Medidas de emergencia en una crisis petrolera

Queridos lectores: Hace años que anticipamos desde este blog (The Oil Crash) el desafío que supone la llegada de la crisis energética más grave que tendrá que afrontar la Humanidad seguramente en su Historia. Hace años que intentamos explicar que esta crisis comenzará con el descenso de la producción de petróleo, porque de todas las materias primas energéticas es ésta la más comprometida, aunque el resto de materias primas energéticas no renovables (carbón, gas natural y uranio) le seguirán en un plazo de pocos años.
En todos estos años hubo momentos (como el período de 2011 a 2014, cuando el precio medio del petróleo fue el más alto de su historia) en los que había mayor receptividad a los problemas que aquí se explican. Pero los últimos años de relativa y pasajera bonanza han hecho olvidar cuán grave es la situación de base, y justo ahora, cuando estamos a las puertas de un descenso energético que será muy rápido por culpa de nuestra falta de anticipación, es cuando menos preparados estamos para hacer frente a lo que viene. 

¿Y cuál es la situación de base? Básicamente la que ilustra la Agencia Internacional de la Energía en su último informe anual .
La AIE está estimando que en los próximos 6 años la producción de hidrocarburos líquidos (a veces denominados "todos los líquidos del petróleo", porque incluye todas las sustancias más o menos asimilables a petróleo) va a descender de manera muy acusada, de manera que si bien ahora mismo estamos en una producción media de unos 93 millones de barriles diarios (Mb/d), hacia el año 2025 la producción estará en torno a los 66 Mb/d, cuando la demanda que se espera para tal fecha es de 100 Mb/d. Es decir, que la producción prevista sería un 34% inferior a la demanda esperada. 

Por supuesto esta previsión se basa en determinadas hipótesis y tiene ciertas componentes especulativas. La propia AIE se encarga de matizar su propia previsión haciendo notar que si EE.UU. hiciera el milagro de multiplicar por 3 su producción de petróleo de fracking y además se hicieran otros progresos hoy día impensables en otros países, entonces el déficit en 2025 sería de "solo" del 14% (lo cual aún sería bastante terrible, desde el punto de vista económico). En todo caso, la previsión de la AIE no es una mera charada sin sentido: su proyección se basa en el hecho constatado de la fuerte desinversión de las compañías petroleras durante los últimos años y cómo se va a reflejar en la producción que podrá entrar en línea en los años más inmediatos. Y por desgracia ninguna de las hipótesis de base han cambiado durante los últimos meses: la AIE ha advertido repetidamente en las últimas semanas de que vamos a una situación de mucha tensión en el mercado petrolero, con diversos picos de precio en sucesión. 
Pero a pesar de ello, aparentemente nuestros representantes políticos no se hacen una idea clara de cuál es nuestra situación real y qué se debe hacer. En parte por la estrategia de silencio que imponen los grandes poderes económicos por miedo a que la difusión de estas malas noticias deprima la economía; en parte porque aún se espera que sobrevenga un milagro que resuelva el día. Aún no se acepta en los altos cenáculos que nos rigen que esta vez hay que hacer una reforma de la sociedad y del sistema productivo que vaya mucho más allá de lo estético. Justo en el momento más crítico, en el que nos tendríamos que estar preparando para lo no ya inevitable sino inminente, simplemente no tenemos nada. Nada oficialmente, y probablemente tampoco nada o poca cosa extraoficialmente. 

Para leer la nota entera Fuente: 
http://crashoil.blogspot.com/2019/06/medidas-de-emergencia-en-una-crisis.html

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