El cambio climático hizo 40 veces más probables y un 30% más intensas las condiciones que alimentaron los incendios de España y Portugal

 

La ola de calor decretada durante los incendios fue 200 veces más probable y 3 °C más cálida debido al cambio climático, según un estudio de atribución ultrarrápido del World Weather Attribution: España y Portugal han perdido este año más de 640.000 hectáreas debido a los incendios forestales, la mayoría de ellos declarados a finales de julio y principios de agosto. Estos fuegos, imposibles de apagar y con un potencial de destrucción inmenso, han estado alimentados por el cambio climático, tal y como acaba de concluir un grupo de 13 especialistas del World Weather Attribution (WWA).

Eduardo Robaina
 
El cambio climático –provocado principalmente por la quema de combustibles fósiles y la deforestación– hizo 40 veces más probables y un 30% más intensas las condiciones de calor, sequedad y viento que alimentaron unos incendios forestales que acabaron con la vida de ocho personas en la península ibérica, según un estudio de atribución ultrarrápido elaborado por el WWA.
Los responsables de la investigación, publicada este jueves, destacan cómo los incendios simultáneos en toda Europa están desbordando los recursos de extinción y ponen énfasis en la importancia de controlar la vegetación. «El desplazamiento masivo de población de las zonas rurales a las ciudades ha dado lugar a granjas y bosques abandonados, lo que incrementa la cantidad de combustible disponible para los incendios», alertan.
«Los bomberos trabajan cada vez más en condiciones caóticas e impredecibles, combatiendo fuegos que se comportan de formas nunca vistas», relata Theodore Keeping, investigador en el Centre for Environmental Policy –entidad perteneciente al Imperial College de Londres– y uno de las autores del estudio. El 13 de agosto, España activó por primera vez el Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea para recibir ayuda de otros países.
El análisis también revela que la ola de calor que tenía lugar mientras las llamas arrasaban paisajes y pueblos y desplazaban a miles de personas de sus casas fue 200 veces más probable y 3 °C más cálida debido al cambio climático. Cabe subrayar que en un mundo que no se hubiese calentado 1,3 °C, olas de calor similares a esta última –que ha sido la más intensa registrada jamás, con una anomalía de 4,6 ºC y una duración de 16 días– se esperarían una vez cada 2.500 años. Sin embargo, en el planeta actual se esperan cada 13 años, concluye el análisis.
«Desgraciadamente, estos incendios son una señal de lo que está por venir. Con cada fracción de grado de calentamiento, las olas de calor extremas y prolongadas seguirán intensificándose, aumentando la probabilidad de incendios gigantescos como los que arrasaron vastas zonas de la península ibérica», explica Clair Barnes, otra de las autoras del estudio e investigadora también del Centre for Environmental Policy.
En España se han quemado más de 380.000 hectáreas, según los datos preliminares del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS). La cifra multiplica por cinco la media anual. En cuanto a magnitud, esta crisis ha sido la peor del siglo y la quinta en importancia desde la década de 1960. En Portugal, las llamas han arrasado más de 260.000 hectáreas, cerca del 3% de su superficie y casi el triple de su media anual. El área quemada en ambos países representa alrededor de dos tercios del total europeo, que en agosto superó por primera vez el millón de hectáreas calcinadas desde que hay registros (2006).
Para llevar a cabo el estudio, los autores se centraron en las condiciones meteorológicas que favorecieron la propagación explosiva de los incendios, incluidos los 10 días consecutivos más calurosos registrados en España. En el caso concreto de nuestro país, antes del cambio climático, periodos similares de 10 días de calor, sequedad y viento habrían sido increíblemente raros. Se calcula que habrían tenido lugar una vez cada 500 años. Sin embargo, como resultado del calentamiento impulsado por los combustibles fósiles, ahora estos cócteles meteorológicos se esperan cada 15 años.
El análisis, explican, no es un estudio completo de atribución, ya que analizaron observaciones meteorológicas pero no utilizaron modelos climáticos. Sin embargo, sostienen que los resultados coinciden con la ciencia centrada en incendios en la región y con un análisis completo de atribución de los recientes incendios en Turquía, Grecia y Chipre. Asimismo, es el 112º estudio de atribución publicado en una década, lo que los convierte en la referencia mundial en este tipo de ciencia climática.
«Me molestan mucho los discursos simplistas que dicen que esto ha pasado siempre. Sí, es cierto, pero es que si antes lo tenías cada 50años, ahora lo tienes cada 10», cuenta a Climática David García, profesor titular del Departamento de Matemática Aplicada e Ingeniería Aeroespacial de la Universidad de Alicante y uno de los especialistas que ha colaborado en la elaboración del estudio de atribución.
Como explica el académico, cuya labor ha consistido en contextualizar el estudio con datos históricos y aportar la información de los medios, «lo que se le atribuye al cambio climático no es el incendio en sí, sino las condiciones para que sea un gran incendio». «Ahora pasan más a menudo y con mayor intensidad», insiste.
Los autores del WWA defienden que las estrategias para gestionar la cantidad de combustible disponible –como quemas prescritas, eliminación de vegetación con maquinaria y fomento del pastoreo– reduciría el riesgo de eventos similares. «Necesitamos un cambio de mentalidad y un mayor enfoque en la prevención», reclama el investigador Theodore Keeping.

Fuente: https://climatica.coop/estudio-atribucion-incendios-verano-2025-espana-portugal/ - Imagen de portada: Foto: Handout / Agencia de Noticias de América Latina.

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