Los microplásticos pueden dar vuelta a la Tierra en un ciclo de contaminación

Si bien la mayoría de los plásticos que utilizamos a diario se eliminan mediante incineración, se entierran en vertederos o se reciclan, el 18% aún ingresa a la atmósfera después de fragmentarse en diminutas partículas

Joe Sommerlad

Las partículas de plástico en el aire están siendo arrastradas a través de los continentes por el viento, interfiriendo con ecosistemas naturales mucho más lejanos que su punto de origen, sugiere un nuevo estudio. “Al igual que los ciclos biogeoquímicos globales, los plásticos ahora giran alrededor del mundo”, advierten investigadores de la Universidad del Estado de Utah y la Universidad de Cornell, cuyas conclusiones fueron publicadas en la revista académica Proceedings of the National Academy of Sciences .
El equipo, dirigido por Janice Brahney, recopiló datos atmosféricos de todo el oeste de Estados Unidos entre 2017 y 2019 y concluyó que cada año se depositaban 220.000 toneladas métricas de microplásticos en todo el país. “Encontramos una gran cantidad de contaminación plástica heredada en todos los lugares que miramos; viaja en la atmósfera y se deposita por todo el mundo ”, dijo Brahney. “Este plástico no es nuevo de este año. Es de lo que ya hemos vertido en el medio ambiente durante varias décadas ". "En las condiciones adecuadas, los plásticos se pueden transportar a través de los océanos principales y entre continentes, ya sea en un viaje o por resuspensión sobre los océanos", dijo su estudio, señalando que las partículas pueden permanecer en el aire hasta por una
semana.  Si bien la mayoría de los plásticos que utilizamos a diario se eliminan mediante incineración, se entierran en vertederos o se reciclan, el 18% aún ingresa a la atmósfera después de fragmentarse en diminutas partículas microplásticas con el desgaste o la edad.
El uso de plástico en llantas de automóviles y carreteras es un medio principal por el cual las partículas ingresan al aire, y los microplásticos se astillan, ya que ambas superficies se muelen por el fuerte contacto del tráfico, lo que se suma al daño que ya se está haciendo a la atmósfera por las emisiones de combustible.
Otro medio es tirar basura en las calles de la ciudad o en el mar, donde se han encontrado islas de plástico enteras que son azotadas y azotadas por fuertes vientos y fuertes olas que envían partículas al cielo.
Los académicos descubrieron que EE. UU., Europa, Oriente Medio, Extremo Oriente e India eran los peores infractores cuando se trataba de fuentes terrestres de microplásticos, mientras que la costa oeste de EE. UU., El Mediterráneo y Australia eran los que más sufrían por el soplado de plástico en el aire. del océano.
África y Eurasia tenían las mayores cantidades derivadas de la agricultura, mientras que el tráfico por carretera se consideraba un contribuyente clave a nivel internacional, particularmente en áreas densamente pobladas.
Si bien un informe de 2019 de la Organización Mundial de la Salud concluyó que las partículas microplásticas en el agua potable "no parecen representar un riesgo para la salud en los niveles actuales", los investigadores de Utah advierten que "pueden tener consecuencias negativas y aún desconocidas para los ecosistemas y los seres humanos". salud".
"La inhalación de partículas puede irritar el tejido pulmonar y provocar enfermedades graves, pero aún no se comprende bien si los plásticos son más o menos tóxicos que otros aerosoles", escribieron los autores del estudio.
"Nuestra relativa ignorancia de las consecuencias a pesar del rápido aumento de las concentraciones de plástico en nuestro medio ambiente destaca la importancia de mejorar la gestión de los desechos plásticos o, de hecho, capturar los plásticos del océano y eliminarlos del sistema".
Las alternativas de polímeros biodegradables al plástico convencional son cada vez más comunes y podrían representar una solución al problema, pero, según los investigadores de Utah, hasta que todos los plásticos se puedan descomponer en la naturaleza, fragmentos minúsculos "seguirán circulando por los sistemas de la tierra" el orden cotidiano de los ecosistemas del mundo.

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Descubren la principal fuente de las lluvias de plástico

Toneladas de residuos microscópicos de plástico han llegado hasta las nubes y se descargan con las lluvias. Todo indica que su origen proviene de las carreteras y del mar.

Por Gerardo Sifuentes

Los desechos plásticos se encuentran prácticamente en todos los océanos y grandes lagos del mundo, hasta en los polos. Aunque se presentan en una gran variedad de tamaños, aquellos que miden menos de cinco milímetros de largo se les llaman microplásticos. Producto de un largo proceso de fragmentación que puede llevar décadas a partir de piezas originales más grandes (bolsas, telas, granulados), estos son prácticamente invisibles, circulan por la atmósfera y penetran en el subsuelo, por lo que se ha demostrado que afectan el crecimiento de las plantas e incluso son tan pequeños que han logrado entrar en el torrente sanguíneo de los mamíferos, peces y hasta en las entrañas de los insectos. Debido a su ligereza son fácilmente transportados por los vientos y alcanzan las partes altas de la atmósfera terrestre.

Una investigación publicada el año pasado en la revista Science, encabezada por la doctora Janice Brahney, del departamento de hidrología de cuencas de la Universidad de Utah, EU, reveló que por esta causa cada año las lluvias depositan en promedio alrededor de mil toneladas de microplásticos tan solo en áreas naturales protegidas de la zona oeste de aquel país, el equivalente a unas 123 millones de botellas de agua plastificadas. Las muestras de partículas atmosféricas recuperadas para su análisis, revelaron que al menos cuatro por ciento de las mismas eran polímeros plásticos. Pero la gran duda que quedó pendiente por entonces era saber el verdadero origen de dichos contaminantes que constituían la fuente principal de estas “lluvias de plástico”.
En esta ocasión la doctora Brahney ha dado continuidad al estudio y descubrió las dos vías principales de microplásticos: las carreteras y los océanos. Los resultados, publicados en Proceedings of the National Academies of Sciences, estiman que los residuos atmosféricos encontrados en el oeste de EU provienen 84 por ciento de los caminos, 11 por ciento de los mares y cinco por ciento del polvo de suelo agrícola. El desgaste de los neumáticos de los automóviles, explica, da pie a que una gran cantidad de partículas salgan disparadas y se dispersen a través de las fuertes turbulencias creadas por los vehículos en movimiento. Por otro lado, las grandes cantidades de bolsas de plástico, botellas de refresco y envolturas de alimentos en los océanos al desintegrarse con el paso de las décadas se mueven hacia la superficie del agua, se dispersan por las olas y son arrastradas por el viento. En cuanto al polvo del suelo agrícola, los microplásticos entran al suelo debido a que los fertilizantes se obtienen de productos orgánicos de las aguas residuales que los contienen; pero los residuos microscópicos permanecen a pesar del proceso de tratamiento al que son sometidas. Una vez en la atmósfera, los microplásticos pueden permanecer suspendidos en el aire en promedio 6.5 días, tiempo suficiente que les permite atravesar un continente.
Pero si bien estos datos hablan de lo que se pudo encontrar en una determinada zona geográfica en particular, la investigación señala que, al igual que en cualquier ciclo global, los microplásticos circulan de manera similar por todo el planeta a nivel terrestre, atmosférico, oceánico y en los polos, por lo que cada continente tiene su propia aportación para que este fenómeno persista. Queda aún por resolver cómo es que funciona este «ciclo del plástico» en los sistemas globales, precisar sus medios de transporte, forma de deposición y origen.

Fuente: ElCiudadano México
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Del mar a la mesa argentina: Detectan microplásticos en sales finas marinas

Un estudio detectó la contaminación en tres marcas comerciales del producto. Hoy no existen normas que regulen estos plásticos en los alimentos. Representan un riesgo porque persisten en los océanos y podrían afectar la vida marina y la salud humana. Ocho millones de toneladas de plásticos provenientes de bolsas, botellas, envases o etiquetas llegan cada año a los mares. Esta contaminación impacta en sus ecosistemas y también en las dietas humanas, ya que diversos productos alimenticios provienen de los océanos. La sal marina es uno de ellos.

Sebastián Tamashiro

Un estudio enmarcado en el Máster Internacional en Tecnología de Alimentos (MITA; Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA)-Universidad de Parma, Italia) encontró microplásticos —fragmentos de plástico que miden menos de cinco milímetros— en las tres marcas de sal fina marina analizadas, en una concentración de entre 5 y 20 micropartículas de plástico por kilogramo de sal. Advierten sobre la falta de normativas para regular el problema.

A grandes rasgos, en los ensayos, las sales marinas comerciales se diluyeron y luego se separaron y filtraron las partículas que quedaron en la superficie. A continuación, se secaron y se observaron con un microscopio binocular. “Cada año, unas 8 millones de toneladas de plásticos terminan en los mares, y por la acción de los rayos solares, las olas y las temperaturas, principalmente, se fragmentan en pedazos pequeños. Las partículas de microplástico que quedan en el agua alteran los ecosistemas marinos e, incluso, podrían afectar la salud humana al ingerir productos alimentarios que provienen del mar. Un ejemplo es la sal marina que se obtiene a partir de la evaporación del agua de mar”, explicó María Ángeles Guraya, Licenciada en Nutrición de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano y reciente egresada del MITA.
En este marco, Guraya evaluó la presencia y la concentración de microplásticos en distintas marcas comerciales de sal marina fina en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. “En las tres marcas que analizamos detectamos microplásticos. En el 44% de las muestras encontramos entre 0,005 y 0,02 microplásticos por gramo de sal marina. Dicho de otra forma, esto representa entre 5 y 20 micropartículas de plástico por kilo de sal marina”, resaltó.
La investigadora contó que en función de los resultados de su estudio, los argentinos y argentinas estaríamos consumiendo partículas de microplásticos en sales marinas y en otros productos que las usan como insumo. “Hay que seguir investigando el problema. En otros estudios en sales marinas se encontraron concentraciones aun mayores que las de mi trabajo. La cantidad de microplásticos aumenta si tenemos en cuenta que otros alimentos de origen marino también pueden contener microplásticos, como los mariscos y los pescados”.
“Por el momento existen pocas certezas sobre los efectos de los microplásticos en la salud humana”, afirmó María Ángeles, y añadió que no se conoce en profundidad cómo actúan y se acumulan en el cuerpo, ni qué otros problemas pueden traer asociados. “La problemática relacionada con la industria plástica es relativamente nueva. Desde la mitad del siglo pasado, el material se difundió a la producción y el consumo, y aumentó su presencia en nuestras vidas”.
Además, Guraya, quien cursa el doctorado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad Nacional del Litoral, señaló que a nivel global no existen normas que regulen la presencia de microplásticos en los alimentos. “El Código Alimentario Argentino determina qué requisitos deben cumplir los alimentos. Si un elemento no está incluido en sus artículos, se lo debe considerar prohibido. Como el código no menciona microplásticos, no se deberían permitir residuos plásticos ni en las sales marinas ni en ningún otro alimento”.
Para finalizar, la investigadora señaló que hay que abordar la problemática de los microplásticos desde diferentes ángulos y de manera conjunta: “Se necesitan leyes que prohíban expresamente la presencia de microplásticos en los alimentos, mejores sistemas de gestión de residuos para que los plásticos no terminen más en los océanos y políticas que estimulen su reciclado y reutilización. También es clave pensar materiales alternativos y rentables para la industria. Obviamente, la conciencia ambiental ayuda a reducir el consumo de plásticos”.

Fuente: http://sobrelatierra.agro.uba.ar/ Publicado en: Ecoportal.net
 

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