Agua

No era exactamente la misma mesa. Tampoco eran exactamente las mismas personas las que estaban sentadas alrededor. Pero, probablemente, todas, en algún momento, pensaron que justo un año antes había habido mucha menos lluvia.

 
Las que vivían en la ciudad habían ido la primavera anterior a aprender cómo preparar la infraestructura para colocar una bolsa enorme que sirviera para almacenar agua. Esta vez el almacén de agua estaba repleto y las que viven en el campo les enseñaron a hacer una zanja siguiendo las curvas de nivel del terreno. Una zanja para frenar la escorrentía y distribuir el agua de lluvia por más lugares.
El tener o no agua lo cambia todo.

Esto lo saben solo quienes conocen de dónde viene y lo que pasa cuando falta.
Por eso celebran la alegría de tener agua. El verde que viene después de la lluvia. Los colores compitiendo por atrapar las miradas. El viento moviendo cada hoja y cada hierba y cada hoja y cada hierba respondiendo de una manera. El olor a vida por salir. El pelo mojado. Los pies pisando charcos. La risa que se derrama como la lluvia que no para de caer.
Lo celebran sin decirlo en alto, sin brindar por la lluvia, porque conocen los datos y todo lo demás. Porque saben que las predicciones dicen que no seguirán ocurriendo tantas gotas juntas, que cada vez habrá menos agua en ese lugar. Pero no pueden dejar de estar contagiadas de una alegría, quizás pasajera, que viene agarrada de una certeza: este verano habrá agua para regar el campo. Y por eso paladean cada gota de lluvia con una sonrisa.
Quizás les baste con eso. Con pensar en que tendrán agua por unos meses.
Dice María Monjas en su poema “Háblame de la lluvia”:
Los días de lluvia son de una belleza admirable;
pero al final, no sé por qué,
nos vuelve a entrar el miedo
y abrimos los paraguas
Quizás, sin decirlo en alto, varias de las personas que estaban alrededor de la mesa pensaron que, después, cuando salieran de nuevo a pisar la tierra, probarían a no abrir el paraguas, a dejarse empapar por la lluvia como una forma de vencer al miedo.

Por: María González Reyes
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/vida-ya/agua-columna-maria-gonzalez-reyes - Imagen de portada: Alvaro Minguita

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