Estudiarán las tormentas del Sahara



Si yo fuera científica no me jugaría la vista, ni mucho menos la vida, estudiando las tormentas del desierto del Sahara. Aunque tampoco creo yo que los científicos que se han propuesto investigarlas vayan a meterse dentro de estas terroríficas montañas de polvo, que pueden alcanzar los mil metros de altura y se mueven a velocidades de ochenta kilómetros por hora.
Científicos de la británica Universidad de Leeds han anunciado que estudiarán estas tormentas, conocidas como haboobs. Suelen ser de polvo o de arena, y constituyen un fenómeno meteorológico común en regiones áridas o semiáridas, como el Desierto del Sahara de África septentrional, las grandes llanuras de Norteamérica, Arabia, el Desierto del Gobi de Mongolia o el Desierto Taklamakan del noroeste de China.
Pues bien, este estudio se centrará en las tormentas saharianas que, como el resto, son una de las principales fuentes de polvo atmosférico. Su anuncio es noticia porque este tipo de tormentas no han sido lo suficientemente estudiadas, a pesar de la enorme importancia que tienen para la salud del planeta. ¿Beneficiosas? Sí, porque si bien pueden provocar destrozos, por otro lado juegan un importante papel en el sistema climático.
“Por ejemplo, el polvo del Sahara proporciona la mayor parte de los nutrientes necesarios para fertilizar la selva amazónica”, explica el líder del proyecto, Peter Knippertz, profesor de la Universidad de Leeds :
De hecho, el polvo juega un número sorprendente de roles en el medio ambiente de nuestro planeta. Además de ser una de las principales fuentes de hierro de los océanos, clave en la formación del fitoplancton, en la atmósfera, influyen en la cantidad de energía del sol que entra y sale del planeta. Por lo tanto, tiene un impacto a largo plazo sobre el clima, y también deteriora la calidad del aire en general, con implicaciones directas para la salud humana.
A pesar de su grandísimas importancia, no sabemos a ciencia cierta qué cantidad de polvo de estas tormentas termina en la atmósfera y cuánto regrese a la tierra una vez que los vientos han amainado. Así, nuestro proyecto intentará responder a esta pregunta. Es decir, intentaremos conocer el ciclo global de polvo con el fin de desarrollar modelos más exactos. (Traducción libre)
El estudio será crucial para comprender el papel de las tormentas del desierto del Sahara en el ciclo global del polvo, con el objetivo de incluirlo en los modelos climáticos. “En última instancia, el estudio ayudará a eliminar incertidumbres en la predicción del clima y permitirá conocer mejor los impactos sobre la salud humana.”, concluye Knippertz.
Vía | www.leeds.ac.uk
Fotografía | www.defense.gov

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