Cristina a Tartagal pero ¿para cuándo la reglamentación de la Ley de Bosques?



Cristina de Kirchner regresó de España y quiere ir, para la fotografía, a la castigada Tartagal, en Salta. Pero, a la vez, tiene 'pisada' la reglamentación de la Ley de Bosques desde hace 1 año. La Presidente llega siempre tarde, siempre mal. No obstante ello, debería llevar un anuncio sobre la legislación. De lo contrario, no sirve. Más de 50 organizaciones sociales de todo el país escribieron al secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Homero Bibiloni, y a las carteras de ambiente provinciales nucleadas en el Consejo Federal del Medio Ambiente, reclamando la urgente reglamentación de la Ley de Bosques.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La presidenta Cristina de Kirchner, arribó a las 9:10 al aeropuerto internacional de Ezeiza, procedente de Madrid, luego de una gira de 2 días por tierras españolas. Por la tarde promete ir a Tartagal, Salta, donde no pudo trasladarse el vicepresidente Julio Cobos, por un insólito boicot muy probablemente realizado por Néstor Kirchner.
Pero ese no es el fondo de la cuestión. En Tartagal ha ocurrido un desastre, en parte atribuido a la deforestación que ocurre en Salta.
La Ley de Bosques fue sancionada el 28 de noviembre de 2007 tras una campaña que logró juntar 1 millón y medio de firmas, y establece que las provincias no pueden emitir nuevos permisos de desmonte hasta tanto no realicen un Ordenamiento Territorial de sus zonas boscosas bajo 10 criterios ecológicos y categorías de conservación que apuntan a evitar la fragmentación y degradación del bosque nativo y a preservar las tierras utilizadas por las comunidades campesinas e indígenas.
La norma crea el Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos (cerca de mil millones de pesos al año) para distribuir entre las provincias que sancionen por ley provincial el Ordenamiento Territorial de sus Bosques, con el objetivo de fortalecer la capacidad técnica y de control, compensar a los titulares que realicen tareas de conservación y manejo sostenible, y para fomentar las actividades productivas que los pequeños productores rurales y comunidades indígenas realizan en zonas boscosas. 
El borrador de la reglamentación de la Ley de Bosques fue realizado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, luego de un proceso consultivo del que participaron organizaciones ambientalistas y el Consejo Federal del Medio Ambiente, y fue girado a principios de julio de 2008 al Ejecutivo Nacional, donde se encuentra demorado en el Área de Coordinación de Presupuesto Nacional del Ministerio de Economía.
Sin embargo, las nuevas autoridades de la Secretaría de Ambiente de la Nación convocaron nuevamente al Consejo Federal del Medio Ambiente a revisar un nuevo borrador de reglamentación, elaborado el 23 de enero de 2009 por la misma Secretaría.
Frente a esta situación, más de 50 organizaciones, "alarmadas por el constante avance de la deforestación", presentaron una carta a Bibiloni, y al Consejo Federal del Medio Ambiente, en la que señalaron que "la excesiva demora en su reglamentación pone en crisis su operatividad y genera una profunda preocupación por el futuro de la misma".
Las organizaciones advirtieron que la reglamentación debe "promover que los Ordenamientos Territoriales de Bosques Nativos sean el resultado de un verdadero proceso participativo, que le de legitimidad a la zonificación resultante y que permita mitigar los daños que la deforestación genera sobre las comunidades campesinas e indígenas".
Y ahora ocurre lo de Tartagal. Al respecto, es importante leer el siguiente post firmado por Ulschmidt:
La cárcava es una estructura en el suelo que se forma, antes que nada, por la ausencia de cobertura - pastos, árboles - que protejan al mismo del golpe de las gotas de lluvia. Destruído y lavados así los primeros milímetros del suelo, el agua acumulada va concentrándose en la zona más baja y empieza a correr por allí, ayudándo a socavar más profundamente.
Una vez quitada la primer capa, si se trata de un suelo mineral pobre en arcillas y en materia orgánica, el derrumbre de material es muy fácil y ocurre en cortes verticales. La cárcava es retrogradante, es decir, va zigzageando y creándose a sí misma. La caída de agua dentro de ella excava el material que le permite crecer y avanzar - y el aumento de tal trinchera aumenta el caudal que puede captar.
La diferencia entre un suelo desnudo atacado de cárcavas bajo la lluvia torrencial y un suelo protegido por el monte es, claro, lo que le ocurrió a Tartagal por segunda vez en tres años: un alud de lodo y agua que arrasa parte de la ciudad.
La causa de tales desmontes es el avance de la frontera agrícola en Salta, principalmente para la siembra de soja. Al respecto cabe recordar que cuando el conflicto por los niveles de retenciones a la oleaginosa se dijo que unas tasas altas desalentarían el desmonte... Quizás era sólo un argumento más al voleo pero conviene desarmarlo: no, el precio regalado de la tierra selvática en el Norte hace que convenga aún cuando deban afrontarse largos fletes y quitas de precio.
Las medidas económicas - ciertas o pretendidas - son demasiado difusas. Debe haber una política especifica de protección de los montes, en particular en áreas sensibles como cuencas hídricas arriba de poblados humanos.
Al respecto se sancionó en 2007 una Ley Nacional de Bosques, de por sí un tanto ingenua en sus propósitos: mandar una moratoria total de talas hasta que cada provincia hiciera un inventario de bosques y regulara la actividad. Establecer un fondo para premiar el mantenimiento de las áreas boscosas y otras nobles intenciones. La reglamentación de dicha Ley aún está pendiente - cajoneada por el mismo lobby que antes demoró su sanción: los legisladores de las mismas provincias donde ocurren estos desastres.
Y es que los intereses económicos forestaleros y agrícolas son muy fuertes y no pocas veces están muy emparentados con la política local. Lo único que puede torcerles la intención es un grado alto de concientización pública por tanto hay que saber:
- Que no es simplemente por el "cambio climático" que pasan estas cosas, porque lleva más seguido o más intenso.
- Que el desmonte contribuye, si, al famoso "cambio climático" pero ése es un fenómeno global donde los autos de New York inciden mucho más que unas miles de hectáreas en Salta. O sea, incide marginalmente nuestro desmonte nacional - y si uno se equivoca en el argumento, le dirán eso: no hace la diferencia. Ojo, que al cambio climático como monstruo grande que pisa fuerte ya lo usaron para justificar la remoción de glaciares andinos (total se iban a derretir...)
- Pero el desmonte si contribuye centralmente a borrar la biodiversidad, perder la fertilidad del suelo, obturar los ríos naturales con sedimentos y aumentar mucho la magnitud de aludes y crecidas. Así como a aumentar los daños de las sequías en el ciclo opuesto. Y todo ese daño es local, ocurre donde ocurre el desmonte.
Fuente: http://www.urgente24.com

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