La economía de la captura de la atención

Entrevista con Yves Citton, catedrático de Literatura en la Universidad de Grenoble y codirector de la revista Multitudes. Ha editado una obra colectiva titulada L'Économie de l'attention. Nouvel horizon du capitalisme? y ha publicado un ensayo, Pour une écologie de l'attention.
 
P: En 2014 usted editó una obra colectiva titulada Pour une écologie de l'attention. El tema sigue de plena actualidad. ¿Qué es la economía de la atención?
Yves Citton:
Cada vez se habla más de una "economía de la atención". La noción se ilustra a menudo con las palabras del director de TF1 (canal de televisión francés), que definía su trabajo como proporcionar a Coca-Cola "tiempo de cerebro disponible". Hoy en día, cabe señalar que las principales capitalizaciones bursátiles de los últimos años han sido realizadas por multinacionales (Facebook, Alphabet [empresa matriz de Google]) que ofrecen a sus usuarios servicios supuestamente gratuitos, pero que en realidad se basan en la venta a terceros de información relativa a su comportamiento atencional. Es la economía de la atención. El auge de este tipo de economía se presenta a veces como el síntoma de un cambio de paradigma, que desplaza el polo decisivo de la vida económica de la esfera de la producción -es decir, ¿cómo optimizar la producción de bienes y servicios en un mundo de recursos limitados? - a la esfera de la recepción, es decir, cómo maximizar la cantidad y la calidad de la atención, que ahora es el recurso más preciado.

Gráfico: Sólo siete países del mundo tienen un PIB superior a la capitalización bursátil de Apple - Fuente: Los gigantes tecnológicos comparados con los países - aquí

P: ¿Es la atención un recurso precioso y monetizable que hay que captar, como una reserva de la que sólo hay que beber, o es algo más complejo?
Yves Citton:
Existen dos enfoques bastante diferentes de este tipo de economía de la atención. Se suele suponer que la masa global de atención humana disponible es una cantidad fija, comparable a los recursos de hidrocarburos disponibles en el planeta Tierra, y que la competencia económica se basa en la capacidad de atraer la mayor cantidad posible de este nuevo y escaso recurso. Bajo la figura dominante del mercadólogo, el economista de la atención -ahora frecuentemente conjugada en su forma algorítmica- se concibe entonces como alguien capaz de monitorizar lo más finamente posible a qué estamos prestando atención, a fin de proporcionar por adelantado a nuestras expectativas exactamente lo que (aún no sabían que) querían. En un mundo así, modelizado por la ciencia económica altamente matematizada que rige nuestras principales opciones políticas, nuestras atenciones individuales son consideradas como datos, cuyas solicitudes y conexiones deben optimizarse con los beneficios financieros generados por el rendimiento de las inversiones como brújula principal.
El problema de un mundo así es que es tan maravillosamente calculable como perfectamente irrealista. Lo que (realmente) quiero no sólo es difícil de formular. Sobre todo, depende de un enorme número de condiciones determinantes, que hacen que mis "preferencias" sean mucho más un producto que un dato. El trabajo de los vendedores y de los TF1 no consiste únicamente en satisfacer nuestras expectativas (preexistentes), sino también -y de forma inextricable- en influir en ellas, orientarlas, darles forma y, por tanto, coproducirlas. Una concepción más inclusiva, más realista, pero también mucho más preocupante, de la economía de la atención incorpora el hecho de que las atenciones que vigila son en gran medida el producto de su labor de vigilancia. Por tanto, se interesa por lo que condiciona cuantitativa y cualitativamente nuestras atenciones. Y en un sistema político y económico dominado por el capitalismo, este "interés" por lo que condiciona nuestra atención debe entenderse no sólo como curiosidad científica, sino también -e inseparablemente- como codicia financiera.
P: ¿Cuáles son las consecuencias sociales de este sistema económico basado en la captación de la atención?
Yves Citton:
Las estadísticas sobre el consumo de Ritalin y otros fármacos recetados para aumentar o normalizar nuestro rendimiento atencional deben verse en el contexto de esta economía de las condiciones y el condicionamiento de la atención. La neurociencia está descubriendo una economía química de la atención 4, observando y cuantificando en el laboratorio cómo las variaciones de tal o cual neurotransmisor modulan nuestro comportamiento atencional. La gran moda de los últimos años de la "neuroeconomía" ha dado lugar a sueños -o pesadillas- de una forma de gobierno que ya no se ejerce a nivel de los hogares o los individuos, sino a nivel de las neuronas y las sinapsis 5. El paro se curaría con una serie de fármacos: una píldora para calentar a los inversores cuyas previsiones no eran lo bastante optimistas; una píldora para reavivar los deseos consumistas de los ahorradores cuya visión del futuro era demasiado deprimida; una píldora para remotivar a los parados que se desanimaban con demasiada facilidad en su infructuosa búsqueda de trabajo - o eran demasiado exigentes en sus expectativas salariales.

Figura: Prescripciones de Adderall (y genéricos) en EEUU. El medicamento Ritalin y el Adderall son de los más prescriptos para el síndrome de trastorno de atención. Uno de cada ocho estadounidenses está tomando Adderall (41 millones).

P: Esta economía de la atención es preocupante no sólo por las imaginaciones distópicas a las que abre la puerta, sino también por el estatus eminentemente evanescente al que reduce nuestra subjetividad y, por tanto, nuestra "identidad". Como decía Walter Benjamin, nuestra "conciencia" se encuentra entre dos cuerpos.
Yves Citton:
  Por un lado, nuestras relaciones con el entorno exterior están cada vez más mediadas por dispositivos técnicos  que filtran los datos que recibimos de él. TF1, Fox News, The Economist y Médiapart filtran las noticias que nos llegan de nuestro entorno: los mismos recursos se nos presentan de formas muy distintas y a menudo contradictorias según los canales a los que conectemos nuestros sentidos. Así pues, los dispositivos técnicos (periódicos impresos, pantallas de televisión, tabletas) y las instituciones que seleccionan y formatean sus flujos de datos (Le Monde, Al Jazeera, Facebook) condicionan desde el exterior lo que constituirá el contenido de nuestros conocimientos, nuestros deseos, nuestros miedos y nuestras esperanzas.
Por otra parte, es probable que nuestra relación con nuestras percepciones internas se vea remediada cada vez con mayor precisión por preparados químicos (Präparate) que modulan nuestra forma de reaccionar ante los datos externos. No sólo costumbres ancestrales como el consumo de alcohol, coca, café o hachís, sino una amplia gama de nuevos compuestos químicos para alterar nuestros estados de conciencia, entre los que destacan los fármacos prescritos en nombre del tratamiento de los trastornos por déficit de atención e hiperactividad, que actualmente se prescriben a casi un tercio de los niños de ciertos condados del sur de Estados Unidos, a pesar de que estudios serios limitan el número de alumnos que padecen trastornos demostrables a un 3% o 5%. La economía de estos medicamentos debe considerarse en el contexto de las economías más amplias a las que están vinculados.
P: Todos experimentamos las consecuencias de este sistema en nuestra vida personal, profesional y cívica. ¿Cuáles son los retos de las cuestiones atencionales en la educación, en términos de sensibilización de las generaciones futuras y de quienes las apoyan?
Yves Citton:
El reto de las cuestiones atencionales en el contexto escolar consiste en concebir la pluralidad de modos de atención dentro de un enfoque ecológico y no económico. En otras palabras, debemos dar prioridad a la "educación de la atención", la del profesor tanto o más que la de los alumnos. Ya no trabajamos en la simple "transmisión de conocimientos" . Este es el modelo esbozado en la obra de Renaud Hétier cuando analiza los múltiples niveles de atención que se entrecruzan en cada momento dentro de una clase.

Fuente: ClimaTerra - https://www.climaterra.org/post/la-econom%C3%ADa-de-la-captura-de-la-atención

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