Bolivia: No destruir el TIPNIS






"Considero que ese parque y los otros que son la reserva ambiental que debe resguardar Bolivia con leyes y otras normas, no pueden ser tratados como áreas que se dividen en núcleo y zonas adyacentes; son unidades y, cualquiera sea la parte afectada, se degrada el conjunto del parque. Estoy conciente que allí viven pueblos absolutamente minoritarios cuya identidad, cultura, idioma y características étnicas, proclamamos respetar en nuestra Constitución."

El que más, el que menos seguramente está aplaudiendo, aunque sea en la intimidad, la movilización en defensa del Parque Nacional Isiboro Sécure. ¿Por qué?, pues ocurre que, en estos tiempos, todos nos hemos convertido en expertos ecólogos y ambientalistas. Sabemos cuáles son la extensión, población, características y atributos de vida que tiene ese territorio por cuya apropiación hay un diferendo casi centenario entre Beni y Cochabamba. El diferendo ha quedado traspapelado hoy, cuando se discute la conveniencia o perjuicio de construir una carretera que lo atraviese. En ese empeño vale todo: hay quienes se movilizaron para hacer una carretera hacia el norte de La Paz atravesando el Parque Madidi, “porque es necesaria para el progreso de nuestra región” y hoy son defensores de la integridad del TIPNIS.

Hace muchos años, siendo director de un semanario ya desaparecido, participé de una polémica nacional sobre la protección del medio ambiente. Por entonces, la deuda externa de Bolivia significaba tres veces el conjunto de las exportaciones anuales del país. Los bancos acreedores, mirando en perspectiva la política que entonces se implementaba aquí, pusieron a la venta los bonos de la deuda boliviana, a un valor mínimo: 11 centavos por cada dólar.

Una ONG ambientalista, norteamericana para más datos, compró bonos por un equivalente de 600 millones de nuestra deuda y los ofreció al gobierno de entonces a cambio de un compromiso firmado y ratificado, mediante el que se obligaba él y los sucesivos gobernantes, a mantener intocada una determinada extensión del territorio nacional. Pomposamente, uno de los superministros que había nombrado aquel presidente, viajó a Estados Unidos y firmó el compromiso, recibiendo los bonos respectivos. A continuación, afirmó que, en esas condiciones, él estaba dispuesto a vender todo el territorio nacional. Insisto en que la palabra que usó fue “vender”. No voy a repetir lo que entonces dije al respecto, que no fueron aplausos, por supuesto.

Ese tipo de defensa del medio ambiente se ajusta a las concepciones y los principios de quienes hoy se rasgan las vestiduras por el TIPNIS mientras siguen ampliando sus negocios que rivalizan en la depredación del medio ambiente. Personalmente, no creo en esos personajes que estarían en contra de un ferrocarril bioceánico, por decir algo distinto, si es otra forma de atacar al gobierno del presidente Evo Morales.

Pero creo en los pobladores del Parque Isiboro Sécure. Creo en su derecho a reclamar por la seguridad del territorio que habitan. Tienen derechos reconocidos por la Constitución Política del Estado promulgada en febrero de 2009. Les asiste la protección de tratados internacionales, de los que Bolivia es uno de los primeros firmantes, con plena ratificación del Congreso.

Considero que ese parque y los otros que son la reserva ambiental que debe resguardar Bolivia con leyes y otras normas, no pueden ser tratados como áreas que se dividen en núcleo y zonas adyacentes; son unidades y, cualquiera sea la parte afectada, se degrada el conjunto del parque. Estoy conciente que allí viven pueblos absolutamente minoritarios cuya identidad, cultura, idioma y características étnicas, proclamamos respetar en nuestra Constitución.

Es cierto que la vertebración del país es necesaria como la forma básica de unidad nacional. Pero no podemos hacerlo a costa de algunos pueblos que sufrieron la brutalidad de los patrones de antes y que ahora no se sienten engañados.

“En tiempos inmemoriales se erigieron montañas, se desplazaron ríos, se formaron lagos. Nuestra amazonía, nuestro chaco, nuestro altiplano y nuestros llanos y valles se cubrieron de verdores y flores. Poblamos esta sagrada Madre Tierra con rostros diferentes y comprendimos desde entonces la pluralidad vigente de todas las cosas y nuestra diversidad como seres y culturas”.

Con esas hermosas palabras se inicia nuestra Constitución Política del Estado. Hagamos honor a esa solemne proclama.

- Antonio Peredo Leigue es periodista boliviano.

Fuente: ALAI

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TRIBUNA LATINA

Tras condenar de forma contundente las acciones policiales en contra manifestaciones indígenas, producidas durante este domingo en el departamento de Beni, en el norte de Bolivia, la ministra de Defensa de ese país, María Cecilia Chacón, presentó su dimisión ante el gobierno de Evo Morales.
En una misiva enviada al presidente, la saliente titular de Defensa manifiesta su rechazo a las medidas radicales del gobierno. "Lejos de aislar a la derecha, fortalecen su accionar y manipulación dentro de la octava marcha con el fin de atacar el proceso de cambio que tanto ha costado a los bolivianos", critica Chacón en la carta.
"Asumo esta decisión porque no comparto la medida de intervención de la marcha que ha asumido el Gobierno y no puedo dejar de justificar la misma en tanto existan otras alternativas en el marco del diálogo, respeto a los Derechos Humanos, no violencia y defensa de la madre tierra", apunta el documento, que llegó a los medios y que no tardó en ser divulgado.
La Policía boliviana está actualmente en el ojo de la tormenta a causa de varios hechos violentos en contra de la población civil. Durante el domingo, un gran contingente policial intentó dispersar la manifestación que cientos de indígenas habían comenzado ya hace 42 días, en protesta por la construcción del segundo tramo de la carretera de Villa Tunari-San Ignacio de Moxos (Beni). Los enfrentamientos se produjeron cerca del municipio de Yucumo, en la provincia de Ballivián.
Según han informado los medios locales, un bebé murió en medio de los enfrentamientos, después de haber inhalado gases lacrimógenos. Los medios de comunicación señalaron que hay 37 desaparecidos y varios detenidos entre los que figuran, el diputado nacional Pedro Nuni; el presidente de la subcentral TIPNIS, Fernando Vargas; y el presidente del Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), Celso Padilla. A pesar de que esta información ha sido ampliamente difundida, las autoridades no han confirmado todavía estos datos de forma oficial.
Mientras que la oposición ha calificado estas medidas como “represivas”, el gobierno de Evo Morales y la Policía Nacional, justificaron dichas acciones, alegando que los indígenas habrían preparado una especie de emboscada contra la Policía, y recordando a su vez, que el pasado sábado retuvieron a la fuerza al ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno, David Choquehuanca, quien intentaba reanudar las negociaciones con los manifestantes.
Chacón asumió la cartera de Defensa el pasado 6 de abril en sustitución de Rubén Saavedra, quien fue designado jefe de la Dirección Estratégica Marítima, para encargarse de la demanda que introducirá Bolivia contra Chile para recuperar su salida al mar.

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Crecen las protestas y Evo Morales anuncia referendo sobre carretera en Amazonia

El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció ayer la celebración de un referendo en los departamentos de Cochabamba y Beni sobre la construcción de una carretera que partirá en dos un parque natural y que rechazan los indígenas de la Amazonia con una marcha que cumplió 43 días.
La columna de la marcha de los indígenas se encuentra cerca del pueblo de Yucumo, a 300 kilómetros al noreste de La Paz. El presidente ofreció una ley para evitar que campesinos se asienten en el parque Tipnis. El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció ayer la celebración de un referendo en los departamentos de Cochabamba y Beni sobre la construcción de una carretera que partirá en dos un parque natural y que rechazan los indígenas de la Amazonia con una marcha que cumplió 43 días.
Morales hizo el anuncio durante su visita al Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), donde se reunió con algunos grupos indígenas y campesinos que respaldan el proyecto caminero que atravesará esa reserva natural, situada en el centro del país. “Vamos a consultar a los dos departamentos mediante un referendo. Ellos que digan: sí o no”, anunció, al señalar que si la carretera es aceptada se definirá un trazo que haga el menor daño al Tipnis.
La protesta indígena rechaza la construcción del camino entre los dos departamentos, que será financiado por Brasil, alegando que provocará la destrucción de los bosques y la invasión del Tipnis por productores de hoja de coca, base para la fabricación de la cocaína. El presidente Morales lidera las seis federaciones de productores de coca de la zona Chapare, aledaña al Tipnis.
Los dirigentes de la marcha indígena se han quejado varias veces de que Morales no cumplió con la exigencia legal de que se les consulte primero a ellos sobre el proyecto vial y han criticado que intente hacerlo con grupos afines o recién llegados al parque. La oficina de Naciones Unidas en La Paz, el Defensor del Pueblo y asociaciones ecologistas y de indígenas señalaron varias veces que el Gobierno tiene la obligación de hacer la consulta previa conforme a la ley y han sugerido que frene las obras que comenzaron en junio.
El mandatario defendió ayer en un discurso la construcción del camino al explicar que unirá los departamentos de Cochabamba (centro) y Beni (noreste), integración que será parte de un corredor bioceánico que pase por toda la Amazonia, al unir zonas de Brasil con Perú, a través de Bolivia. El presidente del Tipnis, Fernando Vargas, dijo ayer a Efe que los indígenas han ratificado este domingo su objetivo de avanzar unos 30 kilómetros más, hasta el pueblo de Quiquibey, donde están dispuestos a dialogar nuevamente con el Ejecutivo, pero están a la espera de que baje la tensión en la zona.
La columna de la marcha se encuentra cerca del pueblo de Yucumo, a 300 kilómetros al noreste de La Paz, en una ruta bloqueada por policías y por campesinos leales al mandatario. En medio de las duras críticas de sus colegas contra los incidentes del sábado, el Canciller también se mostró partidario de permitir que la marcha siga hasta La Paz, aunque apuntó que es una decisión que debe ser analizada por todo el Ejecutivo. El ministro de la Presidencia, Carlos Romero, insistió ayer en pedir a los dirigentes indígenas una “reflexión” sobre el conflicto porque en su criterio se está “desbordando” y volvió a invitarles a dialogar en La Paz con el presidente Morales. Hasta ahora, fracasaron ocho intentos de diálogo para solucionar el conflicto debido a que los indígenas insisten en que se frenen las obras de la carretera, lo que el Gobierno rechaza de plano. 

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