Hay animales marinos que sobreviven sin cerebro

Aunque solemos pensar que todos los animales necesitan un cerebro para vivir ello no es exactamente así: La naturaleza no deja de sorprendernos, aunque no lo creas existen una serie de animales marinos que viven en la naturaleza sin tener un cerebro tal y como lo conocemos los humanos. Algunos de estos organismos han desarrollado estrategias ingeniosas para vivir y reproducirse, a pesar de no tener un cerebro o encéfalo.

 Perla Vallejo


Algunos de estos seres vivos se apoyan en grupos de células nerviosas especializadas conocidas como ganglios. Estas células cumplen funciones esenciales como alimentarse, defenderse y reproducirse, pero te contamos más de ellos.

La impresionante razón por la que los animales marinos sobreviven sin cerebro
A pesar de lo extraño que suena, compartimos el planeta con especies que no necesitan el cerebro para sobrevivir, como algunos animales marinos. Algunos conservan las mismas morfologías desde hace millones de años, otros se agrupan en colonias y ahora se sabe que incluso pueden aprender.
La ausencia de un cerebro no es un impedimento para la supervivencia en el reino animal. Estos fascinantes seres han desarrollado sistemas innovadores y exitosos para adaptarse a su entorno y prosperar sin el órgano central de control que los humanos consideramos fundamental, para entenderlo primero debemos comprender que si bien la evolución permitió avanzar desde los primeros mensajes químicos y eléctricos en organismos multicelulares –hace más de 1.900 millones de años–, a sofisticados sistemas nerviosos.
Los primeros sistemas nerviosos fueron redes nerviosas, que no tenían un comando central ni cerebro, lo que todavía se puede ver en organismos como hidras y medusas, si bien, el cerebro ha dotado a algunos seres vivos con la capacidad de procesar información, recordar, planificar, etc. A pesar de carecer de un cerebro centralizado, estos animales marinos pueden activar su sistema nervioso.
Medusas

Han sobrevivido a todas las extinciones sin cerebro ni corazón. Son prácticamente una bolsa de agua, pero pueden aprender. Un estudio con Tripedalia cystophora, una pequeña especie de cubomedusa, demostró que con los pocos miles de neuronas agrupados en sus cuatro ojos, pueden asociar cambios en la intensidad de la luz y ajustar su nado, lo que les permite una navegación más precisa.

Fuente: https://ecoosfera.com/medio-ambiente/planeta-de-los-simios-monos-toman-las-calles-de-tailandia/

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