de estos tratados. La globalización que hemos tenido desde los años 80 es aquella que ha cerrado muchísimos de estos acuerdos, pero que en ellos no se decía absolutamente nada sobre impuestos. Una globalización sin restricciones en la fiscalidad produce una enorme desigualdad y no es sostenible. Pero podemos hacerlo diferente, podemos cambiar muchas cosas. Podríamos decirles a las empresas, por ejemplo, que si quieren tener acceso al mercado español  habrá condiciones, como pagar una cantidad mínima de impuestos. Podemos ir más lejos todavía. España podría decirle a las empresas que, si quieren acceder al mercado español, deberían también pagar una cantidad de impuestos justos en otros países y, si no lo hace, España podría recaudar una parte de los impuestos que no han sido recaudados por esos otros territorios. Se pueden poner muchos tipos de restricciones de este tipo a las empresas que quieran acceder al mercado español.
Siempre defiendes que ese 15% del impuesto de sociedades mínimo global que se ha acordado y algunos países están empezando a poner en marcha es un buen paso, pero que es insuficiente y tiene fallos y lagunas. 

¿No crees que podríamos correr el riesgo de que estos países y gobiernos hayan hecho este acuerdo porque es realmente bastante flojo y que sirva como una simple pantalla para mostrar que se está haciendo algo, pero que no se haga nada más y se quede como está? ¿Puede que ese 15% se convierta más en una barrera que en un primer paso?
Eso es un riesgo, un verdadero riesgo. Pero al mismo tiempo todo el mundo, todos los principales actores económicos, entiende que ese mínimo del 15% no tiene sentido. Las empresas pagan más que eso, las personas pagan bastante más que eso. Por lo que no es sostenible que en la globalización haya empresas que se puedan beneficiar de impuestos más bajos mientras que los que no se pueden beneficiar de dicha globalización estén pagando impuestos mucho mayores. 
Por lo que creo y espero que, en algún momento, nos movamos hacia un tipo efectivo fiscal mayor. Es muy importante que entendamos que necesitamos acuerdos globales para cualquier tipo de avance y evolución porque, de lo contrario, tenemos nuestras manos atadas y será muy difícil que veamos cualquier tipo de progreso. Lo que es totalmente necesario es que veamos coaliciones de países que se planten y digan que el 15% no es suficiente y que es necesario avanzar hacia un 20% o un 25% de impuesto mínimo efectivo.
Otra de las herramientas que se han instaurado en los últimos años es el Informe País por País [las empresas deben declarar facturación, beneficios, empleados y lo que pagan de impuestos en cada país donde operan]. Pero las empresas dan esa información a la Agencia Tributaria, luego se publica estadísticas sobre lo que pagan pero no sabemos quiénes son. Si esa información fuera pública, tanto los investigadores académicos como los periodistas, podríamos investigar, publicar y explicar al público cómo funcionan estas empresas con nombres y apellidos. Está bien publicar que 31 multinacionales españolas pagaron de media 1,75% de impuestos sobre sus beneficios globales en 2020, pero estaría mejor saber cuáles son esas 31 empresas y cómo lo consiguen.
Estoy totalmente de acuerdo y no hay ningún motivo para que no sea público. De hecho el sector financiero lleva publicando sus actividades país por país desde hace diez años y no les ha causado ningún problema con su competitividad ni nada por el estilo. Las empresas suelen excusarse en que si se les fuerza a publicar esa información podrían ser revelados secretos empresariales que podrían ser utilizados por sus competidores y este tipo de excusas, pero la realidad es que tenemos diez años de información muy detallada sobre lo que hacen los bancos y no ha habido ningún problema. O sea que no hay ningún motivo para que no obliguemos a las empresas de cualquier sector a publicar el Informe País por País.
En el marco de la OCDE se llevan años hablando sobre la fiscalidad sobre la economía digital. Han abierto debates con propuestas como la de que se paguen los impuestos allá donde se compra el producto y se da el servicio, donde se genera la riqueza, en vez de donde la empresa tenga su residencia fiscal. ¿Está el EUTax Obserbatory trabajando en este tema de la fiscalidad a la economía digital?
Por supuesto, pero creo que focalizarlo en un sólo sector de la economía, como puede ser el digital y de las tecnológicas, es un error. Porque el traslado de beneficios, la evasión fiscal de las multinacionales, es un fenómeno fronterizo que se puede observar en todos los sectores, en el farmacéutico, industrial, financiero y, por supuesto, en el tecnológico. Pero no es un problema de un sólo sector y, por lo tanto, no se deben buscar soluciones específicas, sino soluciones integrales que afecten a todos los sectores. La propuesta más poderosa es luchar por un tasa mínima global sobre los beneficios más alta. 

¿Y qué opinas sobre la lista negra de paraísos fiscales de la Unión Europea?
La lista de paraísos fiscales de la Unión Europea es un chiste, todo el mundo sabe que es un chiste.
¿Y estáis presionando desde el Observatorio para que se cambie y para que la Comisión Europea señale a países como Irlanda o los Países Bajos?
Claro, lo estamos haciendo. Esa lista negra es un chiste porque no está basada en ningún tipo de medida objetiva. Lo que precisamente estamos haciendo desde el EU Tax Observatory es crear listas que se basen en indicadores objetivos, tales como los lugares donde las multinacionales declaran unas grandes cantidades de negocio, donde declaran enormes beneficios en comparación con las empresas locales y, por otro lado, cuáles son las tasas impositivas efectivas que están pagando sobre estos beneficios. Basándonos en indicadores objetivos, por supuesto que podemos decir cuáles de ellos son paraísos fiscales.
¿Y qué opinas sobre la propuesta de un impuesto permanente a los beneficios excesivos?
Creo que es una buena opción, sobre todo para los combustibles fósiles, para su producción, extracción, etc. Debería haber un impuesto a los beneficios excesivos de la industria de los combustibles fósiles que fuera muy alto, casi confiscatorio. Tan sólo porque necesitamos eliminar gradualmente los combustibles fósiles tan rápido como sea posible. Por lo que ese tipo de propuestas tienen todo el sentido, pero al mismo tiempo tenemos que tener en cuenta que no es suficiente. Los impuestos a las empresas y los beneficios tienen que ser también complementados con impuestos individuales y progresivos a la riqueza.
¿Qué crees que podría pasar, mirando al futuro, en un mundo en el que crece la polarización, los conflictos geopolíticos y la globalización parece que está dando pasos hacia atrás, si no se consigue avanzar hacia un sistema fiscal global más justo?
Necesitamos crear nuevos tipos de organizaciones y necesitamos repensar las organizaciones que regulan la globalización. Nuevas organizaciones que tengan una verdadera perspectiva global. Acabar elevando este mínimo de tasa de impuestos que pagan las grandes empresas, acabar con la carrera hacia la baja en la que están compitiendo los Estados por una que sea hacia arriba. Quién sabe cuánto tiempo nos va a llevar y qué lograremos.
Sí, ¿pero qué crees que pasará si no lo conseguimos?

Un crecimiento mayor de la desigualdad, con todas las graves consecuencias a los que nos puede llevar como, por ejemplo, la inestabilidad social.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/fraude-fiscal/gabriel-zucman-lista-paraisos-fiscales-union-europea-chiste - Imagen de portada: Gabriel Zucman durante la entrevista. ÁLVARO MINGUITO

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