James Carter y nueve Nobel piden a Estados Unidos vetar oleoducto canadiense


El expresidente de Estados Unidos James Carter y otros nueve ganadores del premio Nobel de la Paz urgieron hoy al mandatario Barack Obama y al secretario de Estado, John Kerry, rechazar el polémico oleoducto canadiense Keystone XL.
Carter y las otras personalidades alertaron en una carta a las autoridades de Washington que están a punto de tomar una resolución "que podría definir su legado sobre uno de los mayores desafíos de la humanidad: el cambio climático".
El oleoducto llevaría hidrocarburo desde la provincia de Alberta -prolífera en arenas alquitranadas- hasta el sureño estado de Texas a través de tuberías de dos mil 753 kilómetros de extensión.
"La historia recogerá este momento y se reflejará en nuestros hijos y nietos si toman la decisión adecuada", precisaron en la misiva, al insistir en los peligros potenciales del proyecto para el medioambiente.
Al firmar el texto, Carter se convierte en el primer expresidente estadounidense en oponerse públicamente a la construcción del oleoducto, perteneciente a la empresa TransCanada y valorada en más cinco mil millones de dólares.
Entre los demás signatarios de la carta figuran el arzobispo sudafricano Desmond Tutu, la activista norteamericana Jody Williams, el escritor argentino Adolfo Pérez Esquivel y la guatemalteca Rigoberta Menchú.
En los últimos días aumentaron las presiones en contra y a favor del Keystone porque el próximo 31 de mayo Kerry debe entregar la revisión final del proyecto, y quedará en manos de Obama aprobar o rechazar su instalación en el país norteño.
Según el diario The Hill, el Presidente pospondrá la respuesta definitiva sobre la obral como estrategia para evitar mayores críticas camino a las elecciones de medio término en noviembre próximo, cuando se renovará un tercio del Senado y toda la Cámara de Representantes.
Ese medio consideró que el mandatario demorará la resolución hasta después del sufragio porque su aprobación podría manchar la imagen del Partido Demócrata en bastiones como California y Nueva York, y también entre agrupaciones ecologistas que fueron un apoyo clave para la reelección del jefe de Estado.
Un rechazo ayudaría a la oposición republicana en sus dominios de Nebraska y Texas, por donde pasaría el ducto y cuyas autoridades presionan por su instalación.
El Partido Republicano, la industria del petróleo, algunos sindicatos y el gobierno canadiense son los más fieles seguidores del proyecto y lo defienden con el argumento de que creará 20 mil empleos en las dos naciones, impulsará la economía nacional y aliviará la dependencia del crudo del Medio Oriente.
Pero expertos, grupos indígenas, ecologistas y agricultores aseguran que el crudo bituminoso genera tres veces más gases de efecto invernadero, destruye áreas boscosas y consume grandes cantidades de agua dulce.
Imagenes: earningfromdogs.com - Fuente:
PL

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