Cuando el océano cambia de color, las tormentas cambian de direccción
Cuando el mar cambia de color, las tormentas cambian de dirección. Así describe National Geographic los resultados de un nuevo estudio desarrollado en el Laboratorio de Dinámicas de Fluidos Geofísicos de Estados Unidos, el cual sugiere además que el calentamiento global puede estar cambiando el color del océano y por lo tanto ayudando a determinar adónde llegarán los huracanes.
El estudio utilizó simulaciones por ordenador para buscar las conexiones entre el color del océano y los ciclones tropicales, conocidos como huracanes en el Océano Atlántico Norte y el Pacífico noreste, y como tifones en el Pacífico noroccidental. Para conseguir mayor realismo, los investigadores prestaron atención al color del océano. En el Pacífico Norte, por ejemplo, el color predominante es el verde debido a la abundancia de fitoplancton, el cual absorbe la luz solar y contribuye a mantener la superficie del océano relativamente caliente.
Para su modelo climático, los investigadores redujeron el plancton de las corrientes del Pacífico Norte, es decir, hicieron las aguas más claras de lo que ya son. Al hacerlo, restaron calor a las aguas superficiales, y es precisamente el calor en estas aguas el que da más fuerza a las tormentas tropicales. Así, a aguas más claras, menos combustible para las tormentas.
Los ciclones tropicales tienden a formarse a lo largo del ecuador, en las aguas cálidas del trópico, para luego desplazarse hacia el norte o hacia el sur en las regiones subtropicales.
Pero en las simulaciones el número de huracanes en movimiento hacia el norte se redujo dos tercios en comparación con la cantidad normal. Las tormentas no podía alcanzar la fuerza suficiente sin el agua superficial caliente para alimentarlas.
Vía | news.nationalgeographic.com Fotografía | Norman Kuring, NASA Earth Observatory