El caso del litio en el Salar de Atacama… Una perspectiva local

El litio como mineral no metálico presenta una de sus reservas más importantes a nivel mundial en América del Sur, en las áridas cuencas del salar de Atacama desde donde es extraído mediante el método de bombeo de salmuera y exportado a países como China, Estados Unidos y también Europa.

Texto por Paulina Hidalgo

Laguna Miscanti en la reserva nacional Los Flamencos de la cuenca del Salar de Atacama. ©Fundación Tantí

Además de este salar, se suman otros que presentan reservas ubicadas en la zona norte de Chile, el suroeste de Bolivia y el noroeste de Argentina, o sea, el área transfronteriza entre los tres países. En ella se conforma la ecorregión que es mal denominada “triángulo del litio” y que comparte características geográficas entre sí, como la altura, la flora y la fauna, así como los salares allí que tienen un origen común remontado al período Paleolítico cuando eran lagos que gradualmente se fueron convirtiendo en los humedales de hoy. Debido a esto es mejor llamarla “Puna de Atacama”, haciendo referencia a las características mencionadas, que no reducen su valor e importancia a la industria minera extractivista.
Es en los salares de la Puna donde se concentran los yacimientos de litio (58% de las reservas mundiales) que hoy están en el centro de la discusión a nivel nacional e internacional (Blair et al., 2022). Es un lugar, donde también está la historia de vida de los pueblos milenarios aledaños a ellos, que se desarrollaron en adaptación y relación con las especificidades de la ecorregión. Así, el pueblo lickanantay o atacameño ha practicado aquí la agricultura y el pastoreo desde hace milenios, específicamente en la cuenca del Salar de Atacama hace 10.000 años aproximadamente. En este lugar su cultura se entreteje con las propiedades del altiplano. “Para nosotros son importantes los salares humedales, porque son parte de nuestra vida, vivimos en el territorio siempre y es parte de la vida cotidiana de nuestros abuelos”, cuenta una ex dirigente.
Una cotidianeidad anclada en la cosmovisión del pueblo, según cuentan los entrevistados de diferentes sectores del salar, y en la importancia de estos ecosistemas en las prácticas tradicionales. Algunas de estas prácticas son el pastoreo en humedales y vegas cercanos, también en los sectores cordilleranos donde aún se continúa haciendo ganadería de altiplano, por ejemplo, con camélidos. En estos sectores es de donde también obtienen el alimento para los animales y para las personas mediante la humedad que sustenta los cultivos para el autoconsumo.

Una de las especies asociada a estos salares y lagunas son las parinas o flamencos. ©Fundación Tantí

El “triángulo del litio” comparte características geográficas entre sí, como la altura, la flora y la fauna. ©Fundación Tantí

Una de las especies asociada a estos salares y lagunas son las parinas o flamencos. Los habitantes cuentan que sus abuelos practicaban la recolección de sus huevos como una forma de alimento; también usaban las plumas para algunos ritos ceremoniales. Estas prácticas se coordinaban en comunidad resguardando la conservación de la especie: “se iba sólo una vez al año porque la parina tiene la costumbre de ir a parir sólo una vez al año […] por eso los viejos sacaban un huevo, siempre se hizo este trabajo buscando el equilibrio ecológico y no sobre explotar la naturaleza” relata uno de los defensores del salar.
También cuentan sobre la importancia del agua en su cosmovisión, donde las de tipo dulce son usadas para el regadío de cultivos como la alfalfa, la papa, el maíz y las habas, y que ya hace un tiempo “se está acabando, sacando menos de la mitad del agua” de hace 20 años atrás, afirma una vecina. El agua que baja de los nacimientos de los cerros por las quebradas hacia las siembras se celebra, por ejemplo, en prácticas como la limpia de canales que se hace una vez al año. Algunos cantan al agua durante esta actividad, ya que comentan que ella también tiene su canción y puede ser escuchada por las noches.

El agua que baja de los nacimientos de los cerros por las quebradas hacia las siembras se celebra con cantos y limpiezas de sus canales. ©Fundación Tantí

Existe la idea de que la extracción de litio que perfora la corteza del salar no implica la extracción de agua, sin embargo, el proceso de obtención de la salmuera conlleva la pérdida de litros de agua, calculando alrededor de 400 a 2 millones de litros por cada kilogramo del mineral (Blair et al., 2022). Esto va en afectación directa de la biodiversidad de la zona, tanto de bacterias y microbios, como de mamíferos nativos, entre ellos zorros, culpeos, vicuñas y chinchillas, y también para las aves migratorias, como se mencionaba antes, las tres especies de flamencos posibles de avistar (parina grande, chileno y de James). Es en parte por estos motivos que algunas de las lagunas y salares tienen figuras de protección, declarados sitios Ramsar; sin embargo en algunos esta se topa y cruza con los proyectos instalados para la explotación del litio, amenazando la fragilidad de los ecosistemas.
“El proceso de obtención de la salmuera conlleva la pérdida de litros de agua, calculando alrededor de 400 a 2 millones de litros por cada kilogramo del mineral”.
(Blair et al., 2022)
Junto con la disminución en los niveles del agua, los vecinos reconocen el mismo fenómeno en la población de flamencos. Los monitoreos realizados por los servicios externos a las comunidades declaran que no se puede evidenciar que el efecto sea a causa de la minería; aún así los datos que están disponibles al público no son transparentes; es más, el programa del procedimiento realizado en esta parte de la Puna de Atacama es un acuerdo entre la Sociedad Química y Minera de Chile (SQM) y la Corporación Nacional Forestal (CONAF). Uno de los casos claves es la desaparición y la evidencia del abandono de huevos de flamenco en el Salar de Punta Negra, zona que era de nidificaciones pero donde recientemente no han sobrevivido; la responsabilidad se atribuye a las acciones de Minera Escondida.

Salar de Punta Negra que fue secado y se atribuye a las acciones de Minera Escondida. ©Fundación Tantí

Hace 10 años en el Salar de Atacama no hay reproducción de flamencos andinos. “Teníamos tantos flamencos, ya están desapareciendo, se han secando algunas lagunas y humedales, Punta Negra” lamenta una de las habitantes. Declaran que años atrás no fueron conscientes del impacto que podía tener la minería del litio en el salar, hoy cuentan que se pueden ver las piscinas de decantación de salmuera formando espejos de agua y confundiendo a flamencos y otras aves del lugar que caen allí y mueren por no estar habituadas. En consecuencia, piensan que la merma en la especie es en parte por el deterioro de más de 40 años de explotación y extracción de agua y salmuera, cambiando rotundamente el paisaje. La fragilidad y el agotamiento de la biodiversidad y de los ecosistemas de humedales como el salar de Atacama dan cuenta de la inminente amenaza por la fiebre del “oro blanco”.
Locales declaran que las napas subterráneas se están secando y que la frecuencia de las lluvias es cada vez menor. También relatan que los salares y humedales con sus cuerpos tienen la característica de almacenar y lograr una estabilidad del agua que ocurre desde el ciclo hídrico hasta asentarse en ellos. En un sentido espiritual para el pueblo lickanantay esto representa un punto de equilibrio en la naturaleza, las aguas que han encontrado la quietud y que mantienen el equilibrio ecológico luego de un largo recorrido, siendo también fuentes de información donde la energía de la vida se ha acumulado. La calidad del agua tampoco es la misma y lo perciben en su diario vivir, “está muy contaminada, tiene un  alto nivel de arsénico, nos está produciendo cáncer, problemas a la tiroides. Tomaron muestras y el agua […] no está siendo tratada para nosotros como seres humanos” manifiesta una comunera.
No es que todos los habitantes estén en contra de la explotación, entienden que la necesidad por el mineral en este momento es de carácter mundial; lo que piden es que no se sobrepase el límite, que al sacar litio no se olviden de la agricultura ni del agua, que no se perjudique a la naturaleza, no se contamine el aire, “aquí tengo parte de tierra donde sembramos, no puedo sembrar porque se llenan de tela de araña y muchas pestes que antes no existían” cuenta un agricultor. En Chile, el Código de Aguas y el Código de Minería no identifican a la salmuera como un recurso que deba ser regulado, ni el detalle de cuánto de ella es extraído, no hay claridad respecto a la cantidad que puede ser consumida por las minas ni con la extracción de salmuera (El Destape, 2024).
Debido a que la presencia de la industria minera es tan alta en la región varios de los lugareños reconocen que crecieron en esta normalidad ligada a la minería, con ellos mismos o sus familiares trabajando en las faenas como una buena oportunidad laboral. Uno de los impactos sociales que reconocen se refiere a la mano de obra que antes ocupaba sus días en las vegas, en la agricultura y la ganadería, y que dejando de lado eso pasaron a ser parte de la minería, reconociendo en ella más oportunidades y dinero.
Al parecer los primeros removimientos de tierra que se hicieron en los sectores y la construcción de pozas para la producción del litio fueron sin pedir permiso a nadie y por parte de ellos no hubo resistencia porque esperaban ver el progreso de oportunidades para ellos. Para la década de los 90 fue que recién notaron que algo no estaba bien; con la creación de la Ley Indígena y el Convenio 169 tomaron conciencia de sus derechos en la región. Sin embargo, la organización que se da a partir de estas normativas generó más división ya que ahora en lugar de ser un solo pueblo donde antes reconocen un trato más solidario y el trabajo comunitario, hoy presenta un quiebre con un alto número de comunidades diferenciadas donde es difícil llegar a acuerdos en común. Por ejemplo, un vecino cuenta que las mingas se empezaron a perder porque “uno se pone más egoísta con el dinero, eso ha hecho un quiebre muy grande en las comunidades”. Empezaron a llegar recursos que no fueron capaces de administrar y la gente no está contenta porque no llegan de igual forma para todos. La distribución en algunos casos depende de las directivas, en otros de la organización de cada grupo. La sensación es de que la división ha sido generada de manera intencional por las empresas para así lograr los acuerdos y la entrada en los territorios de forma estratégica, un comunero comenta que “la estrategia de ellos es dar plata para poder seguir sacando salmuera y recursos del salar”.
Discusiones ocurren dentro de las mismas comunidades, la misma persona anterior declara que “las mineras a nosotros nos separan, las personas pelean”. Se identifican reuniones internas y negociaciones a puertas cerradas donde hay una necesidad porque el flujo de información se amplíe al resto de la población. Se reconoce una contradicción entre el recibir el dinero y los beneficios de la minería, y la afirmación de no transar con ciertas empresas pero sí con otras.

Salar de Atacama. ©Fundación Tantí

También dicen que la responsabilidad de la situación y los impactos no es sólo de ellos, “hay mucha gente que dice que los atacameños vendieron aguas y sus tierras y eso es mentira […] porque ese tratamiento tiene la obligación de hacerlo el Estado a través de sus instituciones. Muchas veces se nos apunta con el dedo a nosotros, pero yo nunca he visto una crítica a Bienes Nacionales, la DGA o SERNAGEOMIN, que son quienes otorgan  los permisos de exploración y después proceso de explotación” expone una agricultora. Para este proceso las empresas tienen que recurrir a estudios de impacto ambiental, sin embargo, cuestionan su calidad, ya que la comunidad no tiene espacios de participación más allá de las observaciones técnicas. Es por ello que varios han optado por la creación de unidades de medioambiente, con pocos recursos, donde han ido desarrollando proyectos para cubrir necesidades que le corresponden al Estado.
“Se promete el litio como una energía limpia, la descarbonización y el uso de electromovilidad a favor del desarrollo y el progreso ¿de quiénes?”.
SQM y Albemarle son las que extraen litio del salar. El anuncio de la Estrategia Nacional del Litio el año 2023 prometía la “extracción sostenible” con participación del Estado, a lo cual siguió un acuerdo y asociación público-privada entre SQM y Codelco, pudiendo explotar hasta el año 2060. Las protestas del pueblo lickanantay bloqueando las entradas de acceso a SQM, por ejemplo, dan cuenta del sentir de algunas de las personas que dicen no haber sido tomadas en cuenta para el contenido de las negociaciones; otros manifiestan el temor de que sus familiares pierdan su trabajo en las empresas.
Se promete el litio como una energía limpia, la descarbonización y el uso de electromovilidad a favor del desarrollo y el progreso ¿de quiénes?, “creyendo que ellos salvarán el mundo disminuyendo las emisiones de carbono y todo lo demás, pero no saben  que el impacto de la extracción es social y ambiental al interior de las comunidades” expresa una dirigente. Hablan de la extracción de la riqueza de un pueblo y territorio para enviarlas a otro lugar, para hacer más saludable la vida de algunas personas, mientras contaminan el lugar de origen.
La disposición final es a conversar, llegar al mejor beneficio entre ambas partes, entendiendo que la cosmovisión de una parte no es la del otro. Hay una herida respecto a la forma en que se instaló la minería en el territorio, pero la voluntad para lograr un entendimiento está presente, al menos de una de las partes.

Referencias: Blair, James & Balcázar Morales, Ramón & Barandiarán, Javiera & Maxwell, Amanda. (2022). Agotado: Cómo Evitar Que La Minería Del Litio Agote El Recurso Hídrico, Drene Los Humedales Y Perjudique A Las Comunidades En América Del Sur.
Científico chilenos rastrean flamencos por satélite para preservar su menguante población. El Destape. 21 de mayo, 2024. https://www.eldestapeweb.com/informacion-general/flamencos/cientificos-chilenos-rastrean-flamencos-por-satelite-para-preservar-su-menguante-poblacion-202452194620 - Este artículo fue escrito en colaboración con: Fundación Tantí. - Entrevistados: anónimos. Habitantes de distintos sectores del Salar de Atacama.
Fuente: Revista Endémico - https://endemico.org/el-caso-del-litio-en-el-salar-de-atacama-una-perspectiva-local/ - Imagen de portada: Salar de Atacama ©Fundación Tantí

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