Argentina: ¿Otra vez un submarino nuclear?
El pasado 20 de diciembre, el presidente Javier Milei presentó el Plan Nuclear Argentino con su Jefe de Asesores, Demian Reidel, acompañado por el Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi: En este anuncio se puso punto final a la central nuclear Atucha III ya que Reidel anunció que se avanzará con un proyecto modular en ese complejo, aunque no especificó si se trata del proyecto CAREM o de un nuevo diseño. Se explicó que se impulsará la minería de uranio y la exportación de combustibles nucleares. También se enfatizó que se priorizará la provisión de energía para proyectos de “datacenters” de inteligencia artificial con reactores modulares pequeños. Reidel y Grossi firmaron un acuerdo para que el OIEA respalde el desarrollo de estos reactores. ¿Un asesor en representación del Estado argentino?
Ricardo Runza
Nada se dijo sobre la privatización de Nucleoeléctrica Argentina ni de las demás empresas que conforman el pool empresario del Estado en este campo. Tampoco se anunció cómo se financiarán estos proyectos. No hubo precisiones. Todo se supone que es con inversión privada y con una reconversión de las empresas que, a más de un año de gestión, todo parece indicar que poco o nada se ha hecho para encarar un proceso de privatización parcial o total.
Y en el marco del anuncio de lo que se pretende y ante la ausencia de detalles de cómo se ejecutará lo que se quiere, también se anunció la creación de un nuevo Consejo Nuclear Argentino liderado por Reidel, acompañado por el Jefe de Gabinete de Ministros, el Ministro de Defensa y el Presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Y aquí aparecen dos cuestiones que llaman la atención: la primera, que funcionarios ejecutivos estén a cargo de un asesor. Normalmente es al revés. Los asesores, asesoran o asisten. No lideran ni firman resoluciones ejecutivas. Un jefe de asesores del Presidente tampoco puede conducir al jefe de la administración pública nacional con rango constitucional.
Es algo inaudito. La segunda, la presencia del Ministro de Defensa en este consejo. ¿Por qué está aquí?
Tal vez, lo que explique su presencia sea que a alguien se le haya ocurrido que estos reactores puedan tener un uso militar y se intente recrear el proyecto de dotar a la Argentina de un submarino de propulsión nuclear a construirse en Tandanor con la asociación de INVAP y la CNEA.
Algo parecido a lo que Brasil construye, hoy, en la empresa estatal Itaguaí Construções Navais (ICN), en Río de Janeiro, desde octubre de 2023: su proyecto de submarino de ataque de propulsión nuclear, el SN Álvaro Alberto, que tendrá una manga de 9,8 m, 100 m de longitud y 6.000 toneladas de desplazamiento para albergar un reactor nuclear de agua a presión (PWR) y un sistema de propulsión completamente eléctrico de 48 MW (64.000 hp).
Cuando, en 2008, el presidente Luiz Inácio da Silva solicitó la colaboración de INVAP para este proyecto no se aceptó darla. Por eso, ahora, los brasileños lo construyen con asistencia de Francia. Esto dio lugar a que, el 4 de junio de 2010, la entonces ministra de Defensa Nilda Garré anunciara el proyecto de submarino nuclear argentino.
Se planeaba construirlo sobre la estructura del submarino ARA Santa Fe cuya construcción al 70% fuera interrumpido en 1994. Se estimó que con una longitud un tercio mayor, un submarino de la clase TR-1700 de 2300 toneladas de desplazamiento, 68,60 metros de largo y 8 de diámetro podría albergar un reactor del tipo CAREM, en tamaño reducido. Nada se hizo. Parece que ahora se lo intenta de nuevo ¿Reeditando el extraño estatismo libertario que se viene mostrando en defensa? O acaso ¿habrá alguien dispuesto a invertir millones de dólares en un proyecto militar de esta naturaleza?
Vaya uno a saber con qué estudio de mercado que lo avale y con cuáles potenciales compradores. Porque esta cartera, hasta ahora, ha sido incapaz de incluir a la defensa argentina en el capitalismo y todo lo hace con un sentido de autoabastecimiento militar y financiamiento clásico.
Es decir, con el dinero de los contribuyentes sin contemplar costos de obtención, de sostenimiento ni de alistamiento; de manera precaria, exponiéndose a comprar sistemas de armas como los F-16 y no poderlos operar porque no se podrá sostener la hora de vuelo de un avión militar de cuarta generación. Y aun así, se sigue comprando sin sustentabilidad y sin prioridades, desde micro a grandes compras y sin filtro de ninguna especie, como si en el gobierno nacional no hubiera ningún economista ni analista de costos. Canilla abierta.
Entonces, imagínese el lector, en el marco del ideal “Argentina potencia” que esgrime el presidente Milei y las prioridades urgentes de seguridad nacional del país que no se cubren, el desatino que existe para querer un submarino nuclear sin tener en cuenta los costos y el apoyo logístico y operativo necesario, cuando ni siquiera se está en condición de obtener un submarino convencional del tipo Scorpene como tienen las Armadas de Chile y Brasil y aún no se posee, pese a la tragedia del submarino ARA San Juan, capacidad de búsqueda y rescate a una profundidad mayor a 40 metros.
Nadie se pregunta: ¿Para qué? y ¿contra quién? Solo se quiere obtener una capacidad militar sin ninguna política ni estrategia que lo justifique. Pero eso sí; en Mar del Plata, tenemos Comando de Submarinos, sin ningún submarino. Hay comandante y “raviol” en el organigrama. En fin, está lo único que importa.
Ricardo Runza es ingeniero, Magister en Defensa Nacional- Imagen de portada: Daniel Roldán - Imagen. De portada: Daniel Roldán
Fuente: https://www.clarin.com/opinion/vez-submarino-nuclear_0_IS8ccUCSv3.html