Las grandes tecnológicas intensifican la censura del debate sobre "soluciones" climáticas

Las políticas de "desinformación climática" en las redes sociales se dirigen contra un amplio abanico de personas, tanto de derechas como de izquierdas, que cuestionan las narrativas oficiales sobre las "soluciones" climáticas preferidas por el gobierno y sus poderosos patrocinadores empresariales. Las empresas de redes sociales, bajo la presión de las autoridades gubernamentales, han estado aplicando sus políticas de desinformación climática no sólo contra las personas que expresan dudas sobre el cambio climático en sí, sino también contra una amplia gama de personas que cuestionan las "soluciones" climáticas promovidas por el gobierno y sus poderosos patrocinadores corporativos. Esto incluye a muchas personas que no pertenecen en absoluto al bando de los "negacionistas".

Por W. Aaron Vandiver
(Extracto del artículo)

Las grandes empresas, entidades gubernamentales e intereses políticos que se han arrogado el poder de censurar las redes sociales lo están utilizando para manipular el debate sobre el clima hacia sus "soluciones" preferidas y para denigrar perspectivas y enfoques alternativos.
De censurar el "negacionismo" a censurar el debate sobre "soluciones

"Ahora no se trata tanto de negar el problema", dijo la primera Asesora Nacional sobre el Clima del Presidente Biden, Gina McCarthy, en una entrevista el año pasado con Axios para su evento virtual "La era infodémica". "A lo que [los difusores de la supuesta desinformación] se dirigen realmente es a  minar nuestra capacidad para acelerar las respuestas al clima. Las tecnologías que necesitamos para avanzar. Eso es igual de peligroso que la negación, porque tenemos que movernos rápido".
"Tenemos respuestas, tenemos soluciones", dijo McCarthy, refiriéndose sobre todo a la energía solar y la energía eólica. "La cuestión es con qué rapidez podemos acelerarlas. La energía limpia es la solución".
"Tenemos que ser más estrictos" con la aplicación de la política de desinformación climática contra las personas que ponen en duda estas tecnologías y "soluciones", dijo. "Necesitamos que las empresas tecnológicas se pongan las pilas".
Para "ser más estrictos", el gobierno ha estado trabajando con empresas tecnológicas y organizaciones del "Complejo Industrial de la Censura" que actúan como "verificadores de hechos" de terceros para los medios sociales - TikTok los llama "socios de seguridad".
Juntos, han ido cambiando su enfoque de la censura de la "negación" absoluta del clima a la censura del debate y la discusión sobre tecnologías de energía limpia y otras "soluciones" climáticas, como describió McCarthy.
Por ejemplo, en una incursión en la carrera presidencial, YouTube adjuntó una nota de "Contexto" a una entrevista del 5 de junio al candidato presidencial demócrata Robert F. Kennedy Jr. en la que discutía sus opiniones sobre el cambio climático con el psicólogo canadiense Jordan Peterson. La página web sobre el clima de la ONU que YouTube adjuntó a la entrevista Peterson-Kennedy en su nota "Comunidad", por ejemplo, dice: "Nos enfrentamos a un enorme desafío, pero ya conocemos muchas soluciones".
El hecho es, sin embargo, que muchas personas con diversos puntos de vista tienen problemas con el "consenso" dominante sobre la energía limpia y otras "soluciones" climáticas pregonadas. Existe una gran controversia sobre si estas "soluciones" funcionan realmente, y sobre quién se beneficia de ellas y quién soporta los costes.
Aunque es indudable que las grandes petroleras han utilizado sus beneficios para influir en el debate sobre el clima, no son sólo las empresas de combustibles fósiles y los receptores de su "dinero negro" quienes critican las "soluciones" climáticas dominantes, como sostienen McCarthy y otros defensores de la censura.
Censurar a un amplio abanico de críticos, incluidos los ecologistas
En la red digital de la censura de la "desinformación climática" se está viendo atrapada una amplia gama de personas, incluidos algunos ecologistas.
Los siguientes grupos se encuentran entre los que sufren censura en las redes sociales por sus críticas a las "soluciones" climáticas aprobadas oficialmente y por su defensa de enfoques alternativos a los problemas climáticos y medioambientales.
1 - Ciudadanos locales, conservacionistas y activistas medioambientales que se oponen a proyectos de energía "limpia".
El impulso masivo de 3 billones de dólares a la energía solar y eólica en Estados Unidos está provocando una reacción violenta en algunas comunidades donde los ciudadanos locales están descontentos con los impactos medioambientales inmediatos.
La reacción contra la energía limpia también está creciendo entre algunos que dicen que estos gigantescos proyectos de desarrollo industrial se están construyendo en detrimento de la biodiversidad, el hábitat de la vida silvestre y los ecosistemas sanos.
En diciembre de 2022, YouTube eliminó "permanentemente" -sin previo aviso ni notificación de suspensión- el canal del grupo Protect Thacker Pass, que se opone al desarrollo de una gran mina de litio en Nevada. Tres días después, YouTube restauró el canal, sin dar explicaciones.
Pequeños grupos conservacionistas como Basin & Range Watch, una organización sin ánimo de lucro que trata de proteger los desiertos de Nevada y California del desarrollo industrial, incluidas la energía eólica y la solar, denunciaron que los defensores de estos proyectos energéticos les acusaban de ser difusores de "información errónea".
Ciudadanos y activistas ecologistas locales que se oponen al desarrollo de la energía eólica marina en la zona de Nueva York-Nueva Jersey debido a sus posibles repercusiones sobre las ballenas y el medio ambiente oceánico han sido objeto de censura en línea por parte de Facebook e Instagram.
Esta censura fue coordinada por el "verificador de hechos" PolitiFact, operado por el Instituto Poynter, uno de los "50 principales" miembros del Complejo Industrial de la Censura.
Los medios de comunicación han utilizado una brocha gorda para difamar a los grupos de defensa preocupados por los efectos del desarrollo de la energía eólica marina sobre las ballenas y el medio ambiente marino, acusándolos de ser agentes del "dinero oscuro" de los combustibles fósiles.
Aunque algunas organizaciones locales parecen haber aceptado financiación de la industria de los combustibles fósiles, el amplio movimiento popular para proteger el medio ambiente costero del desarrollo industrial no puede describirse con exactitud como un producto del "dinero oscuro" del petróleo y el gas.
El director general de una empresa de energía eólica marina, Atlantic Shores, escribió un artículo de opinión en el que acusaba a los grupos opuestos a sus proyectos de difundir "información errónea" sobre "la solución más viable que tenemos" para el cambio climático. Se abstuvo de acusar a sus oponentes de estar financiados por el "dinero oscuro" de los combustibles fósiles. Atlantic Shores pertenece en un 50% al gigante petrolero Shell.
2 -'Doomers' y ecologistas que abogan por un cambio sistémico.
Un subgrupo de activistas climáticos cree que ninguna "solución" aprobada oficialmente es capaz de detener el cambio climático o poner fin a la degradación del medio ambiente. A estas personas se las denomina peyorativamente "Doomers" o Colapsistas en español (algunos prefieren la etiqueta irónica de "Doomsters").
En los últimos años, la prensa, los científicos del clima y los principales activistas del clima han empezado a atacar a los "catastrofistas" con el mismo ímpetu que a los "negacionistas". Un titular típico de The Washington Post dice: "Por qué los "catastrofistas" del clima están sustituyendo a los "negacionistas" del clima".
En 2020, el grupo de Facebook "Positive Deep Adaptation" recibió una advertencia sobre un artículo que compartía, escrito por el galardonado novelista Jonathan Franzen en el New Yorker: "¿Y si dejamos de fingir? El apocalipsis climático se acerca. Para prepararnos, debemos admitir que no podemos evitarlo".
La advertencia de Facebook se basaba en un "fact-check" del sitio Climate Feedback.
Y en abril de este año, Facebook censuró un post de Jem Bendell, profesor de sostenibilidad de la Universidad de Cumbria, en Carlisle (Inglaterra), que había intentado compartir una entrevista que le hizo British GQ.
En la entrevista, Bendell hablaba de su opinión de que las políticas climáticas dominantes sencillamente no funcionan, y de su creencia de que se producirán trastornos catastróficos en las sociedades industriales de consumo debido al cambio climático combinado con otros factores medioambientales, económicos y sociales.
Facebook ocultó la publicación con un mensaje que decía: "Nadie puede ver tu publicación. Tenemos estas normas porque queremos que todo el mundo se sienta seguro".
Del mismo modo, en mayo, TikTok retiró un vídeo de la periodista especializada en "corrupción climática" Rachel Donald, tachándolo de "desinformación". En el vídeo, Donald, que escribe el boletín climático Planet Critical, decía: "Es la economía. Es la economía la que impulsa la crisis climática. Es cómo nos hemos organizado. Es la explotación y el extractivismo y todo este tipo de cosas".
TikTok no ofreció una razón específica para calificar el vídeo de "desinformación". Pero el mensaje del vídeo - "Es la economía la que impulsa la crisis climática"- entra en conflicto con las narrativas del gobierno estadounidense sobre el crecimiento "verde”.
Las "soluciones climáticas" de Biden, dijo McCarthy en su entrevista con Axios, "no son sólo para salvar el planeta, sino para fortalecer nuestra economía. ... Hacer crecer nuestra economía hoy... en eso se centra toda nuestra acción climática doméstica".
Agricultores.
En lo que respecta a la alimentación y la agricultura, el movimiento climático está dominado por los "ecomodernistas", que creen que las plantas modificadas genéticamente, los alimentos fabricados en fábricas, las carnes sintéticas y otras tecnologías alimentarias industriales son "soluciones" al cambio climático.
Un contingente menor de ecologistas cree que necesitamos granjas a pequeña escala que utilicen métodos regenerativos y agroecológicos, en lugar de más tecnologías alimentarias industriales. Este contingente, y el movimiento populista de pequeños agricultores con el que están alineados, se han visto sometidos al escrutinio de los censores de la "desinformación climática".
Las protestas de los agricultores holandeses galvanizaron la oposición mundial a las onerosas políticas medioambientales que pueden acabar en la expropiación de las tierras de miles de agricultores. Los agricultores holandeses recibieron el apoyo de algunos destacados activistas ecologistas, como la Dra. Vandana Shiva, que creen en el enfoque de las pequeñas explotaciones.
Sin embargo, los medios de comunicación, ecologistas famosos como George Monbiot y organizaciones de "verificación de hechos" describen las protestas de los agricultores holandeses como un movimiento de "extrema derecha" que difunde teorías conspirativas e información errónea.
Facebook ha censurado a pequeños ganaderos de todo el mundo que niegan que su ganado alimentado con pasto sea una causa importante del cambio climático.
En un caso, los granjeros publicaron memes en los que afirmaban que "las vacas no son el problema", en comparación con el estilo de vida en jet privado de élites multimillonarias como Bill Gates. Facebook adjuntó un "fact-check" a estos memes: "Desacreditado: Sí, las vacas son un 'problema' cuando se trata de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero".
Este ejemplo ilustra cómo el proceso de "fact-checking" de un debate político subjetivo -¿son las vacas o los jets privados "el problema"? - beneficia a las élites que financian las organizaciones de "fact-checking".
Los "fact-checkers" dan credibilidad a las "soluciones" ecomodernistas impulsadas por multimillonarios como Gates, que financia varias de las mayores organizaciones del Complejo Industrial de la Censura. La sustitución del ganado por carne sintética y los alimentos "vegetales" producidos industrialmente -líneas de negocio en las que invierte Gates- se tratan como "soluciones" prometedoras.
Las contrapropuestas populistas -eliminar los jets privados o dar a los pequeños agricultores recursos para la transición a métodos más ecológicos- no son tomadas en serio por los "fact-checkers".
Esto es así, a pesar de que se puede argumentar de forma convincente que los pequeños agricultores son más capaces que los grandes productores industriales de alimentar al mundo utilizando métodos regenerativos y agroecológicos.
Los "fact-checkers" no distinguen entre el ganado criado industrialmente y el criado por pequeños agricultores con métodos de pastoreo más holísticos. Los meten a todos en el mismo saco, aunque esto tenga poco sentido desde el punto de vista ecológico.
Como observó Vandana Shiva: "Con el fin de borrar a los últimos pequeños agricultores que quedan, las narrativas patrocinadas por las corporaciones están presionando ahora por ... narrativas dualistas en torno a planta versus animal, en lugar de abordar la crisis más amplia de cómo las prácticas industriales actuales están destruyendo los ecosistemas de la Tierra".
La censura del debate impide que surjan enfoques alternativos
El poder de censura, que en un principio se justificó como necesario para silenciar a quienes "negaban" la existencia del cambio climático, se utiliza cada vez más para silenciar a quienes discrepan de las "soluciones" climáticas oficiales.
Mientras el desacuerdo se tache de "desinformación", el debate democrático es imposible.
Los debates políticos son inherentemente subjetivos hasta cierto punto. ¿Deberíamos intentar sustituir el petróleo y el gas por energías limpias en toda la economía? ¿Es posible un "crecimiento verde"? ¿Cómo garantizar que las políticas climáticas respeten las libertades civiles? ¿El futuro de la alimentación está en las grandes explotaciones industriales o en las pequeñas explotaciones familiares? ¿Qué es más prioritario, las vacas alimentadas con pasto o los aviones privados?
Estas cuestiones implican sopesar pros y contras, priorizar valores y decidir quién soportará los costes y las cargas. No son simples cuestiones científicas o matemáticas.
Sin embargo, los "verificadores de hechos" de las redes sociales intervienen en estos debates subjetivos con la pretensión de objetividad, para dirigir la conversación hacia las "soluciones" preferidas por las grandes corporaciones y los multimillonarios que las financian.
Para cada "solución" climática candente, el Complejo Industrial de la Censura produce "verificaciones de hechos" sesgadas a favor de sus financiadores. Las afirmaciones tendenciosas también se encuentran a menudo en el otro lado de estos debates.
La única manera de dar sentido a estas afirmaciones contrapuestas es a través de un proceso democrático abierto.
La batalla de la censura no es entre "negacionistas" y "ciencia", como muchos parecen creer. El conflicto se centra principalmente en quién decide las "soluciones": los ciudadanos que participan en un debate libre y abierto, o las fuerzas políticas y económicas que se han arrogado el poder de censurar.
En las sociedades democráticas, se supone que las "soluciones" son objeto de debate, pero cada vez lo son menos.

Fuente: Childrens Health - Por W. Aaron Vandiver - 3 de julio de 2023 - Imagen de portada: Las comunidades de Jujuy (Argentina)  se oponen a la minería del litio por la contaminación del agua (imagen: Richard Bauer). - Publicado en: https://www.climaterra.org/post/las-grandes-tecnológicas-intensifican-la-censura-del-debate-sobre-soluciones-climáticas

 

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