¿Cómo limpiar la gigantesca zona muerta del Golfo de México?

El uso de fertilizantes por parte de los agricultores estadounidenses para producir cultivos da como resultado una zona muerta, sin oxígeno, en el Golfo de México que mata peces, camarones y otras criaturas marinas. Pero ese no es el único problema ambiental del que es responsable el fertilizante. También puede contaminar el agua potable, convertirse en smog y contribuir al cambio climático.

¿Qué es la zona muerta del Golfo de México?
La zona muerta del Golfo de México es un área de aguas hipóxicas (enlace a la definición del USGS) (menos de 2 ppm de oxígeno disuelto) en la desembocadura del río Mississippi. Su área varía en tamaño, pero puede cubrir hasta 6,000-7,000 millas cuadradas. La zona se encuentra entre la plataforma continental interna y media en el norte del Golfo de México, comenzando en el delta del río Mississippi y extendiéndose hacia el oeste hasta la costa superior de Texas.
National Geographic News informó en agosto de 2017 que la zona muerta más grande jamás registrada en el Golfo de México: la zona muerta del tamaño de Nueva Jersey es la más grande en el Golfo de México.
¿Dónde están las zonas muertas?
Las zonas muertas se pueden encontrar en todo el mundo (enlace a la página de zonas muertas de la NASA). La zona muerta del Golfo de México es una de las más grandes del mundo. Las zonas marinas muertas se pueden encontrar en el Mar Báltico, el Mar Negro, en la costa de Oregón y en la Bahía de Chesapeake. Las zonas muertas también se pueden encontrar en lagos, como el lago Erie.
¿Qué causa la zona muerta?
La zona muerta es causada por el enriquecimiento de nutrientes del río Mississippi, particularmente nitrógeno y fósforo. Las cuencas hidrográficas dentro de la cuenca del río Mississippi drenan gran parte de los Estados Unidos, desde Montana hasta Pennsylvania y se extienden hacia el sur a lo largo del río Mississippi. La mayor parte del aporte de nitrógeno proviene de los principales estados agrícolas en el valle del río Mississippi, incluidos Minnesota, Iowa, Illinois, Wisconsin, Missouri, Tennessee, Arkansas, Mississippi y Louisiana. El nitrógeno y el fósforo ingresan al río a través de la escorrentía aguas arriba de los fertilizantes, la erosión del suelo, los desechos animales y las aguas residuales.
En un sistema natural, estos nutrientes no son factores importantes en el crecimiento de algas porque las plantas los agotan en el suelo. Sin embargo, con el aporte antropogénico de nitrógeno y fósforo, el crecimiento de algas ya no está limitado. En consecuencia, se desarrollan las floraciones de algas, se altera la cadena alimentaria y se agota el oxígeno disuelto en el área.
El tamaño de la zona muerta fluctúa estacionalmente, ya que se ve exacerbado por las prácticas agrícolas. También se ve afectado por eventos climáticos como inundaciones y huracanes.
¿Cuáles son los efectos?
La sobrecarga de nutrientes y las floraciones de algas conducen a la eutrofización (enlace a la definición del USGS), que se ha demostrado que reduce la biomasa y la biodiversidad bentónicas (enlace a la definición). El agua hipóxica soporta menos organismos y se ha relacionado con la muerte masiva de peces en el Mar Negro y el Golfo de México.
El Golfo de México es una importante área de origen para la industria pesquera. El Golfo suministra el 72% de los camarones cosechados en los EE. UU., El 66% de las ostras cosechadas y el 16% de los peces comerciales (Institutos de potasio y fosfato de los EE. UU. Y Canadá, 1999). En consecuencia, si la zona hipóxica continúa o empeora, los pescadores y las economías de los estados costeros se verán muy afectados.
¿Qué se puede hacer para remediar el problema?
La clave para minimizar la zona muerta del Golfo es abordarla en la fuente. Las soluciones incluyen:
    •    Usar menos fertilizantes y ajustar el tiempo de aplicación de los fertilizantes para limitar la escorrentía del exceso de nutrientes de las tierras de cultivo.
    •    Control de los desechos animales para que no se les permita ingresar a las vías fluviales.
    •    Monitoreo de sistemas sépticos e instalaciones de tratamiento de aguas residuales para reducir la descarga de nutrientes a las aguas superficiales y subterráneas.
    •    Prácticas industriales cuidadosas como limitar la descarga de nutrientes, materia orgánica y productos químicos de las instalaciones de fabricación.
Estas soluciones son relativamente simples de implementar y reducirían significativamente la entrada de nitrógeno y fósforo al Golfo de México. Un enfoque similar se ha utilizado con éxito en la recuperación de los Grandes Lagos de la eutrofización.
El gobierno también está financiando esfuerzos para restaurar los humedales a lo largo de la costa del Golfo para filtrar naturalmente el agua antes de que ingrese al Golfo.

Artículo en inglés: https://serc.carleton.edu/microbelife/topics/deadzone/index.html

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