México : El carbón rojo de Coahuila, aquí acaba el silencio

 

Los mitos, en general, son historias acerca de la naturaleza humana donde aparecen acciones y sentimientos que nos trasladan a tiempos inmemoriales… o al presente más inmediato y cercano: El mito griego del minotauro nos cuenta que  jóvenes de ambos sexos  debían ser entregados al monstruo para ser devorados como  sacrificio anual. Los jóvenes eran arrojados al oscuro fondo de un  laberinto de donde ya no saldrían nunca. Un oscuro fondo como el de los cientos de pocitos que hay en Coahuila y otras zonas mineras del norte de México. Los pocitos son pequeñas minas a las que se llega por un tiro vertical. Tienen un diámetro de 1.5 metros aproximadamente, y pueden llegar a los 400 metros de profundidad. El miércoles 3 de agosto diez mineros quedaron atrapados por un derrumbe en la mina conocida como El Pinabete. Cuatro hombres más lograron salir y están hospitalizados.

Por Xicoténcatl


Decenas de mineros han muerto en los últimos cinco años en la región de Sabinas, Coahuila, donde el 19 de febrero de 2006, un “accidente”, producto de la negligencia de la empresa Grupo México, mató a 63 trabajadores en la mina 8, unidad Pasta de Conchos.
Las familias de aquellos 63 mineros que, a día de hoy, continúan sepultados bajo toneladas de rocas, fundaron La Organización Familia Pasta de Conchos para exigir la entrega de los restos de sus familiares, se esclarezca la verdad y se tomen medidas para la No repetición.
Diez mineros atrapados en el fondo de un pocito, sacrificados en el laberinto donde Asterión, el Minotauro, exige ser satisfecho con carne humana y para actualizarse y modernizar el mito se ha asociado con  Grupo México (Germán Larrea), Peñoles (familia Bailleres), Autlán (José Antonio Rivera Larrea), Grupo Acerero del Norte (Alonso Ancira) y algunas trasnacionales del sector minero asociadas con estos corporativos mexicanos.
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La nueva tragedia de Sabinas, Coahuila, revive la tragedia de la región carbonífera del norte del país. Porque lo ocurrido en Pasta de Conchos no fue un accidente en sentido estricto: fue producto del abuso y de las condiciones de explotación e inseguridad y riesgo laboral sin protección apropiada que se vive en toda esa región. 

 
Por Mario Luis Fuentes

 

De manera frustrante, lo de Sabinas parece ser lo mismo: explotación, bajos salarios, inseguridad y riesgos innecesarios en las condiciones de trabajo, que muy probablemente ha costado ya la vida de estas diez personas y, con ello, la tragedia, desesperación y tristeza que viven sus familias. Y en esto ha habido omisiones no sólo del gobierno de la República, sino también del gobierno estatal y de los dos poderosos senadores de Morena que tienen presencia emblemática en la región: Napoleón Gómez Urrutia y Armando Guadiana. 


Cuando ocurrió lo de Pasta de Conchos se perdió la oportunidad de generar en nuestro país una reflexión seria respecto del trabajo digno. También se perdió cuando se evidenciaron las terribles condiciones de explotación laboral y trata de personas en San Quintín. 
 Ahora, frente a esta nueva tragedia, la administración federal no puede ser omisa en iniciar una revisión profunda sobre cómo transitar hacia un mercado de trabajo que garantice condiciones dignas, en los términos que lo plantea la Organización Internacional del Trabajo. 
Debe reconocerse que el gobierno del presidente López Obrador dio un paso importante al elevar los salarios mínimos y demostrar que esa medida no tendría efectos inflacionarios. Empero, siendo condición necesaria para el trabajo digno, no es suficiente, porque hace falta avanzar hacia otros rubros igualmente sustantivos, entre ellos tres. 
 En primer lugar, el acceso a seguridad social y prestaciones sociales. Según los datos del Inegi, casi seis de cada diez personas que trabajan lo hacen en condiciones de informalidad laboral. En segundo lugar, se encuentran las condiciones de explotación y alto riesgo, sin supervisión del Estado; y en esto la estrategia del gobierno de la República es corresponsable, porque debe recordarse que al inicio del gobierno se tomó la decisión de no hacer más inspecciones laborales. 
Y, en tercer lugar, es urgente recuperar la agenda del trabajo y la explotación infantil y asumir que el gobierno ha hecho casi nada en esta administración para atemperarlo y para erradicarlo, tal y como se estipula en el Convenio 182 y sus protocolos, los cuales están ratificados por el Estado mexicano. 
El reclamo de las familias de las personas atrapadas ha sido duro al titular del Ejecutivo. Su respuesta ha sido que tiene la conciencia tranquila; sin embargo, más allá de sus parámetros éticos, lo cierto es que tiene una responsabilidad constitucional ineludible en las agendas señaladas, y sería un despropósito no asumirlas porque no es legítimo, desde ninguna perspectiva, que la población se encuentre, efectivamente, no sólo desprotegida, sino, ante todo, indefensa frente al abuso del poder político o del económico. 


Fuente: https://expreso.press/2022/08/16/el-carbon-rojo-de-mexico
Con apoyo de la Fundación Heinrich Böll Stiftung  (Alemania) publicaron en 2018 el informe EL CARBON ROJO DE COAHUILA: aquí acaba el silencio. DOCUMENTO «EL CARBÓN ROJO DE COAHUILA:  aquí acaba el silencio»: https://mx.boell.org/sites/default/files/el_carbon_rojo_web.pdf
Fuentes: Rebelión 

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