La realidad poco debatida sobre la contaminación radiactiva

    •    Durante décadas, el método más común para eliminar los desechos nucleares fue el de arrojar barriles de acero repletos de plutonio al océano. Hoy en día, muchos, si no es que la mayoría de estos barriles, se corroen y se desintegran, lo que causa la liberación de materiales radioactivos en el medioambiente
    •    El documental “Versenkt und Vergessen” (Sunk and Forgotten) investiga qué sucedió con los barriles repletos de desechos nucleares y los actuales procesos de eliminación de materiales radiactivos
    •    En 1993, se prohibió el vertimiento de desechos nucleares al océano en todo el mundo, pero aún con dicha prohibición el océano continúa siendo el principal vertedero de este tipo desechos
    •    En lugar de arrojar los barriles por la borda, la industria de los desechos nucleares construyó tuberías en el fondo del océano, a través de las cuales el material radiactivo se descarga directamente en mar abierto
    •    Las muertes por cáncer se consideran aceptables para disminuir los costos de la industria de residuos nucleares. De acuerdo con la Comisión Internacional de Protección Radiológica, esta consideración de costo-beneficio es parte de la ética utilitaria de Epicurus, la cual establece que las necesidades de la mayoría superan las de la minoría.

por Dr. Joseph Mercola

Un problema ambiental raramente abordado es la contaminación radiactiva que se encuentra en la eliminación de desechos nucleares. Durante décadas, el método más común para eliminar los desechos nucleares fue el de arrojar barriles de acero repletos de plutonio al océano.
Con un enfoque de la visión general del pasado, el documental "Versenkt und Vergessen" (Sunk and Forgotten), señala que, en mayo de 1967, 100 000 toneladas de desechos nucleares de Alemania, Gran Bretaña y Francia fueron arrojados en el Atlántico Norte, el Mar de Irlanda y el Canal de la Mancha. Y ese fue solo uno de los muchos cargamentos.
Los funcionarios afirmaron que los residuos se diluirían de manera segura a profundidades de unos 4000 metros (2.5 millas). Su lema fue: "La solución para la contaminación es la dilución". ¿Pero realmente lo es? El equipo de filmación investigó qué sucedió con estos barriles de desechos nucleares, y cómo es que se eliminan estos materiales en la actualidad, ya que ahora no se permite el vertido en los océanos.
El activismo de la década de 1970 aumento la conciencia, pero no detuvo los vertidos nucleares
Durante los años setenta, Greenpeace comenzó a aumentar la conciencia pública sobre el vertimiento de desechos nucleares en los océanos. Por desgracia, la industria nuclear se ha mantenido inquebrantable.
En cambio, los ecologistas fueron atacados y criminalizados. John Large, físico nuclear que participó en el desarrollo de una bomba nuclear británica en la década de 1960, conoce un poco sobre los vertidos nucleares.
Además de los barriles repletos de plutonio, las varillas de combustible de los reactores nucleares también se desechaban en el océano de manera rutinaria. Y, aunque se han elegido lugares específicos para su eliminación, no existen garantías de que las varillas o los barriles realmente lleguen a su destino.
La razón de esto es porque la tripulación del navío se encuentra continuamente expuesta a la radiactividad, mientras que las varillas permanecían a bordo.
Esto significaba que el capitán tenía que prestar mucha atención a los tiempos de exposición para proteger la salud de su tripulación, y si se enfrentaban a malas condiciones climáticas, se tenía que arrojar la carga en donde estuvieran cuando se les agotaba el tiempo.
Los registros de inventario de los vertimientos tampoco dicen gran cosa
Además, numerosas entradas en los registros de inventario de los vertimientos simplemente exponen las entradas como "desconocido", cuando se trata de la cantidad, el contenido o la ubicación del vertido. Con una aparente falta de precisión en los registros de inventario de los vertimientos, ¿cómo se puede determinar el destino de los barriles y las barras de combustible?
Los cineastas recurrieron al British Health Protection Agency (HPA), el cual es responsable de los desechos radiactivos. Por desgracia, no existe otra opción más que confiar en la información proporcionada, sin importar lo incompleta que esta sea.
El diputado Michael Meacher, quien fue Ministro de Medio Ambiente entre 1997 y el 2003, y opositor de la política del vertimiento nuclear, cree que no es coincidencia que exista una evidente falta de registros.
Sugiere que probablemente fue gracias a un acuerdo entre el Ministerio de Defensa británico, el Ejército y la industria nuclear, ninguno de los cuales quería divulgar cuánto se había desechado, qué tipo de materiales fueron eliminados o exactamente dónde. Cuanta menos información sea divulgada, menor será la probabilidad de que alguno de ellos se responsabilice.
"Esto es una especie de conspiración", menciona Meacher, y agrega que los efectos a largo plazo del vertido de desechos radiactivos en los océanos son totalmente desconocidos.
Supuestos fundamentales desmentidos
La idea de que la contaminación nuclear puede convertirse en una práctica segura mediante la dilución extrema ha sido desmentida.
Como señaló Large, "El problema fundamental subyacente era que asumían que, si se lograba diluir la radioactividad en toneladas de agua, era seguro eliminarla. Y eso se ha desmentido en repetidas ocasiones. "La evidencia fue recopilada por un grupo de investigación alemán a mediados de los '80.
El grupo de exploración visitó los sitios de vertimiento nuclear en el Atlántico, donde recuperaron numerosos barriles y se encontró plutonio en el agua, el lecho marino y los peces.
Un documento interno titulado como: "Documento de posición sobre las implicaciones de la eliminación de desechos radioactivos en el mar", publicado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), señala que "el aumento de las concentraciones de plutonio en los vertederos indica que existen fugas de plutonio en los barriles".
Ahora estas toxinas se han dispersado en la biosfera, y la dispersión no es segura. En su sede en Mónaco, los científicos del OIEA se encuentran realizando experimentos para evaluar el impacto de los desechos radiactivos en la vida marina al alimentar a los animales marinos con alimentos contaminados.
El OIEA, el cual monitorea continuamente el fondo oceánico, afirma que no se ha encontrado ningún otro barril abandonado. El supuesto, por lo tanto, es que los barriles abandonados en el Canal de la Mancha se han desintegrado.
Desechos nucleares en el Canal de la Mancha
No se han realizado investigaciones adicionales en los vertederos, ya que, sin embargo, ¿son correctas las suposiciones de la OIEA de que todos los barriles abandonados se han corroído y ya no se pueden recuperar?
El equipo de filmación decidió llevar a cabo su propia investigación y se trasladó a un área llamada Hurd Deep, ubicada en el Canal de la Mancha, cerca de la isla de Alderney, donde se sabe que 28 000 barriles de desechos radioactivos y municiones se abandonaron a una profundidad de 100 metros (328 pies) o menos.

Con el uso de un pequeño submarino no tripulado, el equipo vigiló el área. ¿Qué fue lo que encontraron? En la primera inmersión, el submarino equipado con una cámara documentó un barril sin ningún tipo de daño, el cual podría ser recuperado. En la segunda inmersión, se encontró un barril completamente corroído y desintegrado: a una media hora en barco de la costa de Francia.
Con los desechos nucleares tan cerca de la tierra, ¿qué efectos podrían causar en el medio ambiente y los habitantes? El equipo siguió al profesor Chris Busby a Alderney, donde un médico había informado un incremento inusual en el número de casos de cáncer y fallecimientos.
Desafortunadamente, es muy difícil obtener estadísticas exactas sobre los fallecimientos por cáncer debido a los protocolos de protección de información.
Sin embargo, basándose en las consultas informales, el equipo encontró que la isla con un total de 2 400 habitantes, había tenido un buen número de fallecimientos relacionados con el cáncer.
Sin embargo, el gobierno le aseguró a Busby que todo está bajo control y que los niveles de radiactividad en el ambiente son demasiado bajos como para causar cualquier tipo de daño.
Según el OIEA, la hipótesis de la dilución funciona, y pese a que se han depositado grandes cantidades de desechos radiactivos en algunas áreas, el agua todavía cumpliría con los estándares de seguridad de agua potable, si no fuera agua salada.
Busby no concuerda con esto, ni tampoco Claus Grupen, físico nuclear de la Universidad de Siegen en Alemania, quien mencionó: "Si la cantidad en la que se diluyen [los desechos radiactivos] es infinitamente vasta, como si se tratara del espacio exterior, entonces sí podría diluirse adecuadamente.
Pero la Tierra es un cuerpo muy pequeño, y la concentración continúa creciendo ". La conclusión es que la radiación solo se está extendiendo. En realidad, no está "desapareciendo" en lo absoluto, y según Busby, cada radionucleótido cuenta con el potencial de desencadenar cáncer.
El vertido nuclear en los océanos continúa persistiendo
En 1993, el vertido de desechos nucleares fue prohibido en todo el mundo, en gran parte gracias a los esfuerzos constantes de Greenpeace. Pero eso no significa que la práctica haya terminado. La industria nuclear simplemente cambió la forma en la que desechan los residuos.
En lugar de arrojar los barriles por la borda, la industria construyó tuberías en el fondo del mar, mediante las cuales se eliminan los materiales radioactivos. Pero, ¿dónde terminan los desechos? Directamente en mar abierto.
Una de estas tuberías de residuos nucleares se encuentra en La Haya, Normandía, donde el físico David Boilley fundó un grupo ambientalista que se enfrenta a los vertederos nucleares de los océanos.
En su opinión, el accidente nuclear en Fukushima ha desarrollado ramificaciones globales, donde se nos obliga a reconsiderar nuestra perspectiva sobre los "alimentos limpios". Ya no es posible asumir que el agua limpia equivale a peces limpios y sanos.
En última instancia, un pez puede quedar atrapado en agua considerada como limpia, pero si ese pez en algún momento de su vida, se ha trasladado a través de áreas contaminadas o ha consumido alimentos contaminados, dicho pez se encontrará contaminado hasta cierto punto.
Por lo tanto, si un pez es atrapado en agua limpia no garantiza que se encuentre libre de contaminantes radioactivos. "Es como una apuesta", explica Boilley. "Puede correr con suerte o no".
De vuelta en el laboratorio de Boilley, las muestras de agua revelan que los niveles de tritio son cinco veces más elevados que los proporcionados por el operador nuclear francés Areva.
Por esta razón, el grupo y muchos otros ambientalistas se niegan a confiar en las medidas "oficiales" e insisten en tomar las propias. Los pescados y mariscos adquiridos en el mercado local también son examinados, al igual que otros animales marinos que se encuentran en el fondo del océano.
El microbiólogo Pierre Barbey explica que los materiales radioactivos se bioacumulan. Un gusano puede contener de 2000 a 3000 niveles más elevados que los de todo su entorno. El gusano es devorado por otro animal marino, el cual es consumido por otro, y así sucesivamente. En cada paso, el nivel radiactivo aumenta.
Barbey ha identificado ciertos defectos reproductivos en los cangrejos de mar, causados por la contaminación radiactiva, y estos defectos genéticos son transmitidos a las generaciones futuras de cangrejos.
¿Debemos suponer que eso no sucede en los seres humanos, los cuales se encuentran en la cima de la cadena alimenticia? Según Barbey, el impacto por los celulares es el mismo. El plutonio se ha encontrado en las focas grises ubicadas frente a las costas de Europa, mientras que el cesio se ha encontrado en las marsopas.
Dado que el ecosistema es un sistema cerrado, cada animal debería de estar protegido de la radioactividad. Ninguno es "desechable". Y, finalmente, lo que les sucede a ellos también nos afecta a nosotros.
¿Por qué continúan los vertederos en los océanos a pesar de su prohibición?
Después, el equipo visitó Sellafield, hogar del 80 % de los desechos nucleares del Reino Unido. Este sitio también tiene tuberías para desechos que transportan materiales radioactivos hacia el océano. En 1997, los activistas de Greenpeace sacaron a la luz la existencia de esta tubería.
Uno de estos activistas fue Shaun Burnie, quien hasta la fecha continúa su lucha contra los desechos nucleares. Se preocupa particularmente por la salud y el bienestar de los habitantes, especialmente aquellos que viven en la playa.
Se ha encontrado que sus hogares contienen polvo contaminado con plutonio, y las pruebas revelan que estos individuos de alto riesgo cuentan con niveles más elevados de radioactividad en el cuerpo. Incluso tienen plutonio en los dientes.
También se ha encontrado el material radiactivo de Sellafield a lo largo de la costa de Noruega. Pero, ¿cómo es posible que la industria nuclear pueda continuar con estas prácticas cuando el vertido oceánico se encuentra prohibido?
La respuesta es sorprendente. La industria afirma que las tuberías forman parte de un sistema de eliminación terrestre y, por lo tanto, son legales. Cuando se pregunta si existe alguna razón científica y lógica por la cual los barriles se encuentran prohibidos mientras se permiten las descargas abiertas en el océano, Hartmut Nies de la OIEA respondió: "Creo que se trata más de una cuestión filosófica".
Wolfgang Renneberg, experto en eliminación de desechos radiactivos y director general de seguridad nuclear en el Ministerio Federal de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear de Alemania propuso una respuesta más definitiva: solo existe una razón por la que se permiten las descargas abiertas, y es por la economía.
Instalar un sistema para garantizar que las descargas tengan una radioactividad casi de cero probablemente sea tan costoso que las plantas se convertirían en económicamente inviables.
Desestimación de las crecientes tasas de la leucemia infantil
Entonces, a pesar de los informes sobre el aumento de las tasas de leucemia en Sellafield, que de acuerdo con Busby son 10 veces más elevadas que en el resto del país, los vertidos continúan. Y, desde que las investigaciones sobre los brotes de cáncer afirman que las operaciones nucleares en Sellafield no son realmente un factor, las playas contaminadas con plutonio continúan abiertas al público.
Muchos habitantes sospechan que las autoridades son "deliberadamente imprecisas en su trabajo" para ocultar el alcance del problema. En un área de la playa donde no se habían realizado pruebas oficiales del suelo, los cineastas encontraron niveles de plutonio hasta 10 veces más elevados que el límite permitido.
Sin embargo, algunos expertos de la industria nuclear insisten en que los peligros asociados con los materiales radioactivos son pequeños. Richard Wakeford, un veterano con 30 años en la industria mencionó que:
"Comprobé que el riesgo de radiación... es muy pequeño, y realmente no debería de ser una [preocupación] tan importante para los padres o cualquier otra persona. Hay cosas más importantes de las que preocuparse.
Existen dos ideas principales: o la leucemia infantil es una respuesta extraña a una infección común, pero hasta ahora no identificada, o es gracias a la mezcla urbana, rural y masiva de la población".
Como se señaló en la película "Conclusion: ¿Either a virus or population mixing around Sellafield is responsible for cancer — but not the highly toxic nuclear waste from the sea?!", el equipo recurrió a otro experto, el médico alemán Klaus Hoffmann, miembro de numerosos comités federales de protección radiológica en Alemania.
Cuando se le preguntó qué pensaba acerca de la negativa del Reino Unido a una relación entre el aumento de las tasas de leucemia y la contaminación radiactiva, dice:
"Es sencillamente erróneo. Existe poca evidencia sobre la hipótesis de la mezcla demográfica, y no hay absolutamente ninguna prueba de la hipótesis del virus. No hay ningún virus, ni anticuerpos. En otras palabras, olvide toda esa hipótesis de la infección. Estas hipótesis han surgido principalmente para explicar cualquier riesgo que existe por la radiación".
La reducción de costos de la industria se contrapone con la vida humana
El hecho es que un cierto número de muertes por cáncer se consideran aceptables para reducir los costos de la industria de desechos nucleares. La pregunta sin respuesta es: ¿en qué momento los fallecimientos comienzan a superar la reducción de costos de la industria nuclear?
En cuanto al origen de dichas consideraciones de costo-beneficio, los cineastas identificaron a la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP, por sus siglas en inglés), una organización benéfica independiente "establecida para avanzar en los beneficios de la ciencia de la protección radiológica, en particular mediante recomendaciones y orientación sobre todos los aspectos de protección contra la radiación ionizante".
Aunque las solicitudes de entrevista con la Comisión no fueron respondidas, descubrieron un video en línea en el que Roger Clarke, ex presidente de la ICRP explica: el principio de costo-beneficio al citar uno de los principios éticos utilitarios de Epicurus, el cual afirma que "las necesidades de la mayoría superan las de la minoría".
En este caso, se podría argumentar que la industria nuclear opera en beneficio de la mayoría. Si se consideraran los verdaderos costos operativos, quedaría claro que existen formas mucho menos costosas, por no mencionar menos tóxicas, para producir energía.
Como se señala en la película, necesitamos formas más seguras de producir energía. Las tuberías de desecho deben cerrarse definitivamente, y se deben de recuperar y asegurar los barriles del fondo oceánico. Si no actuamos ahora, nuestro entorno continuará deteriorándose, al igual que la salud

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