España: La presa de Loriguilla sufre graves deficiencias que ponen en peligro Valencia en caso de riada



Valencia: La capital seguirá en riesgo al menos año y medio más, el tiempo que durará remodelar el desagüe de fondo

El pantano de Loriguilla en una imagen captada el viernes, al 28% de su capacidad. En la presa se aprecia el contrafuerte que protege una de sus compuertas.
La presa de Loriguilla es la última muralla defensiva, el tapón postrero del cañón del Turia antes de que el río se torne pausado y se adentre en Vilamarxant, camino de Manises, en busca de su desembocadura natural: Valencia.

Y si esa defensa de cemento, hierro y rocas no aguanta un embate del río y salta como el corcho de una botella de cava impulsado por la fuerza desbocada del líquido que atesora, no hay quien lo pare. Arrasa todo lo que encuentra a su paso. Y de eso saben mucho en la comarca de la Ribera, cuando en 1982 se desmoronó la antigua presa de Tous porque las compuertas no daban abasto y el desagüe de fondo no se pudo abrir.

Esto, grosso modo, es lo que sucede en el pantano de Loriguilla, el bastión con el que cuenta Valencia, junto con el nuevo cauce, para evitar una gran riada hasta que se erija otra presa más cerca de la ciudad, en Vilamarxant, prevista desde antes de que el Turia arrasara la capital de la Comunitat Valenciana en el otoño de 1957.

La presa de Loriguilla no funciona bien. En realidad, prácticamente nunca ha ido bien desde que en 1967 se inició su funcionamiento. Y desde que entre 1988 y 1989 empezó a padecer obras por grietas en las laderas, nunca más ha vuelto a estar operativa al cien por cien.

A las filtraciones que sufre, con las consiguientes pérdidas de agua, se le ha unido un problema que resulta serio por las consecuencias que puede entrañar: los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Júcar han detectado el mal funcionamiento de uno de los elementos principales que utiliza para verter agua de su interior al cauce del Turia, el desagüe de fondo.


El tapón de la bañera 
El desagüe de fondo, clave en la seguridad de una presa es, como su propio nombre indica, el que está situado en la parte más baja del lienzo de la presa. Es como el tapón de la bañera.

La Instrucción de las Grandes Presas, la biblia de los ingenieros que se dedican a las infraestructuras hidráulicas, especifica que los desagües de fondo se utilizan para controlar el nivel del embalse, su vaciado, la limpieza de sedimentos, el control del río en la fase de construcción de la presa y colabora en el control de las riadas.

En el caso del pantano de Loriguilla lo único que se sabe a ciencia cierta y desde hace muchos meses es que el tapón de la bañera -el desagüe de fondo- no traga bien y se desconoce cómo podría funcionar en caso de que el embalse tuviese que afrontar la laminación de una avenida.

Una presa es siempre una construcción de riesgo con la que el hombre desafía a la naturaleza y cuantas más medidas de seguridad disponga esa muralla que aguanta el río, más difícil resultará que la madre Tierra imponga su criterio de furia y libere el río de su constreñimiento.

"Si un día hubiera una avenida, surgiera algún problema y tuviéramos que desembalsar con el desagüe de fondo, no sé qué podría pasar. Quiero que funcione bien", afirma el jefe de Explotación de la Confederación Hidrográfica del Júcar, José Luis Utrillas.

El problema que arrastra el desagüe de fondo de la presa de Loriguilla es que ya tiene "muchos años y el agua sale a trompicones", especifica gráficamente Utrillas.

La traba radica en la toma del aire que permite compensar la enorme presión que ejerce el agua contra la pared de la presa para que pueda fluir de manera continua.

"Quiero tener una seguridad mucho mayor", confesó el jefe de Explotación de los embalses de la Confederación Hidrográfica.

Utrillas, que es un técnico, después de muchos esfuerzos ha logrado convencer a los políticos de que era necesario hundir dinero en esa presa, invertir en una obra en la que no hay colocación de primeras piedras ni carpa blanca en la que cortar simbólicamente la cinta inaugural.

Además, son operaciones que no se ven porque es una labor que, en un primer momento, deben de realizar buceadores especializados. Tienen que taponar con un escudo metálico el túnel del desagüe de fondo para que puedan operar los trabajadores, cambiar la coraza metálica del conducto por un nuevo blindaje y también las compuertas.

De momento, la Dirección General del Agua del Ministerio de Medio Ambiente ya ha licitado las obras. La apertura de las ofertas que se presenten tendrá lugar el próximo 17 de marzo. La adjudicación posterior se puede demorar dos o tres meses. El plazo de ejecución de las obras será de año y medio y el presupuesto de licitación roza el millón de euros.

El mismo departamento ministerial también acometerá la renovación completa de los equipos del túnel de la presa de Loriguilla. El plazo de ejecución de las obras será de dos años y el presupuesto asciende a 1,785 millones de euros. El 18 de febrero se abrirán las plicas de las empresas que optan a la obra.

Fuente: http://www.lasprovincias.es/valencia/20090208/tema-dia/presa-loriguilla-sufre-graves-20090208.html

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