La edad no impide comenzar algo nuevo.

Por norma general hasta los 20 años escuchamos la opinión de lo que otras personas quieren que sea de nuestra vida, tomando así decisiones que nos llevan a la madurez con la sensación de no haber sabido escoger la carrera profesional adecuada. Sin embargo, pese a lo que se pueda creer, nunca es tarde para iniciar una nueva profesion o negocio a una edad adulta. ¿Por qué? Analizamos las razones en el siguiente artículo:

Un cambio siempre puede ser estimulante
El trabajo ocupa más de la mitad de nuestra vida repartidas en 8 horas diarias de las alrededor de 16 horas que pasamos despiertos. Una inversión demasiado pesada como para dedicarla a una actividad que ha dejado de satisfacernos. ¿Será por esto que en Japón algunas empresas permiten traer el gato a la oficina? Esta medida ya ha sido implementada por Ferray Corp como antidepresivo en el trabajo.
Y es que, no sólo los jóvenes pasan por crisis vocacionales sino que también -y en todo su derecho- sucede en la edad adulta. De hecho, de acuerdo a un estudio realizado por Andrew Oswald, la satisfacción en la vida corresponde a la forma de una ‘U’. En ésta las dos puntas de arriba conforman lo que llamamos ‘felicidad’ mientras que la parte baja serían las épocas de crisis, de cambio y de inconformidad que se acentúan entre los 44 y los 55 años. En este sentido, David Thomas, director ejecutivo de Crac, el Centro de Asesoramiento e Investigación de Carreras, se expresa de forma positiva en The Guardian: “Para la mayoría de las personas, un gran cambio de carrera es una experiencia muy positiva y casi siempre una historia de éxito. Si puede encontrar un rol que le guste, el cambio será totalmente estimulante “.
Te llevarás contigo la práctica
En el libro “Outliers”, Malcolm Gladwell también analiza qué tienen en común algunas de las personalidades de éxito más conocidas -desde atrevidos innovadores como Steve Jobs hasta atletas admirables como Michael Jordan- para encontrar lo siguiente: Sí, tener talento y habilidades es importante pero no tanto como las 10.000 horas mínimas de práctica deliberada que se requieren para alcanzar cualquier meta.
De este modo, si llevas trabajando más de 5 años en un trabajo a jornada completa (8 horas, cinco días a la semana) ya has llegado a las 10.000 horas mínimas de las que habla Gladwell y -al contrario de lo que se piensa- cambiar de empleo no significa renunciar a tu práctica sino llevarte ésta contigo a tu próxima carrera donde alcanzar el éxito que buscas.
Y es que, la mayoría de las veces el éxito no es el resultado de un coeficiente intelectual alto sino es resultado de la práctica. De hecho, de acuerdo a esta infografía realizada por Betway Casino en la que se analizan patrones comunes de las personalidades más admirables, (como por ejemplo, ganadores de premios Nobeles, Oscars, Olímpicos, entre otros) se encontró que éstas obtuvieron práctica en su campo por al menos 13 años. Por ello, si existe un hándicap a la hora de comenzar algo a edad adulta es la práctica pues el éxito no es más que horas y horas de esfuerzo, determinación y enfoque por un objetivo definido. Esto ha sido llamado ‘la regla mágica’ y ha sido aplicada por personajes tan exitosos como Mark Zuckerberg, Bill Gates, Warren Buffett o Elon Musk quienes abogaban por durante 10 años dedicar al menos 10.000 horas de práctica para convertirse en un experto de cualquier materia.
Otros ya hicieron un cambio y obtuvieron el éxito
En este artículo de Huffington Post hemos encontrado personalidades conocidas que cambiaron de carrera en edad adulta. Entre ellas encontramos a Allen Ginsberg, poeta americano que, antes de destacar por su famoso poema “Howl”, pasó por numerosos trabajos, entre ellos portero nocturno, soldador, trabajador de carga y lavaplatos.
Por su parte, Brad Pitt antes de ser uno de los mejores actores con los que contamos hoy en día, se dedicaba a vestirse como un pollo gigante en frente de un restaurante llamado “El Pollo Loco” donde debía saludar a los coches al pasar. Además, también condujo limosinas para strippers en las despedidas de soltero.
Mientras tanto, Walt Disney, antes de convertirse en pionero de los dibujos animados, fue despedido por “no tener demasiada imaginación ni buenas ideas” en el periódico para el que trabajaba como editor. Tras su historia, el creador de Disneyland nos dejó con una de sus grandes frases: “Pregúntate si lo que estás haciendo hoy, te llevará a donde quieres llegar mañana”.
Como ves, no es necesario quedarse pegado a la zona de confort que nos provoca un trabajo en el que nos sentimos seguros pero no satisfechos. Y es que, la pregunta no es “¿es demasiado tarde?” sino: ¿qué esperas del resto de tu vida?. Puedes ser parte de ese tanto por ciento de las personas que terminan en el trabajo equivocado o puedes decidir cambiar ahora. ¡La respuesta sólo la encontrarás en tu interior!

Fuente: Ecoportal.net - Imagenes: ‪jontrader.com‬ - pexels.com

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